Palabras emparentadas
- Rodolfo de Gracia Reynaldo
Los usuarios nativos de una lengua tienen conciencia del espíritu de esta. Los que aprendemos otros idiomas, no, a menos que la experiencia de vida nos aproxime a la cultura de esa lengua, lo cual es difícil de adquirir, aunque no imposible.
Por ello, existen grupos de palabras de significado similar, aunque “un matiz” diferenciador las distingue, de modo que, en estricto sentido, no podrían emplearse indistintamente en todos los contextos.
Algo le indica al usuario sagaz que, aunque estén emparentadas y pertenezcan incluso al mismo campo semántico, ellas no pueden sustituirse “alegremente”.
Matrimonio y boda
Cuando se celebra una boda (que es una ceremonia y además una fiesta), ello se debe a un acontecimiento precedente que es el matrimonio. Parece lógico decir que cuando se asiste a una boda es porque se está asistiendo a un matrimonio. Pero el matrimonio es el sacramento y es el rito o la formalidad legal. Hay acta de matrimonio, pero no acta de boda, propiamente tal. Las “bodas” son los aniversarios: bodas de plata, bodas de oro, etc. El matrimonio es la pareja y es la convivencia de esa pareja; el matrimonio dura hasta que los contrayentes lo dispongan; la boda es un momento, y llegan a ser de diamante, de oro, de plata, si el matrimonio (la unión), persiste.
Bautismo y bautizo
Primero es el bautismo (el sacramento). Ello está ligado directamente a bautizar, que es administrar el bautismo. Pero el bautizo, además de ser una fiesta, también es la acción de administrar el bautismo. En la iglesia ocurre un bautizo no como una fiesta pagana, sino como una acción mediante la cual la persona autorizada administra a otra el sacramento del bautismo.
Sin embargo, en el habla corriente, los panameños entendemos, en general, que cuando nos invitan a un bautizo es a la fiesta posterior a la ceremonia que se realizó en la iglesia. Tenemos muy claro que bautizo es para fiesta y que bautismo es el sacramento.
Cárcel y prisión
Aunque el DRAE las da como sinónimas, pues dice de cárcel “Local destinado a reclusión de presos”, y de prisión asevera: “Cárcel o sitio donde se encierra y asegura a los presos”, la cárcel es siempre un término mucho más concreto, mientras que prisión lo es mucho más abstracto. Los Gobiernos construyen cárceles de máxima o pésima seguridad. Alguien se escapa de la cárcel, porque vulnera las paredes, los barrotes, las puertas, etc. Prisión nos lleva a prisionero, “el que padece encerramiento, privación de libertad”. Pero cárcel también tiene sus matices de abstracción: A los que andan en malos pasos les espera la cárcel, el cementerio o el hospital. Todos en sentido figurado. Irás a parar a la cárcel (no se piensa en el recinto propiamente, sino en la privación de la libertad).
Casa y hogar
La casa empieza siendo una estructura (Una casa de dos plantas); pero también significa “familia” o “grupo de personas que viven juntas”: En esta casa se te aprecia. El hogar, en cambio, no es necesariamente una casa, aunque el DRAE lo define como tal en una de sus acepciones. Es un concepto filiado al amor, a la unión, al calor de la familia. Se puede tener una casa, pero no un hogar.
Educar y enseñar
Según el DRAE, educar y enseñar coinciden en que ambas significan “adoctrinar”, es decir, “Inculcar a alguien determinadas ideas o creencias”.
Pero educar es siempre término más amplio. El que educa “dirige, encamina”, el que educa “forma”, “moldea”, “abre camino”, “señala un cauce”, “guía”, “muestra el camino”.
Enseñar, en cambio, es un término más restringido. Busca “amaestrar con reglas o preceptos”, “persigue dominar una ciencia, un mecanismo, un método”; el que enseña quiere hacer al otro diestro en eso que él conoce muy bien. Por eso se enseña gramática, historia, lógica. Pero se educa al individuo, se educa a través de la enseñanza, si la enseñanza no se vuelve mecánica.
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