Castellanos, un palmarés ‘mentiroso’ y el posible adiós al boxeo de ‘Pelenchín’

Robinson Castellanos aparenta ser un boxeador más del montón. Un gladiador regular con un récord nada atractivo, en el que saltan a la vista sus nueve derrotas en 26 combates. Es más, nadie pensaría que hoy luce en su cintura la faja pluma (126 libras) plata del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), misma que ha defendido en seis oportunidades.

Y es precisamente ese récord la carnada perfecta que coloca este gladiador mexicano para pescar a los “peces gordos” del boxeo. Un señuelo que hoy clava sus ojos sobre la humanidad del ex doble campeón del mundo, el panameño Celestino “Pelenchín” Caballero.

Que quede claro. Desde el 18 de diciembre de 2010 Castellanos ha logrado nueve victorias de forma consecutiva, quizás contra gladiadores que lo pudieron haber subestimado. Esta es una señal de alerta para “Pelenchín”, quien no puede mañana, en la arena Roberto Durán, menospreciar el hambre de gloria que ha presentado este azteca desde que decidieron darle todo el apoyo económico, para que así se dedicara 100% a su carrera como pugilista.

“Antes no recibía el apoyo económico en mi carrera. Mi vida como boxeador cambió cuando la empresa Boxeo de Gala me dio todo el apoyo”, expresó días atrás Castellanos, no sin antes aclarar que sus nueve derrotas en su carrera ya no las recuerda. “Ahora son nueve victorias consecutivas las que tengo, además del título pluma plata del CMB, que luzco con mucho orgullo”, añadió.

Hambre de gloria

¿Por qué Castellanos aceptó pelear en Panamá contra “Pelenchín”? ¿Por qué no se fue por el camino más fácil? ¿Por qué no imitó a sus compatriotas Jhonny González y Daniel Ponce de León (actual campeón pluma del CMB), quienes ignoraron los retos que les envió “Pelenchín” cuando era el monarca de las 126 libras de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB)?

La respuesta es sencilla: Castellanos tiene hambre de gloria. De gritarle al mundo del pugilismo que existe y, está claro, que no hay mejor manera que derrotando a un guerrero que lució, además del cetro pluma de la AMB, la faja supergallo de la Federación Internacional de Boxeo (FIB) y la de la AMB.

Pero esto no es todo. Castellanos está tan feliz y ansioso de pelear contra “Pelenchín” porque tiene, en sus puños, la oportunidad perfecta para derrotar a un púgil que fue declarado por la AMB como supercampeón mundial, por haber defendido su corona supergallo en cinco oportunidades. En realidad, fueron ocho defensas.

Ahora, ¿tiene algo que perder Castellanos ante “Pelenchín”? Solo su faja, porque no se puede negar que ha escrito un resurgimiento extraordinario en su carrera, digna para la filmación de una película, pero nada comparado a lo que ha hecho Caballero en sus 15 años de carrera profesional.

Su paso a la grandeza

Antes de cosechar la cadena de nueve victorias consecutivas, en la que abrazó el campeonato mundial plata, Castellanos tenía una carrera profesional para el olvido. Muestra de ello era su palmarés negativo de ocho triunfos y nueve derrotas. Ni siquiera con ese récord alguien podía pensar, por un segundo, que podría ser considerado para recibir una oportunidad por una corona mundial.

Sin embargo, sucedió. Luego de que el mexicano Argel Salinas se reportó imposibilitado para disputarle el título pluma plata del CMB a su compatriota Alberto Garza, surgió el nombre de Robinson Castellanos. Increíblemente, Castellanos, en ese momento, solo había logrado dos victorias más, y su récord era de 10-9-6 KO.

En aquella oportunidad -2 de abril de 2011- y contra todos los pronósticos, Castellanos noqueó a Garza, para despojarlo de la diadema mundial pluma plata del CMB. Y de ahí todo fue escribir una historia en plata, en que suma seis capítulos llenos de éxito.

Fuerte y fajador

Castellanos es un gladiador al que le gusta la guerra. De lanzar sus puños en todas direcciones. De nunca dar marcha atrás. Le encanta la pelea cuerpo a cuerpo, la de sentir muy de cerca la respiración de su rival para castigarlo sin piedad, principalmente en la zona media.

Además, es un púgil que sabe lo que es besar la lona en el primer asalto y levantarse para salir por la puerta grande, tal como lo escribió en su quinta defensa ante su compatriota Omar Estrella, el 29 de septiembre de 2012.

Aguerrido, fuerte y fajador, Castellanos cuenta las horas para dar la sorpresa, para inundar de lágrimas el Canal de Panamá.