Vacunas covid: ¿Negocio o salud?
Vacunas covid: ¿Negocio o salud?
Han vuelto a estresar a la población con el tema del cuco pandémico: El Covid/19. Minsa no ha cambiado su estilo ni su filosofía médica o respecto a la salud de los panameños. No hay ni tienen paradigmas que enfilen o alineen el concepto del "Primum non nocere, secundum cavere, tertium sanare et comitatur semper" (Primero es no hacer daño, segundo es tener cuidado, tercero es sanar y acompañar siempre) y menos en lo relativo al principio de la autonomía de la voluntad entendido como el derecho que tiene toda persona y que, aplicado en derecho de la salud humana, indica que quien es sujeto para la aplicación de un procedimiento médico o quirúrgico, incluidas las vacunas, debe ser informado, aun cuando no lo pregunte por su parte, de las consecuencias, ventajas y desventajas del mismo, y para que así y tan solo así, pueda tomar una decisión nítida y clara de que aceptando, en este caso, ser inoculado, tiene la paz mental y la plena certeza, por demás que la seguridad, que no le va a afectar o a dañar su salud y que por otro lado, que toda inoculación o procedimiento médico está dirigido a preservar y evitar molestias en su salud psíquica y física. Esto es, preservar su estado de salud o evitar ser enfermado y, del mismo modo, ser curado o sanado. Ese consentimiento debe estar libre de presiones, intimidaciones, chantajes, amenazas, etc. Inclusive, implica también que el sujeto o individuo puede negarse o resistirse al procedimiento o inoculación. Los debates actuales sobre el derecho a la salud, como se advierte en algunas lectuiras que hemos hecho para los propstos del rpesente artículo, no pueden dejar de lado la cuestión referente a las decisiones libres e informadas de los/las pacientes.
La cuestión se trastoca en compleja cuando quien ejerce este derecho, el derecho al consentimiento libre e informado, corresponde a un grupo en situación de vulnerabilidad; sin embargo, a nuestro juicio, loq ue compete a la certeza, efectividad y seguridad de la inoculacion o del procedimiento quirurgico, en estos casos, queda en manos del agente, organismo o institucion de la salud que las aplica e, inclusive, al apropio personal (Médicos o enfermeras, etc.).
Nada de lo anterior se compadece con la reciente advertencia adoptada y comunicada por el Minsa a todos los profesionales de la salud en Panamá, en cuanto que deben decir o expresar a las personas, momentos de asistir éstas para ser vacunadas, que las inoculaciones contra el Covid/19, que las mismas pueden causarles miocarditis y pericarditis, y ello sin defectos de un sinnúmero de efectos adversos que, comprobado está, causan éstas.
Un ciudadano, un padre o madre con sus niños, tutor o curador con su pupilo, que asiste para ser inoculados y advierte, previo conocimiento de la advertencia de esos efectos, que no se las pondrá, insistimos, no puede ser obligado ni compelido a hacerlo.
Se viciarían, de este modo, de darse el caso, los principios del primiun non nocere y el principio del derecho al consentimiento libre e informado.
Cierro este articulo, destacando que para el 20 de abril de 2023 publiqué una artículo, en este mismo periódico, en el que señalaba: “Ahora lo último: Padres que públicamente se están quejando que enfermeras, auspiciadas por los directores de las escuelas y colegios, a las bravas, sin permiso ni autorización de los acudientes, inoculan a los niños y muchachos. Por favor, hasta dónde llegaremos con toda esta parafernalia y nadie le pone los cascabeles al gato?. Esto es increíble, entre tanto, según se ha dado a conocer, la llamada FDA, madre santa de las autorizaciones de medicamentos que pueden tenerse como tales, así sean venenos, acaba de anunciar que las “vacunas monovalentes covid/19 Moderna y Pfizer “ya no están autorizadas para su uso”. Y entonces, por qué, en Panamá, sí. Qué dirá de todo esto el señor Ministro de Salud, su ejército de obedientes enfermeras puyadoras (No todas) y sus doctores anti Hipócrates?”.
Repito, eso lo escribí en abril de 2023. De modo que sobre los efectos adversos, ya la FDA para esa fecha los había dado a conocer. Y en Panamá no es, sino hasta ahora, luego de la yegua muerta, que vienen a decirnos que deben advertirnos de esos efectos perniciosos (Miocarditis y pericarditis) de estas inoculaciones en la salud humana.
Ya el problema o la discusión, el debate se supera, en torno a que si tienen o no grafeno (Lo cual está harto demostrado por institutos científicos serios) o quien sabrá qué mas, lo que ahora interesa tener bien claro es que esas vacunas contra el covid/19 pueden causarte la muerte. Siempre lo dijimos, siempre lo supimos. El extinto LUC MONTAGNIER, virólogo e investigador francés, Premio Nobel de Medicina junto a FRANCOISE BARRE-SINOUSSI, ya que descubrieron el virus de inmunodeficiencia humana (SIDA), ya lo había dicho. Por oponerse a las vacunas fue tildado por la llamada comunidad científica como el virólogo antivacunas y que por ello había dilapidado su inmenso prestigio. Hoy día, aunque tengamos la razón, no faltan quienes, esa misma llamada comunidad científica, sigue calificando de conspiran ocios. Y así mismo, con todo médico que opine lo contario, igual despotrican contra él y lo fusilan intelectualmente tratándolo por poco de ignorante. Y no se dan cuenta que son ellos mismos los que son manejados y gobernados con las mentiras del nuevo orden económico mundial (NOM) que se valió de una pandemia para sembrar caos y miedo, pánico y horror en la población del mundo entero. Cosa interesante, llama la atención, que LUC MONTAGNIER muere un 8 de febrero de 2022, en plena pandemia.
Médico, funcionario público, enfermera o quien quiera que ejerza intimidación o presión, amenazas o chantajes sobre un ciudadano a fin de que se inocule, incurre en delito: Abuso de autoridad y de Incumplimiento de los deberes propios al cargo. ¡Dios bendiga a la Patria!