Evitando los fraudes empresariales
Publicado 2006/05/26 23:00:00
- Por: Roberto N. Méndez
ESTA SEMANA fueron encontrados culpables de estafa contra sus accionistas los gerentes de la desaparecida Corporación Enron, Jeffrey Skilling y Kenneth Lay.
¿Es posible evitar ser estafado por personas que manipulan la contabilidad de sus empresas, a menudo en complicidad con empresas de auditoria corruptas?
Sí es posible. Empiece por poner en tela de duda los estados financieros "provisionales" o "pro forma". Estos son versiones preliminares no auditadas de los estados financieros de la empresa y que a menudo se utilizan para presentar ante los medios de comunicación los resultados trimestrales de las empresas.
En estos informes las empresas en ocasiones incluyen como parte de sus ingresos algunos ingresos extraordinarios, como son los producidos por ganancias en la bolsa de valores. Y de estos estados financieros a menudo se excluyen erogaciones que, a juicio de la administración, tienen un carácter "extraordinario".
Ponga también atención a los cambios súbitos o extraordinarios. Si, por ejemplo, la tasa de crecimiento de las ventas de una empresa rebasa, por un margen excesivamente mayor que el promedio del mercado o las tasas de empresas similares, ello podría significar que los datos están inflados.
Enron, por ejemplo, informó, a principios del año 2001, que durante el año 2000 sus ingresos ascendieron a $100, 799 millones. Esto representaba un extraordinario aumento de 151%, exageradamente superior al crecimiento promedio de 15 o 20% anual logrado por la industria, el sector, y el mercado durante los 5 años previos.
El asunto es mucho más preocupante si un aumento extraordinario de las ventas no coincide con la evolución de los índices de rentabilidad, como ocurrió con Enron, cuya ganancia por acción creció menos de 2% en el año 2000. En comparación, la tasa promedio anual del mercado a 5 años era 15%, y las de la industria y el sector al que pertenecía Enron eran 13% y 9%, respectivamente.
A finales del año 2000, año previo a la quiebra de Enron, su índice corriente (activos corrientes sobre pasivos corrientes) era de apenas 1.07 puntos. En realidad, la liquidez era aún más baja, pero la empresa había ocultado fraudulentamente deudas en algunas "subsidiarias" establecidas.
Tan bajo índice debió alertar a los inversionistas. Además, el promedio del mercado arrojaba la cifra de 1.7, y la evolución de los activos corrientes y pasivos corrientes revelaba irregularidades y una tendencia hacia la iliquidez. Y las cuentas por pagar de Enron aumentaron 354% ese mismo año, o sea, casi tres veces más rápidamente que sus ventas.
También puede ser un síntoma peligroso el que, como Enron en 1999 y 1998, la empresa no esté cumpliendo con el pago del impuesto sobre la renta. La tasa efectiva de empresas similares a la Enron oscila alrededor de 35%, pero inexplicablemente Enron pagó mucho menos de ese porcentaje dichos años. Tampoco acepte las categorías extrañas o ininteligibles. En el estado de ingresos y gastos de Enron correspondiente al 2000 aparecieron, por ejemplo, ingresos denominados "Equity in earnings of unconsolidated equity affiliates", frase oscura que puede significar distintas cosas.
Después de cuatro años y medio de investigaciones, cuatro meses de juicio en Houston y seis días de deliberaciones, el jurado de 12 personas culpó a Kenneth Lay por los seis cargos de los que se le acusaba, y Jeffrey Skilling fue declarado culpable de 19 de los 28 cargos en su contra.
((*) El autor es profesor de economía en la Universidad de Panamá y consultor afiliado a Consultores del Istmo (consultoresdelistmo@lycos.com).)
¿Es posible evitar ser estafado por personas que manipulan la contabilidad de sus empresas, a menudo en complicidad con empresas de auditoria corruptas?
Sí es posible. Empiece por poner en tela de duda los estados financieros "provisionales" o "pro forma". Estos son versiones preliminares no auditadas de los estados financieros de la empresa y que a menudo se utilizan para presentar ante los medios de comunicación los resultados trimestrales de las empresas.
En estos informes las empresas en ocasiones incluyen como parte de sus ingresos algunos ingresos extraordinarios, como son los producidos por ganancias en la bolsa de valores. Y de estos estados financieros a menudo se excluyen erogaciones que, a juicio de la administración, tienen un carácter "extraordinario".
Ponga también atención a los cambios súbitos o extraordinarios. Si, por ejemplo, la tasa de crecimiento de las ventas de una empresa rebasa, por un margen excesivamente mayor que el promedio del mercado o las tasas de empresas similares, ello podría significar que los datos están inflados.
Enron, por ejemplo, informó, a principios del año 2001, que durante el año 2000 sus ingresos ascendieron a $100, 799 millones. Esto representaba un extraordinario aumento de 151%, exageradamente superior al crecimiento promedio de 15 o 20% anual logrado por la industria, el sector, y el mercado durante los 5 años previos.
El asunto es mucho más preocupante si un aumento extraordinario de las ventas no coincide con la evolución de los índices de rentabilidad, como ocurrió con Enron, cuya ganancia por acción creció menos de 2% en el año 2000. En comparación, la tasa promedio anual del mercado a 5 años era 15%, y las de la industria y el sector al que pertenecía Enron eran 13% y 9%, respectivamente.
A finales del año 2000, año previo a la quiebra de Enron, su índice corriente (activos corrientes sobre pasivos corrientes) era de apenas 1.07 puntos. En realidad, la liquidez era aún más baja, pero la empresa había ocultado fraudulentamente deudas en algunas "subsidiarias" establecidas.
Tan bajo índice debió alertar a los inversionistas. Además, el promedio del mercado arrojaba la cifra de 1.7, y la evolución de los activos corrientes y pasivos corrientes revelaba irregularidades y una tendencia hacia la iliquidez. Y las cuentas por pagar de Enron aumentaron 354% ese mismo año, o sea, casi tres veces más rápidamente que sus ventas.
También puede ser un síntoma peligroso el que, como Enron en 1999 y 1998, la empresa no esté cumpliendo con el pago del impuesto sobre la renta. La tasa efectiva de empresas similares a la Enron oscila alrededor de 35%, pero inexplicablemente Enron pagó mucho menos de ese porcentaje dichos años. Tampoco acepte las categorías extrañas o ininteligibles. En el estado de ingresos y gastos de Enron correspondiente al 2000 aparecieron, por ejemplo, ingresos denominados "Equity in earnings of unconsolidated equity affiliates", frase oscura que puede significar distintas cosas.
Después de cuatro años y medio de investigaciones, cuatro meses de juicio en Houston y seis días de deliberaciones, el jurado de 12 personas culpó a Kenneth Lay por los seis cargos de los que se le acusaba, y Jeffrey Skilling fue declarado culpable de 19 de los 28 cargos en su contra.
((*) El autor es profesor de economía en la Universidad de Panamá y consultor afiliado a Consultores del Istmo (consultoresdelistmo@lycos.com).)
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