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El Pulso
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Playas
Un mal que ha crecido silenciosamente en todo el país, a ciencia y paciencia de las autoridades, es la apropiación de las riberas de playa por parte de particulares, quienes a su vez le impiden o le cobran el acceso al pueblo.
IlegalidadEl artículo 258 de la Constitución Nacional es claro en ese aspecto: las riberas de playa, entre otros bienes, le pertenecen al Estado, son de aprovechamiento libre y común y no pueden ser objeto de apropiación privada.
AbusoEntonces, ¿por qué el pueblo es hostigado y hasta maltratado cada vez que asiste a una playa pública? ¿Cuándo las autoridades correspondientes van a ponerle un alto a esto, o es que allí pasa algo que el pueblo no sabe?