El suicidio hoy
El suicidio hoy
Cada año mueren en el mundo unas 800.000 personas por suicidio, por redondear cifras, algo que no se muestra de cara a la luz pública ni es tratado como una enfermedad.
Con el desmantelamiento de los "estados del bienestar", salud pública en algunas zonas y en otras el sistema sanitario por llamarlo de algún modo se muestra claramente privatizado no se puede esperar mucho del tratamiento de algo que no se considera una plaga de enfermedad mental que aumenta año tras año.
No hay cifras reales porque no se investiga a fondo el tema, "accidentes", muertes por drogas, alcoholismo y otros no se manejan como cifras dentro de los suicidios.
Lo cierto es que vivimos en un sistema que no considera a los seres humanos como tales sino como productores y máquinas, cuando no esclavos para el propio beneficio de la maquinaria económica.
Si produces existes, si no no vales, no existes y buscaremos eliminar a todo aquel que no produzca.
En Estados Unidos la mayoría de los suicidios se producen por armas de fuego. Cosas muy raras suceden, pero es bueno no seguir el discurso de muchos medios.
Además pienso que hoy mucha gente ya se dio cuenta de cómo mienten ciertos medios de comunicación que, por cierto, también tienen muchos problemas a pesar de que parezcan los altavoces del sistema capitalista. Están muy pillados y con grandes inconvenientes para "convencer" a sus "lectores".
Hoy el gran desconocido es la mente humana, pues podemos ver a una persona de gran reputación, un historial intachable, con una familia "maravillosa" y al día siguiente se suicida.
Esto ha sucedido hasta la fecha con una larga lista de "celebridades" de Hollywood. Todo se tapa y se maquilla, pero al final la pestilencia sale.
Debe de salir de nosotros las ideas de escuchar, de acercarnos al otro, sin miedo, sin ataduras, romper prejuicios, sin importar que un día o la primera vez nos rechacen.
A lo mejor si un día sale uno a la calle con un cartel que ponga: Escucho a otros, busco amigos, no sea considerado como un loco sino como alguien que comienza a tejer en sí mismo y en otros, el tejido social que está hoy destruido por otros.