Guillaume de Machaut entre cielo, arte y añoranza
Guillaume de Machaut entre cielo, arte y añoranza
A principios del siglo XIV existieron religiosos osados, preferían agotar sus esfuerzos creativos en asuntos mundanos. Los compositores de motetes —una forma polifónica en boga—, basaban su textura en fragmentos melódicos del canto gregoriano, a los que le añadían melodías populares o folclóricas. Cada parte vocal (dos, tres o cuatro) cantaba un texto diferente, en idiomas distintos y mezclando el mensaje secular con el divino. Mayor confusión, imposible. El compositor gozaba el reto, ingeniando soluciones musicales para las babélicas sonoridades. La iglesia rabiaba por tanta algarabía: embriagan el oído en lugar de sanar las almas.
Guillaume de Machaut, compositor canónigo, como Palestrina, Bach o Beethoven tensa la cuerda hasta su límite. Después de ellos la historia de la música elige otros caminos. Imposible rebasarlos. Machaut expande las formas fijas (ballade, rondeau y virelai) y la técnica isorrítmica: repetición del color (altura del sonido) y la talea (duración del sonido). Experimenta con el hocket o técnica del hipo, donde una voz cesa de repente para que el canto continúe en otra voz diferente. Son los primeros intentos de enriquecer el timbre de una obra, por medio de la alternación vocal.
Francés, músico y poeta, Machaut es la figura musical más importante del Ars Nova medieval, vive los últimos años de Dante y todos los de Petrarca y Boccaccio. Con los tres poetas italianos incide en la práctica del amor cortés de los trovadores provenzales. Amor platónico, inalcansable, adultero sin ser sexual, alimento de poemas y canciones. Así encontramos a Dante Alighieri y Beatriz Portinari; Francesco Petrarca y Laura de Noves; Giovanni Boccaccio y Fiammetta; Guillaume de Machaut y Péronne d'Armentières.
Con 19 años la aprendiz de poeta Péronne d'Armentières, decide intercambiar correspondencia con el maestro Machaut, que podía ser su abuelo. La juventud alborota a la experiencia y el ir y venir de cartas resulta en más de 9,000 versos que recoge Le voir dit (El poema verdadero). Péronne termina la relación y Machaut continua evocando su musa: Puesto que he sido olvidado por usted