Los Modernistas
- Aristides Martínez Ortega
La segunda generación moderna es la de los modernistas, la de los que nacen entre 1860 y 1874, la generación de Rubén Darío, cuya vigencia va de 1905 a 1919. En la poesía panameña esta generación cuenta con siete autores, lo que indica que en los primeros años de la República, luego de la separación de Colombia, en 1903, se anima el interés por las letras, en especial por la poesía. Publicaciones literarias como El Heraldo del Istmo, dirigida por Guillermo Andreve y Nuevos Ritos, por Ricardo Miró, estimularon la creación poética y ampliaron la cultura literaria de los panameños.
Sin embargo, en la producción modernista panameña de esa generación sólo encontramos muestras genuinas en la obra en prosa y en verso de Darío Herrera, y en la de León A. Soto. El resto de los autores se acercó al modernismo sólo incluyendo algunos tópicos, los más comunes, en su producción poética, siempre con alta contaminación romántica. Lo modernista en alguna poesías de estos autores lo vemos en el esfuerzo por vestir con mayor elegancia su lenguaje y presentan algunos sonetos en sus poemarios, como es el caso de Federico Escobar (1861-1912), quien se incluye en esta generación por su año de nacimiento, pero en realidad su obra coincide con características románticas.
Es autor de Hojas secas, 1890; El renacimiento de un pueblo, oda a Cuba, 1902; Instantáneas, 1907; y Patriotas, 1909. Caso similar es el de Rodolfo Caicedo (1868-1905), quien también se le incluye en esta generación por su fecha de nacimiento, pero como dice Rodrigo Miró “-los poemas de entonación civil- lo colocan en la línea del primer romanticismo americano; otros nos lo revela adicto al ritmo asordinado de Becquer” (8). Cristóbal Martínez (1867-1914) es conocido como Simón Rivas en las letras panameñas y sus poemas se conocieron en El Cosmo, El Heraldo del Istmo y Nuevos Ritos. Adolfo García (1872-1900), quien colaboró y participó en la redacción de El Cosmos. Sin embargo, su obra poética tiene y participó en la redacción de El Cosmos. Sin embargo, su obra poética tiene muy poca presencia modernista, y lo que revela se limita a combinaciones de rimas, algo más complejas que las comunes. Sus poemas fueron publicados en 1919, bajo el título de Poesías, composiciones que en su mayoría se identifican con la modalidad romántica.
La más joven del grupo modernista fue una dama; Nicole Garay (1873-1928) cuyas ejecutorias fueron mucho más valiosas que su obra poética, recogida en una edición póstuma en 1930, bajo el título de Versos y Prosas. En esta edición sólo publicaremos una selección de poemas de Soto, Escobar, Rivas y Garay, en la próxima entrega será dedicada sólo a Darío Herrera.
Igualmente, es imprescindible considerar las facilidades de espacio, además de estar dispuestos a consultar periódicamente tanto con el veterinario, como con el pediatra. Normalmente, si al animal se le desparasita y vacuna como es debido, manteniendo la higiene personal, tal y como lo es el lavado de manos después de cada contacto con la mascota, no debe existir ningún peligro. Si esto se produce, es indicativo de que no se están tomando las medidas correctas y necesarias.
Los perros, al igual que las personas, necesitan mayor atención y cuidado, al llegar a sus últimos años. He aquí unas cuantas ideas para cuidar a estos leales amigos del ser humano, cuando ya están viejos:
Cumpla a la perfección con los horarios de comida.
Aleje a su perro del sol fuerte, así como de cualquier condición climatológica extrema.
Búsquele un lugar tranquilo y cálido para dormir.
Pregúntele a su veterinario cuáles son los mejores ejercicios que puede recomendarle a su mascota, sin que sean demasiados violentos.
Manténgale una dieta baja en calorías y dele a beber mucha agua.
Déjele salir afuera más a menudo para que haga sus necesidades.
Cepíllelo a diario y déle un buen masaje mientras lo hace.
Llévelo al veterinario para una revisión completa cada 6 ó 9 meses.
Déjelo dormir y descansar todo el tiempo que quiera.
Revísalo con cautela para ver si tiene algunas bolitas en la piel, alguna parte del cuerpo sin pelo o una zona nebulosa gris azulada en los ojos. Si encuentra alguno de estos síntomas, infórmele a su veterinario y dispóngase a tomar las medidas necesarias para remediar el problema antes de que sea demasiado tarde.
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