Michael Ballack, un jugador notable
Publicado 2002/06/23 23:00:00
- Ulsan
El centrocampista Michael Ballack no sólo marcó el gol con el que Alemania se clasificó a semifinalista del Mundial 2002 al vencer a Estados Unidos (1-0), sino que se erigió en la figura de un partido que difícilmente haga historia.
Ballack destaca en un equipo flojo y sin vuelo por sus características técnicas y su personalidad, por lo cual le llaman en su país "el joven Beckenbauer".
El propio jugador, respetuoso de la historia del fútbol de su país, dijo antes del Mundial que los jugadores del equipo que dirige Rudi Voeller podrían darse por satisfechos si llegaban a los octavos de final en esta competición y más tarde indicó que "evidentemente" a Alemania "le falta mucho" para tener una gran selección.
Es Ballack, entre todos los jugadores de la selección alemana que participa en el Mundial de Corea y Japón el que ha tenido un desarrollo más notable en la última temporada que le ha convertido en símbolo del fútbol germano y lo ha puesto en camino de la consagración mundial.
Ballack, que tiene 25 años, fue visto prácticamente desde las divisiones inferiores como un gran talento.
"Yo sabía que algún día iba a llegar muy arriba. Era técnicamente un genio y no había que enseñarle nada. Ni siquiera a hacer malabarismos con el balón, eso lo sabía hacer Michael con la derecha y con la izquierda", ha dicho uno de sus primeros entrenadores, Joachim Müller, que fue su tutor en una escuela de deportes en el este de Alemania.
Pese a ese talento natural, que se notó desde su primera temporada en la Bundesliga, cuando se coronó campeón en 1998 con el Kaiserslautern bajo las órdenes de Otto Rehagel, Ballack necesitó tiempo para convencer a los escépticos.
La crítica central era, algo típico en Alemania, que Ballack se ensuciaba poco la camiseta y que a veces parecía jugar con desgana, lo que el jugador atribuye a la falsa impresión que produce su manera de moverse en el campo.
El punto más bajo de su carrera lo tuvo al final de la temporada 1999-2000 cuando un autogol suyo ante el modesto Unterhaching abrió el camino a la derrota que le costaría a su equipo, el Bayer Leverkusen, el título de la Bundesliga.
La siguiente temporada estuvo llena de altibajos y sólo en ésta el jugador se ha convertido en una figura indiscutible tanto en el Leverkusen -que abandonó para engrosar las filas del Bayern de Múnich- como en la selección alemana.
Además de las virtudes que ya había mostrado en otras temporadas, su capacidad para organizar el juego en el centro del campo y para colaborar con la defensa, en este temporada Ballack se ha transformado en goleador lo que, según ha asegurado, ha supuesto una sorpresa incluso para sí mismo.
Con 17 goles en la Bundesliga, 6 en la Liga de Campeones y 8 en la selección (dos en este Mundial), el jugador ha mostrado su efectividad y también la variedad de sus recursos puesto que ha marcado de todas las maneras imaginables.
Ballack destaca en un equipo flojo y sin vuelo por sus características técnicas y su personalidad, por lo cual le llaman en su país "el joven Beckenbauer".
El propio jugador, respetuoso de la historia del fútbol de su país, dijo antes del Mundial que los jugadores del equipo que dirige Rudi Voeller podrían darse por satisfechos si llegaban a los octavos de final en esta competición y más tarde indicó que "evidentemente" a Alemania "le falta mucho" para tener una gran selección.
Es Ballack, entre todos los jugadores de la selección alemana que participa en el Mundial de Corea y Japón el que ha tenido un desarrollo más notable en la última temporada que le ha convertido en símbolo del fútbol germano y lo ha puesto en camino de la consagración mundial.
Ballack, que tiene 25 años, fue visto prácticamente desde las divisiones inferiores como un gran talento.
"Yo sabía que algún día iba a llegar muy arriba. Era técnicamente un genio y no había que enseñarle nada. Ni siquiera a hacer malabarismos con el balón, eso lo sabía hacer Michael con la derecha y con la izquierda", ha dicho uno de sus primeros entrenadores, Joachim Müller, que fue su tutor en una escuela de deportes en el este de Alemania.
Pese a ese talento natural, que se notó desde su primera temporada en la Bundesliga, cuando se coronó campeón en 1998 con el Kaiserslautern bajo las órdenes de Otto Rehagel, Ballack necesitó tiempo para convencer a los escépticos.
La crítica central era, algo típico en Alemania, que Ballack se ensuciaba poco la camiseta y que a veces parecía jugar con desgana, lo que el jugador atribuye a la falsa impresión que produce su manera de moverse en el campo.
El punto más bajo de su carrera lo tuvo al final de la temporada 1999-2000 cuando un autogol suyo ante el modesto Unterhaching abrió el camino a la derrota que le costaría a su equipo, el Bayer Leverkusen, el título de la Bundesliga.
La siguiente temporada estuvo llena de altibajos y sólo en ésta el jugador se ha convertido en una figura indiscutible tanto en el Leverkusen -que abandonó para engrosar las filas del Bayern de Múnich- como en la selección alemana.
Además de las virtudes que ya había mostrado en otras temporadas, su capacidad para organizar el juego en el centro del campo y para colaborar con la defensa, en este temporada Ballack se ha transformado en goleador lo que, según ha asegurado, ha supuesto una sorpresa incluso para sí mismo.
Con 17 goles en la Bundesliga, 6 en la Liga de Campeones y 8 en la selección (dos en este Mundial), el jugador ha mostrado su efectividad y también la variedad de sus recursos puesto que ha marcado de todas las maneras imaginables.
- Alias: BALLACK
- Nombre completo: Michael Ballack
- Fecha nacimiento: 26 Sep 1976
- Lugar nacimiento: Dortmund (Alemania)
- Nacionalidad: Alemana
- Peso: 80
- Altura: 189
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