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Perfil del nuevo director del Inac
- Egbert Lewis (egbert.lewis@epasa.com)
La comunidad cultural está a la expectativa de lo que sucederá con el Instituto Nacional de Cultura (Inac). Si bien es cierto que el
La comunidad cultural está a la expectativa de lo que sucederá con el Instituto Nacional de Cultura (Inac). Si bien es cierto que el perfil del nuevo director o directora es trascendental, existe una opinión mayoritaria de que lo que se necesita es una persona con una visión macro y que esté consciente de que la gestión va más allá de sus gustos personales o de sus preferencias artísticas.
Quien comande la administración de la cultura desde el ámbito oficial debe ser capaz de comprender que su papel va más allá de ser figura protocolar y organizadora de concursos y espectáculos. Debe comprender que su misión es propiciar, junto a su equipo administrativo y con el apoyo de los gestores culturales, los artistas, los docentes y el pueblo, las condiciones para que la institución trascienda hacia un rango más elevado que le permita interactuar como par en el engranaje estatal y con sus homólogos internacionales.
Urge que el Inac trascienda de instituto a ministerio para que la cultura llegue al Consejo de Gabinete, se convierta en un tema de Estado y deje de ser un apéndice del Ministerio de Educación. Sobre esto ya hubo una decisión unánime que está pediente de ser consolidada.
La cultura deber ser autónoma —tanto económica como administrativamente— para que sus objetivos propios puedan ejecutarse sin que el director se obligue a actuar según los vaivenes del ministro de Educación de turno y puedan dialogar en condiciones iguales.
La comunidad reclama y el país necesita en la dirección de cultura a un líder nato. A una persona que entienda y sepa generar la dinámica que permita que se saque el mayor provecho posible de las ventajas de proyección, movilidad social, comprensión del entorno y, por supuesto, económicas que da como rédito una política cultural bien estructurada y llevada a adelante con criterios objetivos, no excluyentes y pensados con propósitos colectivos.
Está claro que el país ya cuenta con algún nivel de infraestructura que puede servir de base para el desarrollo de las actividades inherentes a la cultura, lo que se necesita ahora es la voluntad para transformar una institución que se ha quedado rezagada con respecto al avance del país y para ello se requiere de una mujer o de un hombre que, además de cuidar su imagen personal, cuide más de la riqueza infinita que representa nuestro patrimonio cultural.

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