Católicos de Capira van a misa en el patio de la escuela Federico Boyd
Según la Arquidiócesis de Panamá, no ha recibido por parte del Instituto Nacional de Cultura (Inac), ninguna comunicación oficial que haga recomendaciones sobre el proyecto del nuevo templo.
- Eric Ariel Monenegro
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- - Actualizado: 30/10/2017 - 08:17 am
Desde el pasado tres de septiembre, el patio central de la escuela Federico Boyd, en el distrito de Capira, es el punto de reunión de la feligresía católica que acostumbraba acudir al templo de San Isidro Labrador, en el distrito de Capira, para la misa dominical.
Cada domingo, el sitio es habilitado con varias filas de sillas mientras que una tarima existente en el sitio, es acondicionada para que el sacerdote y demás ministros realicen la celebración eucarística.
El traslado de la feligresía al centro escolar es debido a los trabajos de demolición y construcción del nuevo templo.
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Además de ello, al ser seleccionada esta parroquia como un centro de catequesis para la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que se celebrará en el año 2019, se requería de un templo adecuado para recibir a los jóvenes peregrinos que visitarán el país.'
Iglesia
La Arquidiócesis de Panamá publicó ayer domingo en el semanario Panorama Católico, un comunicado en el que indica “que se han cumplido con todos los permisos y normativas establecidas para esta clase de obra” que exige el Municipio de Capira y demás autoridades.
El comunicado agrega, además, que la Arquidiócesis de Panamá no ha recibido de parte del Instituto Nacional de Cultura (Inac), ninguna comunicación oficial que contemple recomendaciones sobre este proyecto y, según el Inac, ingenieros de Patrimonio Histórico no avalaron la demolición del templo San Isidro Labrador.
Alfonzo aseveró, además, que previo a la demolición del templo, se realizaron al menos seis reuniones de consulta por parte del párroco, a las cuales no asistieron muchos de los que actualmente desaprueban el proyecto.
Quienes por años asistieron al templo San Isidro Labrador, asegura Yasmina Sauri, conocen del deterioro que presentaba la estructura del santuario.
En varios puntos del templo había filtraciones de agua lluvia además de boquetes lo que en cierto modo hacía temer a los feligreses que asistían cada domingo a misa y otras actividades.
Con anterioridad, los párrocos de turno habían solicitado a los organizadores del Carnaval capireño, abstenerse de detonar morteros en las cercanías del templo debido a que la estructura vibraba con estas explosiones.
Por años, la campana de este templo dejó de repicar, no solamente por el riesgo de subir a la torre del campanario, sino también para evitar las vibraciones que desde allí se generaban.
Yeiter Domínguez, quien ha servido como monaguillo acolito en esta parroquia, confirmó que las escaleras al campanario estaban limosas.
Sostuvo, además, que en los seis años de vida parroquial fue testigo del daño estructural del edificio religioso, por lo que se imponía la construcción de un nuevo templo.
En una ocasión, durante un movimiento sísmico, el cual se sintió en Capira cabecera, los asistentes a un funeral optaron por salir de la iglesia, al percibir el movimiento de las paredes.
El Instituto Nacional de Cultura (Inac) ha indicado que la demolición del centenario templo de San Isidro Labrador, en el distrito de Capira, no fue avalada por el grupo de ingenieros de la dirección de Patrimonio Histórico, quienes previamente habían inspeccionado la estructura.
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