Exvicepresidente de mercadeo de oral-b, quien percibía salarios de 100,000 dólares, ahora tiene dos empleos para poder subsistir
Retirados siguen trabajando
El año pasado, aproximadamente 7.2 millones de estadounidenses de 65 años o mayores estaban empleados.
Realidad
- Actualmente, el 59% de los hogares encabezados por personas de 65 años o mayores no tienen activos en cuentas de retiro, según datos de la Reserva Federal analizados por el Instituto Nacional de Seguridad del Retiro.
- En EE.UU., unas 8,000 personas cumplen 65 años cada día, las cuales tendrán que financiar sus propios retiros.
Parece casi otra vida. En el apogeo de su carrera empresarial, Tom Palome ganaba un salario levemente superior a los $100,000 y volaba en primera clase en sus viajes de negocios a Europa.
A los 77 años, este exvicepresidente de marketingde Oral-B ahora hace malabarismos con dos empleos de horario reducido: uno como demostrador de alimentos por $10 la hora en Sam’s Club, el otro cocinando hamburguesas y sirviendo bebidas en la parrilla de un club de golf por una cifra apenas superior al salario mínimo.
Palome trabajó intensamente durante toda su carrera, pagó su hipoteca y pudo enviar a sus hijos a la universidad, pero como la mayoría de los estadounidenses, no ahorró lo suficiente para su retiro.
Muchos de los nacidos con la explosión demográfica (los “baby boomers”) que tienen una situación próspera y se acercan al final de sus carreras tampoco han llegado a ahorrar las 10 a 20 veces su ingreso laboral anual que, según los expertos en inversión, necesitarán para mantener su nivel de vida en la vejez.
Para los hogares de clase media, con ingresos que varían desde un poco menos hasta un poco más de $100,000, se trata de una situación especialmente sombría. Cuando sobrevino la crisis financiera de 2008, lo poco que Palome había ahorrado –$90,000– recibió una paliza y de golpe se encontró necesitando efectivo para seguir manteniendo su estilo de vida. Ante la perspectiva de años, quizá decenios, de vida por delante, Palome tomó los empleos que pudo encontrar.
Este abuelo eternamente optimista y juvenil se considera afortunado. Tiene la bendición de una buena salud, dijo. Puede trabajar, vivir en forma independiente y mantener su dignidad, pese a tener que limpiar los pisos en la parrilla del club antes de volver a su casa a las 9:00 p.m. para finalmente poder ir a descansar.
“Es parte del trabajo”, dijo. “Debemos respetar la tarea que desempeñamos y no ser negativos o no hacerla”.
Enfrentar la realidad
Se supone que la clase media, con sus jubilados más educados y habilidosos, está más preparada, conforme algunos hasta se dan el lujo de forjar un segundo acto gratificante al redefinir el retiro según sus propios términos. O al menos, eso nos dice la cultura popular.
La realidad suele ser una historia muy distinta. Crece el número de personas mayores que, después de haber pasado gran parte de sus carreras como profesionales y gerentes de empresa, compiten por trabajos de salarios bajos.
El año pasado, aproximadamente 7.2 millones de estadounidenses de 65 años o mayores estaban empleados, un aumento de 67% con respecto a una década atrás, según datos gubernamentales.

Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.