Un suéter que vale una goleada

El Chorrillo FC necesitaba levantar vuelo cuanto antes y lo hizo anoche en su estadio, ese Maracaná que más de una gran alegría ya le ha dado; ante más de 300 fanáticos que vibraron viendo a su equipo, luego de cuatro empates en el certamen local, volvió a la vida con una justa y contundente goleada por 3-0 ante el que hasta ayer, previo al encuentro, era el líder de la tabla, el Sporting San Miguelito.

Y para que se diera la victoria se juntaron algunos factores extradeportivos, cábalas y coincidencias que enriquecen y hacen tan imprescindible este deporte.

El primero de ellos, y quizás el más llamativo, la camisa de la suerte del técnico chorrillero Julio “Puchito” Medina III. Ese suéter color negro era una señal, un buen augurio. Lo reconoció el propio entrenador, luego de finalizado el choque.

Entre risas, Medina III contó: “Los jugadores me dijeron hoy (ayer) antes del partido, cuando íbamos a comer: ‘Profe, hoy ganamos’. Yo les pregunté ¿por qué? Y ellos me respondieron: ‘porque trajo la camisa de la suerte’”.

Fue nuevamente el Sporting la víctima de un Chorrillo alicaído, al que le urgía cortar una mala racha, tal y como pasó en la pasada temporada. Ya eran cuatro encuentros al hilo sin ganar. Un letargo que culminó con goleada de 3-0. Un déjà vu del Clausura 2014 (al cual se hizo referencia en la edición de ayer de este medio).

La fiesta chorrillera comenzó al minuto 5, con un tanto de Yustin Arboleda.

En el cierre de la primera mitad, los “pechiamarillos”, en una ráfaga de fútbol práctico y directo, ante el desconcierto de la zaga “académica”, sentenciaron el choque. Primero apareció nuevamente Arboleda, quien firmó el 2-0 al minuto 42. Le siguió Jhamal Rodríguez casi al instante (minuto 43), con un hermoso tanto, picando la pelota ante la salida del meta rival. Con el gol la locura en las gradas y los cánticos de “¡Ahí, ahí, ahí está el campeón...!”. Después, otro cántico en contra de la afición adversaria, de quien se siente ganador: “¡Aquí, allá, Chorrillo es tu papá...!”.

En el complemento, un Sporting sin respuesta terminó con algún jugador frustrado, como por ejemplo el defensor Fidel Escobar, que fue expulsado tras propinarle una patada descarada a Arboleda.

Pero eso no dañó la celebración de un Chorrillo, al que le retornaba la sonrisa al rostro y que culminó el enfrentamiento tratando de hacer una que otra jugada de fantasía.