¿Would you care for a cup of tea?
- Ernesto Endara
“El poder puede ser conquistado o conservado sin violencia, pero nunca sin engaño” Orwell
Vuelvo a saborear “Una buena taza de té”. Es un libro luminoso que encontré gurguceando entre los anaqueles de la Librería Cultural. Son ensayos y cartas del autor de “1984”, George Orwell. No me van a creer, costó dos dólares (Edic. Destino, 293 págs.)
En aquellos tiempos no había leído nada de Orwell (cuyo verdadero nombre es Eric Arthur Blair), pero como de “1984” se hizo una película, para mí ya era una referencia, así que lo compré y comencé a hojearlo de inmediato. Me atraparon los párrafos leídos al azar. Y lo devoré.
Hoy me siento a escribir esta columna al repasar este inquietante libro porque necesito comentarlo, hablar de él y de su autor.
Orwell (1903-1950), como ven, sólo vivió 47 años, lo cual es una pena, porque era un pensador activo, libre y original. Nació en Bengala, India (que para ese entonces todavía era parte del Imperio Británico). Fue policía en Burma y librero en Londres; pero, sobre todo, fue escritor. Me convence, me identifico con las cosas que dice: «La destrucción es una táctica de dudoso resultado», «Aceptar una responsabilidad política significa someterse a ortodoxias y “líneas de partido”, con todos los temores y deshonestidades que ello implica» «La decadencia de las revoluciones se debe al efecto corruptor del poder” (¡Carajo, casi escribo poder con “j”!). Y así un brillante tesoro de frases. Sí, señor, me la pasé subrayando todo el libro. Un amigo me llama en este momento y le comento lo que hice con Orwell; tras unos segundos de silencio dice: «Fíjate, Neco que yo nunca he subrayado un libro, creo que lo voy a hacer de ahora en adelante» y yo lo animo: «Si un libro no tiene nada que te provoque subrayar, no sirve».
Como creo que será muy difícil conseguir ese libro en Panamá, paso el dato de que en inglés se publicó con el nombre de The collected Essays, Journalism and Letters of George Orwell. No me extrañaría que puedan bajarlo por Internet.
Orwell cita los versos de un himno que él admira: “Atrévete a ser un Daniel;/ atrévete a estar solo;/ Atrévete a tener un propósito firme,/ Atrévete a proclamarlo.” Y sin duda, él mismo es ese prototipo de hombre al que se le cantan himnos.
El té para mí es una poción medicinal. Pero esta taza que me brindó Orwell, me deleitó y me sirvió para aromatizar esta columna.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.