Capturan a autores de asesinato de bebé en México
Publicado 1999/11/19 00:00:00
- José Miguel DomÃnguez F.
Un aprendiz de enfermero y un obrero fabril se acusaron mutuamente ayer ante millones de televidentes mexicanos sobre la autoría del asesinado de un bebé, cuyo secuestro conmovió hace 10 días a la capital del país.
Miguel Salazar, de 33 años, y Juan José Avila, de 27, protagonizaron desde dependencias judiciales un careo "en vivo" ante cámaras de la red de televisión Televisa y ambos negaron haber matado al niño Braulio Suárez. El bebé, de ocho meses, fue secuestrado por dos hombres el 9 de noviembre de la casa de sus padres en el populoso municipio de Tlaneplantla, del vecino estado de México, sin que sus ancianos y enfermos abuelos pudieran evitarlo.
Una campaña de solidaridad, de escasos precedentes en la historia delictiva en la zona metropolitana de la capital mexicana, de 18 millones de habitantes, siguió al secuestro de Braulio para su localización con vida. Pero el cadáver semicarbonizado del bebé, con señas de golpes en la cabeza, apareció el martes en un terreno baldío de un suburbio capitalino. Salazar, quien atendía como enfermero al abuelo de la pequeña víctima, y Avila, ex obrero de una fábrica de ropa femenina, fueron detenidos el miércoles y confesaron el secuestro y muerte del bebé ante autoridades judiciales del estado de México.
El procurador estatal de justicia, Jorge Reyes, dijo en conferencia de prensa la noche del miércoles que el bebé murió presumiblemente luego de ser golpeado en su propia habitación y sacado en una maleta junto a varios objetos electrónicos.
"Miguel me dio la maleta, pero yo no sabía que traía al niño (...) unas dos horas después constaté que venía muerto (...) yo no lo maté",dijo ante las cámaras televisivas Avila.
"Yo no maté al bebé, nunca lo golpeé (...) ni he dicho que salió en una maleta (...) no tengo más que pensar que él (Avila) fue", afirmó, en tanto, Salazar.
El procurador Reyes sostuvo que los dos detenidos, sin antecedentes penales, intentaron deshacerse del cuerpo de su pequeña víctima rociándolo con gasolina y encendiéndole fuego.
Los dos detenidos enfrentan penas individuales de hasta 40 años de cárcel, pero programas radiales recibían ayer múltiples llamadas de indignados oyentes que exigían para ambos la pena de muerte, inexistente en la legislación penal del país.
Miguel Salazar, de 33 años, y Juan José Avila, de 27, protagonizaron desde dependencias judiciales un careo "en vivo" ante cámaras de la red de televisión Televisa y ambos negaron haber matado al niño Braulio Suárez. El bebé, de ocho meses, fue secuestrado por dos hombres el 9 de noviembre de la casa de sus padres en el populoso municipio de Tlaneplantla, del vecino estado de México, sin que sus ancianos y enfermos abuelos pudieran evitarlo.
Una campaña de solidaridad, de escasos precedentes en la historia delictiva en la zona metropolitana de la capital mexicana, de 18 millones de habitantes, siguió al secuestro de Braulio para su localización con vida. Pero el cadáver semicarbonizado del bebé, con señas de golpes en la cabeza, apareció el martes en un terreno baldío de un suburbio capitalino. Salazar, quien atendía como enfermero al abuelo de la pequeña víctima, y Avila, ex obrero de una fábrica de ropa femenina, fueron detenidos el miércoles y confesaron el secuestro y muerte del bebé ante autoridades judiciales del estado de México.
El procurador estatal de justicia, Jorge Reyes, dijo en conferencia de prensa la noche del miércoles que el bebé murió presumiblemente luego de ser golpeado en su propia habitación y sacado en una maleta junto a varios objetos electrónicos.
"Miguel me dio la maleta, pero yo no sabía que traía al niño (...) unas dos horas después constaté que venía muerto (...) yo no lo maté",dijo ante las cámaras televisivas Avila.
"Yo no maté al bebé, nunca lo golpeé (...) ni he dicho que salió en una maleta (...) no tengo más que pensar que él (Avila) fue", afirmó, en tanto, Salazar.
El procurador Reyes sostuvo que los dos detenidos, sin antecedentes penales, intentaron deshacerse del cuerpo de su pequeña víctima rociándolo con gasolina y encendiéndole fuego.
Los dos detenidos enfrentan penas individuales de hasta 40 años de cárcel, pero programas radiales recibían ayer múltiples llamadas de indignados oyentes que exigían para ambos la pena de muerte, inexistente en la legislación penal del país.
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