La derrota del seleccionado brasileño causó protestas
Caos y vandalismo sacuden varias ciudades brasileñas
Varias ciudades brasileñas sufrieron actos de vandalismo, con asaltos, peleas e incendio de autobuses, tras la derrota de la selección de Brasil ante Alemania, por 1-7 en la semifinal del Mundial de Fútbol 2014.
Varias ciudades brasileñas sufrieron actos de vandalismo, con asaltos, peleas e incendio de autobuses, tras la derrota de la selección de Brasil ante Alemania, por 1-7 en la semifinal del Mundial de Fútbol 2014.
- Brasil (EFE)
- - Publicado: 10/7/2014 - 12:00 am
- 15 autobuses fueron incendiados y se lleva a cabo una exhaustiva investigación del incidente.
Rousseff y otros candidatos arropan a la selección de Brasil
- La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, así como sus principales adversarios de cara a las elecciones del 5 de octubre próximo, en las que buscará la reelección, se unieron en torno a la selección, tras su desastrosa derrota en el Mundial.
- El 7-1 con que Alemania castigó a la selección brasileña en las semifinales del Mundial 2014 generó mensajes de apoyo a los jugadores por parte de la mayoría de los políticos del país.
- Rousseff, a través de su cuenta en Twitter, dijo sentirse muy, muy triste con la abultada derrota de la selección y animó a los jugadores a levantar la cabeza.
- El senador Aécio Neves, candidato presidencial del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) y principal rival de Rousseff en el proceso electoral, también se solidarizó con los jugadores y evitó darle un tinte político a la goleada alemana.
- Una derrota dolorosa, difícil de entender, pero que no apaga el brillo del fútbol brasileño.
Varias ciudades brasileñas sufrieron actos de vandalismo, con asaltos, peleas e incendio de autobuses, tras la derrota de la selección de Brasil ante Alemania, por 1-7 en la semifinal del Mundial de Fútbol 2014.
Después de la derrota, la más abultada sufrida por Brasil durante su participación en las 20 ediciones de los mundiales y calificada como “vergonzosa” por la mayoría de la prensa, algunas personas causaron violencia y confusión.
En Belo Horizonte, donde se disputó el partido, el bohemio barrio de Savassi, el más visitado por los turistas con un promedio de 25,000 personas en sus bares y calles, se sucedieron peleas callejeras que terminaron con 12 detenidos.
Dentro del estadio hubo desmanes y varias personas que intentaron destruir parte del patrimonio público debieron ser expulsadas del recinto deportivo y custodiadas por la Policía hasta la salida, según las autoridades.
En São Paulo, mientras la tristeza cundía en algunos lugares preparados para el festejo, como el bohemio barrio de Vila Madalena y la FanFest, donde muchas personas se retiraron antes de finalizar el partido, otros puntos de la mayor ciudad brasileña eran testigos de una oleada de violencia.
La empresa municipal de transportes SPTrans confirmó que un garaje de una empresa de autobuses en la zona sur de la ciudad, próximo a la represa de Guarapiranga y a la carretera de M'Boi Mirim, fue atacado por desconocidos que prendieron fuego a 15 autobuses que estaban estacionados y fuera de servicio.
La Policía informó que nadie resultó herido en el incendio de los autobuses y señaló que la “primera hipótesis” en la línea de investigación es que se trató de una “reacción” por el partido, aunque no se descarta que el hecho pudo ser “aislado” y da continuidad a la ola de ataques que sufre el transporte público.
En la playa de Copacabana, uno de los lugares de más público durante el Mundial en Río de Janeiro, tres personas fueron arrestadas por causar una confusión que asustó a gran parte de las personas que salieron corriendo sin saber lo que pasaba y pensando que se trataba de un asalto colectivo.
Mientras, en Recife, capital de Pernambuco y otra de las sedes mundialistas, la Policía Montada tuvo que interrumpir la FanFest y usar gases lacrimógenos para dispersar una pelea entre aficionados durante el partido.
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