#Exclusiva ‘Nunca, jamás me olvidaré del rostro de Pedro Miguel’ #clamajusticia
La madre del sargento Zak Hernández habló con Panamá América y contó su indignación al conocer que Pedro Miguel González actúa como fiscal. Tras vivir prófugo dos años y medio, Pedro Miguel González se entregó a la justicia local, pero en 1997 un jurado de conciencia lo absolvió.
#Exclusiva ‘Nunca, jamás me olvidaré del rostro de Pedro Miguel’ #clamajusticia
El fantasma de la justicia estadounidense que el diputado del Partido Revolucionario Democrático (PRD) Pedro Miguel González creía haber esquivado, ronda y sigue sus pasos...
A pesar de que fue juzgado y absuelto por un jurado de conciencia en los tribunales panameños en 1997, por ser uno de los tres imputados en el crimen del soldado puertorriqueño Zak Hernández, su madre Arlene La Porte, vía telefónica desde Puerto Rico, reclama justicia.
Han pasado 22 años de aquel incidente previo a la visita a nuestro país del entonces presidente de los Estados Unidos, George Bush (padre), en 1992. Zack tenía 22 años cuando según Estados Unidos fue ultimado por González y 22 años tiene la hija que dejó el militar tras su relación con una panameña. Coincidencialmente es la misma edad de una de las hijas de Pedro Miguel que se llama Carolina, el mismo nombre de la hija de Zak.
Todo ese tiempo es el que ha esperado La Porte para probar un sorbo de justicia, según dice, en Panamá se lo negaron. Y nunca ha perdido la esperanza de ver tras las rejas al supuesto verdugo del uniformado americano. Conozca su relato.
Esta mujer de 67 años asegura que la única forma de olvidar el dolor por la muerte de un hijo es cuando duerme y que incluso hace algunos años había, literalmente, guardado el cruel recuerdo en un rincón especial de su corazón.
Pero al enterarse de que el presunto verdugo de su vástago tenía la responsabilidad de un juicio de alto perfil, se desencajó. “Cuando me enteré de eso, me sentí con un dolor tan profundo como el que experimenté los primeros días que mataron a mi hijo”, aseveró.
La Porte, quien estuvo presente en el juicio que se le realizó en este país a Pedro Miguel, contó que aunque siente admiración y respeto por el pueblo panameño, espera cualquier cosa de la política criolla, luego de conocer que además de ser elegido como diputado, Pedro Miguel González tenía poder en la administración de justicia.
“Para mí eso es inconcebible, yo creo que en un sistema de gobierno o de justicia nunca debe ocurrir una cosa como esa, me sorprendió. Me siento indignada”.
Así mismo expresó que no entiende cómo se escogen y designan a las autoridades panameñas sin antes escarbar su pasado. “Vivo en un país que políticamente es muy distinto a Panamá. En Puerto Rico no ocurre eso porque las personas que tienen caso y que van a ser elegidas para cualquier puesto, el Comité de Ética del gobierno investiga, y si todo sale bien, entonces puede correr”.
El hilo que mantiene unido su dolor con la esperanza de justicia es delgado, pero al mismo tiempo se refuerza porque sabe que en cualquier momento González podría dar un paso en falso. Y tras él, narra, anda el Buró Federal de Investigación o FBI, por sus siglas en inglés.
“El año pasado me llamó el funcionario del FBI en Florida que estaba a cargo del caso de Zak. Me dijo que se iba a retirar y que otra persona se iba a encargar de investigar. Ellos continúan trabajando, tienen personal asignado... Incluso, tenían información de que González iba para La Florida con su hija mayor, cuando estaba de candidato a diputado, pero al final no salió porque parece que se enteró. El consuelo fue que me advirtieron que a Pedro Miguel le están siguiendo la sombra, que tenga la confianza, aunque parezca que no estamos haciendo nada, se está haciendo”.
“Usted sabe que entre Panamá y Estados Unidos no hay acuerdo de extradición, por eso nunca se ha podido apresar. Hemos estado esperando que se dé un viajecito para un país que tenga ese acuerdo con los Estados Unidos para poderlo apresar, nunca he perdido las esperanzas”.
Cuando se llevó a cabo el juicio contra González, Arlene y el padre de Zack estuvieron un mes en la capital panameña tratando de salir airosos en la disputa legal.
En esas audiencias estuvo tan cerca del que de varios disparos acabó con la vida de su hijo.
“Tengo en mi mente grabada la imagen de Pedro Miguel... A los otros que estuvieron allí que también dispararon, yo como que no los registro mucho, pero a González jamás se me va olvidar, él es el asesino de mi hijo”.
Hablan los expertos
Recientemente, la Asamblea Nacional designó a Pedro Miguel González como fiscal en el proceso legal iniciado en esa tribuna contra el magistrado de la Sala Tercera de lo Contencioso Administrativo, Alejandro Moncada Luna, por supuesto enriquecimiento ilícito.
Por dicha decisión, muchos sectores de la sociedad civil y varias corrientes políticas manifestaron su desacuerdo por considerar que González tiene un pasado difícil de desempolvar.
A juicio del exprocurador Rogelio Cruz, más allá de las acusaciones que hace Estados Unidos contra Pedro Miguel González por el asesinato de Hernández, este no es apto para actuar en el juicio contra Moncada porque padece de conocimiento legal y de balanza política.
“Hay que tomar en cuenta que él fue absuelto... Eso no juega ningún papel en su actuación como diputado y fiscal en esta causa. Sin embargo, creo que no ha actuado bien porque no es abogado, además de que se trata de un sistema penal nuevo. Su actuación en el caso Moncada me parece esencialmente política”.
En el aspecto diplomático, el experto en materia internacional, Julio Yao, opinó que entre Panamá y los Estados Unidos no existe ningún acuerdo que permita la extradición o entrega de un ciudadano panameño a ese país.
“Desde antes que se le hiciera el juicio a González, Estados Unidos, sin tener pruebas, ya lo acusaba de ser el asesino de Zak Hernández. Ellos fueron los que decidieron violar el derecho internacional a su favor. Además, nadie en el mundo puede ser juzgado dos veces por la misma causa”, aseveró Yao.
Precio por González
Dos años después del incidente entre el militar extranjero y González, el gobierno de los Estados Unidos puso precio a la cabeza del panameño.
Se fijaron $100,000 por quien precisara detalles del paradero de González, Roberto Garrido y Daniel Batista. Hernández fue emboscado por el trío que realizaba una protesta un día antes del arribo a la capital panameña del mandatario estadounidese George Bush (padre), quien fue invitado por el expresidente Guillermo Endara.
El resentimiento por la invasión anglosajona que acabó con la vida de miles de inocentes en Panamá motivó a González y sus dos compinches a llevar una emboscada contra un vehículo militar en el que viajaban Hernández y un comisionado del Ejército americano.
A la altura de un tramo conocido como El Veinte (Colón), un auto Toyota Starlet acorraló al Hummer y soltó una ráfaga de 27 tiros de AK-47.
El atentado acabó con la vida del sargento Hernández, mientras que su compañero, Ronald Tarrel Marshal, resultó gravemente herido, pero salvó su vida.
Dos semanas, luego del ataque, alguien confesó haber enterrado un fusil AK-47 y una ametralladora marca Smith & Wesson.
Tras el hallazgo en un terreno del Ministerio de Desarrollo Agropecuario en Gatún y luego de pruebas balísticas realizadas por el FBI y la Scotland Yard, de Inglaterra, Jaime Abad, el entonces director de la PTJ, declaró que González, Garrido y Batista estaban involucrados en el crimen de Hernández.
Conocidas las palabras de Abad, los acusados desaparecieron por un lapso de tres años, pero en 1995 PMG se entregó a las autoridades locales, cuando era presidente el perredista Ernesto Pérez Balladares.