Refinería Panamá, entre rosas y espinas
- Italia
- - Publicado: 17/2/2003 - 12:00 am
Refinería Panamá terminó entre rosas y espinas, su proceso de reestructuración operativo al iniciar el 2003. Arrancó el año con 28 trabajadores, al liquidar a unos 300 empleados quienes recibieron 32 millones de dólares en concepto de indemnización.
Por otro lado, aún no han encontrado comprador para los equipos de la planta de refinamiento que ya no utilizan. Además, han empezado a perder clientes; no ha logrado hacer los contratos para utilizar su capacidad de almacenamiento instalada y paga millones por los nuevos contratos acordados con el Estado.
Este es el panorama para esta empresa, que a finales del año pasado decidió en coordinación con el Estado dejar sin efecto el contrato ley No35 celebrado entre ambas partes en 1992.
Esto implicó que la compañía abandonara el refinamiento de combustible, para transformarse en centro de acopio. Rafael Jaén, gerente de Asuntos Gubernamentales de Chevron Texaco, propietaria de Refinería Panamá, explicó que esta empresa ha empezado a sentir la apertura del mercado, aunque otros agentes aseguren que este momento no ha llegado.
Según Jaén se tenía proyectado que las indemnizaciones alcanzarían los 25 millones de dólares, sin embargo, la cifra se incrementó en 7 millones de dólares. En el proceso de reestructuración laboral se liquidó a todos los empleados y se volvieron a contratar a 28 personas, entre estas antiguos trabajadores.
" Cuando estas acostumbrado a trabajar con volumen de personal y entras en procesos de reestructuración, siempre salen pequeñas cosas que luego se convierten en grandes problemas", recalcó el ejecutivo. Recalcó que en este caso, se salió de los empleados escalonadamente, para que el consumidor no percibiera el estado de transición.
Por su parte, el presidente de la empresa, Kevin Wolahan, señaló que están en busca de nuevos mercados, porque ante la pérdida de clientes. Mencionó que un cliente local "muy importante" con trayectoria dentro de la empresa le ha comunicado que el servicio de abastecimiento que le brindan se lo dará otra compañía.
El terminal tiene capacidad para almacenar cuatro millones de barriles, mientras que el mercado local en su total necesita un millón de barriles para satisfacer su demanda. Actualmente, solo se utiliza el 30% de la capacidad instalada, por lo que más de la mitad de los tanques permanecen ociosos.
Los cargueros y los camiones se utilizan en iguales condiciones que cuando se refinaba. En tanto, para la planta de refinamiento que ya no tiene razón de uso, aún no se encuentran compradores.
Jaén recordó que hay un compromiso adquirido con el Gobierno para que la planta se remueva con manejo ambiental en un plazo no mayor de cinco años. En esta planta se realizaron inversiones que alcanzaron los 140 millones de dólares en los últimos 10 años.
Hasta el momento han recibido comentarios de algunos interesados, pero no se tiene ninguna respuesta en firme. Jaén agregó que es muy difícil vender la planta completa, por lo que existen mayores probabilidades de colocarla como chatarra o por piezas.
Por otro lado, aún no han encontrado comprador para los equipos de la planta de refinamiento que ya no utilizan. Además, han empezado a perder clientes; no ha logrado hacer los contratos para utilizar su capacidad de almacenamiento instalada y paga millones por los nuevos contratos acordados con el Estado.
Este es el panorama para esta empresa, que a finales del año pasado decidió en coordinación con el Estado dejar sin efecto el contrato ley No35 celebrado entre ambas partes en 1992.
Esto implicó que la compañía abandonara el refinamiento de combustible, para transformarse en centro de acopio. Rafael Jaén, gerente de Asuntos Gubernamentales de Chevron Texaco, propietaria de Refinería Panamá, explicó que esta empresa ha empezado a sentir la apertura del mercado, aunque otros agentes aseguren que este momento no ha llegado.
Según Jaén se tenía proyectado que las indemnizaciones alcanzarían los 25 millones de dólares, sin embargo, la cifra se incrementó en 7 millones de dólares. En el proceso de reestructuración laboral se liquidó a todos los empleados y se volvieron a contratar a 28 personas, entre estas antiguos trabajadores.
" Cuando estas acostumbrado a trabajar con volumen de personal y entras en procesos de reestructuración, siempre salen pequeñas cosas que luego se convierten en grandes problemas", recalcó el ejecutivo. Recalcó que en este caso, se salió de los empleados escalonadamente, para que el consumidor no percibiera el estado de transición.
Por su parte, el presidente de la empresa, Kevin Wolahan, señaló que están en busca de nuevos mercados, porque ante la pérdida de clientes. Mencionó que un cliente local "muy importante" con trayectoria dentro de la empresa le ha comunicado que el servicio de abastecimiento que le brindan se lo dará otra compañía.
El terminal tiene capacidad para almacenar cuatro millones de barriles, mientras que el mercado local en su total necesita un millón de barriles para satisfacer su demanda. Actualmente, solo se utiliza el 30% de la capacidad instalada, por lo que más de la mitad de los tanques permanecen ociosos.
Los cargueros y los camiones se utilizan en iguales condiciones que cuando se refinaba. En tanto, para la planta de refinamiento que ya no tiene razón de uso, aún no se encuentran compradores.
Jaén recordó que hay un compromiso adquirido con el Gobierno para que la planta se remueva con manejo ambiental en un plazo no mayor de cinco años. En esta planta se realizaron inversiones que alcanzaron los 140 millones de dólares en los últimos 10 años.
Hasta el momento han recibido comentarios de algunos interesados, pero no se tiene ninguna respuesta en firme. Jaén agregó que es muy difícil vender la planta completa, por lo que existen mayores probabilidades de colocarla como chatarra o por piezas.
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