HISTORIA DE UN MEDIOCRE
- REDACCION
[B]Cuando todavía no era arrogante, ni millonario ni el técnico del Real Madrid, José Mourinho fue un mal jugador. La historia perdedora de quien hoy es un ganador.[/B]
José Mourinho no siempre fue un ganador. Tuvo una etapa muy dura como jugador que lo llevó a pasar sin pena ni gloria por algunos equipos.
El hombre que hoy se lleva todas las fotos en los principales estadios del mundo, fue un mal jugador. Sin embargo, el destino le tenía reservado otro lugar en el fútbol.
El diario argentino Olé publicó una investigación sobre “El Mago de Setúbal”, en la que refleja la particular historia de “Mou”. Los Mourinho vivían en Aires, una pequeña localidad a cuatro kilómetros de Setúbal, donde nació el técnico del Real Madrid. Al hombre que hoy tiene 48 millones de resultados en Google lo llamaban, entonces, Ze Mario. María Julia, su madre, enseñaba idiomas y le enseñó francés, español e inglés.
Sus inicios:
En 1981 el equipo de Río Ave de Portugal dirigido por el padre de Mourinho visitaba al Sporting de Lisboa y el técnico intentó hacer debutar en primera a su hijo José Mourinho, de 19 años, como marcador central. Sin embargo, el presidente del club se presentó en el vestuario y frustró el debut de “Mou”: “¡O tu hijo se queda en el banco, o los dos se van del club!”, le habría dicho al entrenador.
Dejó el Río Ave ese mismo año y se fue al Belenenses. El destino, insistente, lo mortificaba con su risa: nunca jugó. Un año después firmó con el Sesimbra en el que por fin debutó, pero en la Segunda División.
“Se veía que quería ser líder, pero en el campo no era tan bueno como cuando se ocupaba de mandar. Aunque tenía carácter, le faltaba talento”, lo radiografió Sebastián Patricio, presidente del club.
La intuición:
Luego, el Sesimbra, en el que jugaba Mourinho, descendió a Tercera. “No era un iluminado”, recuerda ahora Paulo Matos, ex compañero escolar.
“Pero se notaba que sería entrenador. Su intuición era fuera de lo común”, lo recuerda otro amigo, Fernando Tomé. También se notaba que jugar no era lo suyo: en el 87 pasó al Club Comercio e Industria, también de la Tercera, en el que se retiró. Ni siquiera una temporada, y se retiró.
Acaso se liberaba entonces de un traje que lo apretaba, lo incomodaba, no le servía. Acaso era el adolescente con la insípida cara de Peter Parker. El silencioso ninguneado que un día, explosivo, se nos aparece como un héroe fatal.
Todavía con los botines desatados, Ze Mario aceptó dirigir al Club Comercio en los últimos seis partidos de liga y allí comenzó su historia como entrenador, la que lo consagró como el técnico más reconocido y triunfador en el mundo entero.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.