Salud mental, el punto de partida contra el bullying

Con el retorno a clases cobra una mayor relevancia abordar las estrategias de prevención e intervención del acoso escolar, un flagelo que ubica a Panamá en la posición número 44 en la medición de estadísticas mundiales de "bullying" 2022-2023.

De acuerdo a Bullying Sin Fronteras, organización internacional que evalúa este flagelo, hubo un aumento de casos en comparación con las estadísticas de 2020-2021, la cifra actual es de 10,550 y la medición anterior fue de 5,850, es decir, un auge de casi un 50% entre un año y otro.

La mayoría de los casos se reportaron en Panamá (49%), Chiriquí (10%) y Panamá Oeste (8%), aunque hay algunos lugares en los que no hay datos, siendo estas las áreas comarcales.

Localmente, según explicó Monique Amado, directora ejecutiva interina, de Ni Uno Más (organización enfocada en la prevención e intervención del acoso escolar), no cuentan con cifras reales sobre la cual trabajar, aunque ello, no ha sido un obstáculo para poder abordar la problemática.

Una encuesta de U-Report, en conjunto con el Ministerio de Educación (Meduca) y Ni Uno Más, con 647 participantes, con nivel educativo de premedia, media, universitario u otros, reveló que el 57% de los entrevistados han sido víctima o presenciado una situación de acoso escolar.

Mientras que un 91% reconoce que el mayor impacto que tiene este tipo de comportamiento es en la salud mental de los estudiantes y se identificó que los tipos de acoso escolar más comunes son los insultos, agresiones físicas, exclusión y acoso cibernético.

Al conversar con "Monique", una niña de 9 años de edad, que actualmente cursa el cuarto grado en un colegio de Panamá, la misma indica saber que es el "bullying" y cuáles son las consecuencias que esto puede tener en quien se le hace.'

57%

De los encuestados por U-Report, Meduca y Ni Uno Más, dijeron haber sido víctima o presenciado acoso escolar.

49%

De los casos dados en 2022-2023, ocurrieron en la provincia de Panamá.

10

mil 550 casos de acoso escolar se dieron durante el 2023, según Bullying Sin Fronteras.

8%

de los casos de acoso escolar se registraron en la provincia de Panamá Oeste.

Al entrevistarla, con autorización de sus padres, la niña comentó que para ella el "bullying", es burlarse del color de piel de otro compañerito de clase, esconderle sus útiles escolares, una práctica que hace daño a quien se le hace.

La misma afirmó saber que ese tipo de conductas no deben ponerse en práctica, es algo que no se debe hacer, pues para ella, en una escuela debe imperar el amor entre los compañeros.

Al conversar con el maestro Luis Ortega, el cual tiene más de 48 años de impartir clases en escuelas primarias de Panamá, él mismo indicó que muchos de los casos de "bullying" en los colegios se dan por temas de familiaridad.

Tal cual, como lo dijo la niña "Monique", el maestro Ortega indica que se dan muchos casos de estudiantes que le esconden los útiles a otro compañero y también de algunos que golpean a otros en el recreo.

"El 'bullying' no solo es una agresión física, también puede ser una agresión verbal o psicológica. Por ejemplo, te puedo hablar de un caso que se dio hace algunos años de un estudiante, que, en un juego de aguantar la respiración, por presión de otros, casi pierde la vida", acotó el maestro.

El educador insta a los padres de familia a detectar esas pequeñas señales que dan muestra de que sus hijos pudieran estar siendo víctima de algún tipo de acoso escolar o bullying.

Acoso e identidad

El acoso escolar se acentúa en niños, niñas y adolescentes afrodescendientes, que al mismo tiempo deben enfrentar el racismo y discriminación. Estos comportamientos intimidatorios y violentos se reflejan con frecuencia en algo tan sencillo como el aspecto del cabello.

Eunice Meneses, de la Coordinadora Nacional de Organizaciones Negras Panameñas, lidera desde hace años una campaña orientada a defender el derecho de esta población a llevar el cabello de forma natural y con orgullo en las aulas.

De acuerdo con Meneses, aunque se han logrado avances, también existen escuelas que insisten en mantener una actitud de rechazo.

"Hay un resuelto del Meduca que establece que se debe evitar condicionar el acceso a las escuelas por el tema del cabello. Con esta campaña se busca dejar claro que los niños no deben tener ningún temor de portar su cabellera natural y que en caso de que se presente la situación no hay que quedarse callado", expuso Meneses.

Los niños, niñas y adolescentes afrodescendientes, que representan el 27% de la población infantil en Panamá según el censo de 2023, reciben comentarios hirientes tanto de docentes, administrativos como de compañeros.

En el caso de los compañeros, Meneses recuerda que los niños replican las conductas de los adultos, razón por la cual es fundamental reforzar en casa el respeto a la identidad multicultural.

Un estudio de UNFPA Panamá indica que solo el 5% de las estudiantes afrodescendientes denunciaron acoso escolar en Panamá, mientras el 41.1 % de las encuestadas aseguró haber sido molestada por su cabello o peinado de origen africano.

"Persiste la creencia de que el cabello bueno es el lacio y el malo el afro. En el imaginario social todavía se indica que el tema del cabello al natural violenta las normas del colegio, las cuales no pueden estar por encima del derecho que tiene un niño o joven a su identidad y en el caso de los afrodescendientes pasa por el cabello", precisó Meneses.

La organización se mantiene vigilante para que no se violente el derecho de estos niños, niñas y adolescentes, evitándoles además daños permanentes.

¿Cómo manejarlo?

Para la Psicóloga Sonya Isabel Núñez, experta en parejas, familia, niños y adolescentes, el tema del "bullying" no debe ser visto como algo normal, hay que trabajar para determinar que provoca que un niño, niña o adolescente agreda a otro.

Recalcó que para que este círculo de violencia se rompa es necesaria la participación de todo el núcleo familiar.

Sobre el agredido destaca que es necesario que los padres estén pendientes de los cambios de conducta que su hijo pueda tener en caso de que sea objeto de "bullying".

"Hay señales claras, entre ellas; está que el niño deja de hacer las cosas que le gustan, está retraído, en pocas palabras, pasa de ser un niño feliz, que jugaba y reía, a estar triste, no sale de su habitación y otras veces tiene miedo a ir a la escuela".

Núñez manifiesta que los padres deben estar alerta ante estas señales, para luego entablar un diálogo, además de un trabajo mancomunado con los directores del plantel y los educadores.

En esta situación los maestros tienen un rol importante para detectar los casos de "bullying".

La experta recomienda que los docentes sean capacitados sobre este tema de forma rutinaria y no de manera esporádica.

Detalló que el maestro por pasar más tiempo con los niños en el aula de clases debería percatarse de las señales y no dejarlas pasar por alto.

La diferencia del "bullying" en los niños y adolescentes es que el primero no tiene definido lo que esté bien o mal, mientras que el adolescente tiene otro tipo de racionamiento.

En estos casos el adolescente elige estar del lado del que domina y ello es consecuencia de una conducta aprendida, sentenció, Núñez.

"Destaca que, de hecho, cuando el "bullying" es grupal, resulta que solo hay un líder que es seguido por otro debido a la presión de grupo".

Cuando se hace el análisis familiar de los que acompañan al agresor, resulta que no tienen rasgos de comportamientos violentos.

¿Cómo se ayuda al niño agredido?

Cuando el niño llega a su límite es necesario que reciba terapia para fortalecer su autoestima.

Además, lo ayudará a relacionarse y a crear un entorno en el que merece que se le respete.

La psicóloga destacó que los padres deben interesarse en el entorno de sus hijos, no solamente preguntarles ¿cómo te fue en la escuela?, sino tomarse el tiempo para que él o ella conversen más sobre lo ocurrido en su día.

Por otro lado, es importante que el niño, la niña y el adolescente compartan con su entorno familiar los nombres de los compañeros con los que tiene una buena o mala relación.

Inclusive preguntar sobre cómo son sus maestros o profesores para determinar los niveles de confianza.

Prevención e intervención

En los últimos dos años Ni Uno Más ha trabajado con 71 centros educativos de cinco provincias e impactando a más de 30 mil estudiantes con sus charlas y talleres, proponen fortalecer a la comunidad educativa (alumnos, padres de familia, docentes y personal administrativo) y civiles con herramientas de salud mental para prevenir e intervenir el acoso escolar.

Amado, quien es socióloga de profesión, detalló que cuando se habla de salud mental todo está interconectado, razón por la que se plantea partir desde este punto para que los padres, docentes y personal administrativo puedan identificar si el niño, niña o adolescente tiene algún signo de ansiedad o si está pasando por una depresión, además.

Deben aprender cómo mediar en alguna situación por la que esté pasando el estudiante.

Hay que tener muy claro cuál es el rol de los padres y el cometido del personal docente ante las situaciones que se pueden presentar en el aula.

También es importante conocer las responsabilidades que tienen las escuelas de reportar o no ante el ministerio correspondiente las situaciones que se estén presentando.

Con los niños, niñas y adolescentes se trabaja para que sepan qué es acoso escolar, cómo lo puede reportar, cómo puede mediar y cómo pueden o no actuar, asimismo, se promueven actividades de sana convivencia donde se invita a la reflexión sobre la importancia del respeto mutuo para la sana convivencia.

El objetivo no es crear miedo e histeria, lo ideal es crear preparación para prever y actuar ante diversas situaciones que se puedan presentar en el aula, motivo por el cual con más frecuencia organizaciones como Ni Uno Más, Fundación Relaciones Sanas y otras están entrando a los centros educativos del país a hablar sobre salud mental.

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