Familia. Es padre de dos parejas de gemelos, Lenny y Leo Federer y, Myla Rose y Charlene Riva Federer
Un padre que respeta las decisiones de sus hijos
- Redacción (10.deportivo@epasa.com) /@10deportivo
El tenista mejor laureado de Suiza aseguró que nunca ha considerado la opción de obligar a sus descendientes a practicar la disciplina del tenis. También agregó que es importante brindarle a los hijos el debido espacio para que los entrenadores puedan hacer su trabajo.



El suizo Roger Federer, número dos del mundo, es sin duda alguna uno de los padres de familia más afortunados y admirados en todo el mundo.
Las cifras
- 83 títulos en total acaricia el tenista suizo desde que empezó su carrera.
- 2008 fue el año en que Federer se hizo con la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Pekín.
Perfil
- Nombre: Roger Federer
- Edad: 33 años
- Nacimiento: 8 de agosto de 1981
- País: Suiza
- Deporte: Tenis
- Brazo hábil: Derecho
- Altura: 1.85 metros
- Peso: 187 libras
- Entrenadores: Severin Lüthi y Stefan Edberg
- Profesional desde: 1998
- Dinero ganado: 88 millones de dólares
- Ranking ATP: Nº 2
- Títulos en su carrera: 83
- Cónyuge: Mirka Vavrinec
- Hijos: Myla Rose Federer, Lenny Federer, Charlene Riva Federer y Leo Federer
- Juegos Olímpicos: Pekín 2008-oro, Londres 2012-plata
El suizo Roger Federer, número dos del mundo, es sin duda alguna uno de los padres de familia más afortunados y admirados en todo el mundo.
Su ambición para alcanzar el éxito lo llevó a ocupar el primer lugar del ranking mundial por 302 semanas consecutivas, un récord que superó la marca que ostentaba Pete Sampras, y es el único jugador en la historia que se coronó siete veces campeón de Wimbledon.
Tanta dicha y bendición lo consagran como un hombre único en toda Suiza, tanto para su familia y como para sus seguidores.
El padre de cuatro gemelos y esposo de la famosa tenista eslovaca Mirka Vavrinec se ha convertido en uno de los atletas más cotizados de toda europa.
Los ojos del mundo entero se posan sobre Roger cada vez que llega a las canchas de juego tomado del brazo de sus dos parejas de gemelos, dos niños: Lenny y Leo Federer, y dos niñas: Myla Rose y Charlene Riva Federer.
A pasar de ser un exitoso deportista y tener a cuatro herederos, Federer dejó claro que no forzará a sus hijos a tomar la raqueta.
“No sé si alguna vez mis hijos jugarán tenis de alto nivel. Honestamente, creo que todo dependerá de cómo se dan las cosas cuando nos instalemos definitivamente en Suiza y veamos qué deportes empiezan a jugar. Pero creo que para cualquier niño lo importante es que disfruten de lo que hacen, sin importar cuál deporte sea”, comentó el tenista.
También resaltó la importancia del espacio que se le debe dar a los hijos para que vayan definiéndose como personas.
“El apoyo y los consejos parentales son muy importantes. Lo menos que puede hacer un niño es esforzarse y mostrar una buena actitud. Al mismo tiempo, los padres tienen que darle al niño espacio para que los entrenadores puedan hacer su trabajo”, indicó.
El suizo comparó a sus hijos con su experiencia en el mundo del tenis.
“Cuando mis padres me dicen 'queremos ir a tus partidos', yo les respondo 'sí, vengan, porque no me molesta’, pero si me dicen 'no queremos ir a verte jugar porque no lo disfrutamos', está bien. Y eso es lo que espero que todo padre haga con su hijo”, atinó.
Charlene y Myla ya dieron sus primeros raquetazos en la cancha
Desde que Roger Federer fuera padre en 2009, ha estado acompañado por sus dos pequeñas hijas, las primeras en nacer.
Han sido horas y horas en pista donde se ha visto alentado por su familia, a la que ha podido ver crecer de cerca a pesar de las exigencias profesionales de un deporte de élite.
Quizá lo que no esperaba el suizo, o al menos de forma tan prematura, es que sus hijas se aficionaran a la raqueta.
“Sobre todo entrenan la coordinación. Coger la raqueta e intentar meter la pelota en unas cestas. Al principio es importante que no se las pida mucho y se diviertan jugando”, confesó muy motivado Federer.
El ex número uno del mundo indicó que sus hijas prefieren jugar con su entrenador que con él, algo a lo que parece felizmente resignado: “Él lo hace muy bien y las niñas van con alegría a sus clases”.
Ahora hay más razones que nunca para especular con la posibilidad de que Charlene y Myla sigan los pasos del padre y que algún día conformen una sólida pareja de duetos.
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