Avianca se acoge a ley de bancarrota
Publicado 2003/03/31 00:00:00
- Manila
En una de las jugadas más arriesgadas de los últimos tiempos, Juan Emilio Posada, presidente de Alianza Summa, declaró a Avianca en concordato Juan Emilio Posada jamás olvidará la noche del jueves 20 de marzo de 2003. Mientras medio planeta estaba pendiente de lo que ocurría en Irak él enfrentaba una situación de la que dependería buena parte del futuro de la Alianza Summa, la empresa aeronáutica que preside. Tras una reunión que se desarrolló de manera ininterrumpida durante casi 12 horas en las oficinas de la Alianza en Bogotá, Posada recibió la aprobación de la junta directiva de la compañía para que Avianca y su filial en Estados Unidos, Avianca Inc., se acogieran al Capítulo 11 de la ley de quiebras norteamericana. Su solicitud fue recibida a las 3 de la mañana por la Corte del Distrito Sur de Manhattan, en Nueva York, vía correo electrónico.
El episodio tomó por sorpresa a más de uno. Que la aerolínea más importante de Colombia se declare en concordato no es una situación que se vea todos los días. Mucho menos si hace parte de un conglomerado empresarial como el Grupo Santo Domingo, cuyas ramificaciones se extienden a la mayoría de los estamentos de la economía nacional.
Lo que busca Avianca al acogerse al Capítulo 11, uno de los cuatro procedimientos de bancarrota contemplados por la ley estadounidense, es poder renegociar las deudas que tiene en el exterior. Mediante éste Avianca podrá mantener la propiedad de sus activos y seguir operando mientras acuerda con sus acreedores la cancelación o reestructuración de sus obligaciones. Se trataría de empréstitos por unos 130 millones de dólares, de los cuales 20 millones corresponden a los tenedores de bonos en Estados Unidos, 55 millones a los arrendadores de aviones, 15 millones a bancos y 40 millones de dólares a otros acreedores.
Mientras esto sucede la empresa queda blindada contra todo proceso legal en su contra. Es decir, que ningún acreedor puede "echarle mano" a sus activos ni tampoco tocar sus ingresos. Además le otorga un período de gracia de 60 días, durante el cual no tiene que pagar ni intereses sobre sus créditos ni arrendamiento por el uso de los aviones, los cuales casi todos son en leasing. Esto le permite estabilizar, al menos durante un tiempo, el flujo de caja para poder operar, ya que justamente fue la ausencia de efectivo la que hizo que la compañía se viera obligada a declararse en bancarrota la semana pasada.
222 Con la ley de quiebra Avianca busca renegociar las deudas que tiene en el exterior, y así mantener los activos y seguir operando.
El meollo del problema es que Avianca tiene un crédito con el New York Bank por 20 millones de dólares. Como Avianca estaba colgada en los pagos el Banco ejerció su facultad de retener el dinero que la aerolínea factura a través de su filial Avianca Inc. por concepto de la venta de tiquetes internacionales. Este cobro por la derecha descapitalizó a la empresa y originó un faltante de caja que se volvió insostenible, a tal punto que la empresa no tenía con qué pagarles a los proveedores de combustible. Al fin y al cabo 55% de los ingresos de Avianca provienen de sus ventas en el exterior.
"La protección adquirida a través del Capítulo 11 busca justamente darle oxígeno a Avianca mientras reorganiza todos sus estados financieros", dice Juan Emilio Posada, presidente de Alianza Summa.
Los problemas financieros de Avianca, sin embargo, no tienen nada de nuevo. Desde hace tiempo la principal aerolínea comercial del país viene perdiendo plata a chorros. Se calcula que en los últimos 10 años el Grupo Empresarial Bavaria ha tenido que invertir unos 300 millones de dólares para cubrir las pérdidas que deja su operación.
El déficit de caja de la aerolínea se acercaba, antes de la conformación de la Alianza Summa, a los 100 millones de dólares anuales, cifra insostenible para una empresa en Colombia, sobre todo si se tiene en cuenta que la mayoría de sus gastos son en dólares y la devaluación del año pasado fue superior al 25%.
El episodio tomó por sorpresa a más de uno. Que la aerolínea más importante de Colombia se declare en concordato no es una situación que se vea todos los días. Mucho menos si hace parte de un conglomerado empresarial como el Grupo Santo Domingo, cuyas ramificaciones se extienden a la mayoría de los estamentos de la economía nacional.
Lo que busca Avianca al acogerse al Capítulo 11, uno de los cuatro procedimientos de bancarrota contemplados por la ley estadounidense, es poder renegociar las deudas que tiene en el exterior. Mediante éste Avianca podrá mantener la propiedad de sus activos y seguir operando mientras acuerda con sus acreedores la cancelación o reestructuración de sus obligaciones. Se trataría de empréstitos por unos 130 millones de dólares, de los cuales 20 millones corresponden a los tenedores de bonos en Estados Unidos, 55 millones a los arrendadores de aviones, 15 millones a bancos y 40 millones de dólares a otros acreedores.
Mientras esto sucede la empresa queda blindada contra todo proceso legal en su contra. Es decir, que ningún acreedor puede "echarle mano" a sus activos ni tampoco tocar sus ingresos. Además le otorga un período de gracia de 60 días, durante el cual no tiene que pagar ni intereses sobre sus créditos ni arrendamiento por el uso de los aviones, los cuales casi todos son en leasing. Esto le permite estabilizar, al menos durante un tiempo, el flujo de caja para poder operar, ya que justamente fue la ausencia de efectivo la que hizo que la compañía se viera obligada a declararse en bancarrota la semana pasada.
222 Con la ley de quiebra Avianca busca renegociar las deudas que tiene en el exterior, y así mantener los activos y seguir operando.
El meollo del problema es que Avianca tiene un crédito con el New York Bank por 20 millones de dólares. Como Avianca estaba colgada en los pagos el Banco ejerció su facultad de retener el dinero que la aerolínea factura a través de su filial Avianca Inc. por concepto de la venta de tiquetes internacionales. Este cobro por la derecha descapitalizó a la empresa y originó un faltante de caja que se volvió insostenible, a tal punto que la empresa no tenía con qué pagarles a los proveedores de combustible. Al fin y al cabo 55% de los ingresos de Avianca provienen de sus ventas en el exterior.
"La protección adquirida a través del Capítulo 11 busca justamente darle oxígeno a Avianca mientras reorganiza todos sus estados financieros", dice Juan Emilio Posada, presidente de Alianza Summa.
Los problemas financieros de Avianca, sin embargo, no tienen nada de nuevo. Desde hace tiempo la principal aerolínea comercial del país viene perdiendo plata a chorros. Se calcula que en los últimos 10 años el Grupo Empresarial Bavaria ha tenido que invertir unos 300 millones de dólares para cubrir las pérdidas que deja su operación.
El déficit de caja de la aerolínea se acercaba, antes de la conformación de la Alianza Summa, a los 100 millones de dólares anuales, cifra insostenible para una empresa en Colombia, sobre todo si se tiene en cuenta que la mayoría de sus gastos son en dólares y la devaluación del año pasado fue superior al 25%.
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