Las palabras carajo y pene son sinónimos

No sé a quién se le ocurrió mandar una serie de mensajes electrónicos diciendo que “carajo” es el nombre del lugar desde donde los vigías de los barcos miraban el horizonte y que, como no debía ser agradable estar allí, el capitán les decía como castigo a los marineros díscolos: ¡Vaya usted al carajo! Como chiste no está mal, pero el hecho es que incluso gente culta que conozco se ha tragado esa patraña. El lugar mencionado se llama cofa o gavia. Caraja, no carajo, era cierta vela pequeña que ponían en botalones o en el bauprés, no en los mástiles. El carajo es otra cosa.

Dice Camilo José Cela en su Diccionario secreto que los lingüistas no se ponen de acuerdo sobre la etimología de la palabra carajo, atribuyéndole todos diversos orígenes muy antiguos. Lo que sí está claro es que en sentido propio significa pene. Es común que los nombres vulgares de los órganos genitales terminen convertidos en expresiones malsonantes, como ocurre en España con la palabra “coño” o en Panamá con la palabra “chucha”. Cualquier español sabe que carajo y pene son sinónimos, pero parece que en América se ha conservado el dicterio y se ha olvidado el origen.