Moscas estériles vs gusano barrenador: Panamá ganará la pelea
Publicado 1999/11/18 00:00:00
- Aris Abrego
Panamá se prepara para ganar por KOT el combate entre la mosca estéril y el gusano barrenador que diezma las vacas. Para lograrlo recurrirá a una estrategia refinadamente técnica a través de
la Comisión Panamá-Estados Unidos para la Erradicación y Prevención del Gusano Barrenador del Ganado (COPEG) que inaugurará el próximo año una moderna planta para la cría, reproducción y venta a nivel regional de la mosca estéril.
Este gusano representa anualmente representa alrededor de B/. 8 millones en pérdidas a la ganadería local.
Actualmente Panamá adquiere una cantidad importante de moscas estériles cultivadas en México para mantener el control y evitar la propagación del ciclo del gusano barrenador en las zonas que aún no han sido dispersadas.
Panamá es el único país de la región centroamericana que adquiere moscas estériles para controlar este insecto, el cual se espera sea erradicado antes de que culmine el año 2000, ya que aun existen regiones en las que no se ha podido erradicar.
De acuerdo con informes suministrados por el departamento de Relaciones Públicas de COPEG, en Panamá semanalmente se dispersan, desde la base en Tocumen, más de 120 millones de moscas en las áreas que lo necesitan y el costo por dispersión es de aproximadamente B/. 1,800.
Ya se iniciaron los trabajados básicos para la construcción de esta nueva planta, la que estaría ubicada en los terrenos en donde funcionó el Ingenio Felipillo y que suplantará a la que actualmente funciona en México.
Esta nueva planta contará, a diferencia de la de México, con la más alta tecnología para la producción de moscas estériles, las cuales son tratadas con un sistema de irradiación nuclear.
Iniciada sus funciones, se espera que la planta logre acaparar el mercado de otros países, como Jamaica y Colombia, que aun no han podido erradicar al gusano barrenador.
Esta enfermedad es producida por una mosca que deposita una larva en alguna herida de un animal de sangre caliente, incluyendo al hombre, y luego se reproduce, hasta convertirse en un gusano que devora todo el tejido vivo.
El siglo de vida de este gusano prosigue al caer al suelo donde continúa su período de incubación hasta convertirse en una mosca, cuyo fin es repetir nuevamente este ciclo.
Al ser afectado por este insecto el animal disminuye drásticamente su rendimiento y pierde peso, y de no detectarse a tiempo podría morir en menos de una semana.
Este programa se originó en la década de los años cincuenta en Estados Unidos, cuando el norteño país era víctima de una plaga de gusanos, lo que obligó a que las autoridades idearan una estrategia para erradicar a este insecto.
La iniciativa se extendió hasta México, donde hasta el momento se encuentra la planta productora, y prosiguió hacia toda Centroamérica, donde se logró erradicarlo completamente.
No obstante no fue hasta 1994, cuando este programa se inició en Panamá, pero contrariamente a lo que aconteció en los demás países de la región, se logró controlar al gusano en menor tiempo.
Actualmente se estima que solamente el distrito de Soná, en Veraguas, existe un foco de gusano barrenador, pero aún falta lograr un mayor control sobre los animales.
Los esfuerzos que actualmente se realizan para erradicar el gusano, han logrado mantener un férreo control desde Estados Unidos hasta Panamá, ya que toda la zona suramericana está siendo azotada aun por este insecto.
En la actualidad las fincas panameñas han disminuido considerablemente sus índices de infestación, según informó a
la Comisión Panamá-Estados Unidos para la Erradicación y Prevención del Gusano Barrenador del Ganado (COPEG) que inaugurará el próximo año una moderna planta para la cría, reproducción y venta a nivel regional de la mosca estéril.
Este gusano representa anualmente representa alrededor de B/. 8 millones en pérdidas a la ganadería local.
Actualmente Panamá adquiere una cantidad importante de moscas estériles cultivadas en México para mantener el control y evitar la propagación del ciclo del gusano barrenador en las zonas que aún no han sido dispersadas.
Panamá es el único país de la región centroamericana que adquiere moscas estériles para controlar este insecto, el cual se espera sea erradicado antes de que culmine el año 2000, ya que aun existen regiones en las que no se ha podido erradicar.
De acuerdo con informes suministrados por el departamento de Relaciones Públicas de COPEG, en Panamá semanalmente se dispersan, desde la base en Tocumen, más de 120 millones de moscas en las áreas que lo necesitan y el costo por dispersión es de aproximadamente B/. 1,800.
Ya se iniciaron los trabajados básicos para la construcción de esta nueva planta, la que estaría ubicada en los terrenos en donde funcionó el Ingenio Felipillo y que suplantará a la que actualmente funciona en México.
Esta nueva planta contará, a diferencia de la de México, con la más alta tecnología para la producción de moscas estériles, las cuales son tratadas con un sistema de irradiación nuclear.
Iniciada sus funciones, se espera que la planta logre acaparar el mercado de otros países, como Jamaica y Colombia, que aun no han podido erradicar al gusano barrenador.
Esta enfermedad es producida por una mosca que deposita una larva en alguna herida de un animal de sangre caliente, incluyendo al hombre, y luego se reproduce, hasta convertirse en un gusano que devora todo el tejido vivo.
El siglo de vida de este gusano prosigue al caer al suelo donde continúa su período de incubación hasta convertirse en una mosca, cuyo fin es repetir nuevamente este ciclo.
Al ser afectado por este insecto el animal disminuye drásticamente su rendimiento y pierde peso, y de no detectarse a tiempo podría morir en menos de una semana.
Este programa se originó en la década de los años cincuenta en Estados Unidos, cuando el norteño país era víctima de una plaga de gusanos, lo que obligó a que las autoridades idearan una estrategia para erradicar a este insecto.
La iniciativa se extendió hasta México, donde hasta el momento se encuentra la planta productora, y prosiguió hacia toda Centroamérica, donde se logró erradicarlo completamente.
No obstante no fue hasta 1994, cuando este programa se inició en Panamá, pero contrariamente a lo que aconteció en los demás países de la región, se logró controlar al gusano en menor tiempo.
Actualmente se estima que solamente el distrito de Soná, en Veraguas, existe un foco de gusano barrenador, pero aún falta lograr un mayor control sobre los animales.
Los esfuerzos que actualmente se realizan para erradicar el gusano, han logrado mantener un férreo control desde Estados Unidos hasta Panamá, ya que toda la zona suramericana está siendo azotada aun por este insecto.
En la actualidad las fincas panameñas han disminuido considerablemente sus índices de infestación, según informó a
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.