Triunfa en un rudo mundo

Su voz enamora y su sensualidad encanta.

Dayra Moreno, la más cotizada exponente de la décima panameña, ha logrado romper el esquema conservador y machista de esta manifestación dominada hasta hace poco por los hombres.

Pero eso no ha sido gratuito, ni el resultado de la improvisación.

Llegó la secundaria y fue allí donde brilló su nombre.

Resultó ser en pocos años la ganadora de cinco premios del reputado Festival Nacional de la Voz y el Canto Manuel F.

Zárate, único certamen estudiantil de expresiones folclóricas en el país.

Dayra, como su madre, nació en Las Tablas.

Su padre es veragüense.

De allí la combinación que ha envuelto a esta mujer de 26 años, quien saborea el triunfo en el canto, pasión que combina con una exigente carrera: enfermería.

Con la misma seriedad con la que encara a sus adversarios en las cantaderas, nos habló de lo importante que es su trabajo.

Asegura que esto puede representar un paso importante en la calidad de vida de los panameños, que no ven el lavado de manos como necesario.

Pero en su faceta artística no todo ha sido alegría y éxito.

Dayra enfrentó hace algunos meses uno de los episodios más difíciles de su vida: su madre sufrió un aneurisma cerebral que la mantuvo en coma, y se recupera de manera lenta, pero positiva.

Esto alejó a la artista de sus compromisos.

En su carrera artística, Dayra ha tenido que enfrentarse al competitivo y rudo mundo de la décima panameña.

Confiesa que lo más difícil ha sido mantener a raya la vulgaridad.

Es un mundo en el que predominan los hombres.

Aún así su carrera en las tarimas sigue su curso.

Luego de presentar su último disco compacto en el que fusionó instrumentos y géneros con la décima, ahora tiene por delante otro proyecto: presentar un trabajo discográfico acompañada por el talentoso y reconocido pianista Walter Smith.