Padre de Chenoa la acusa de haberlo abandonado en la miseria
Actualizado 2016/11/08 08:27:08
El argentino José Carlos Corradini pidió a su hija que lo ayude.

La cantante Chenoa no se puede apartar de los escándalos públicos. Primero fue el debate sobre si su exnovio David Bisbal le hizo o no la cobra (rechazo) durante el reencuentro escénico de Operación Triunfo, y ahora apareció su padre biológico, el argentino José Carlos Corradini de 62 años, pidiendo que lo ayude ante su precaria situación. (VEA TAMBIÉN: Apasionada Chenoa al cantar con David Bisbal)
“A mis 62 años, vivo en la localidad de Caseros, en Buenos Aires. Estoy sin jubilación y sin ayuda, más que la que me ofrecen mis hijos y amigos”, dijo al diario español El Mundo, al destacar que paga 5,000 pesos por el alquiler (sobre $200).
El hombre agregó que: “ella tiene un padre biológico en Argentina (donde nació la artista) abandonado y la situación económica de ella permite que al menos su padre viva dignamente.
Si la cosa fuera al revés, seguramente que me hubiera ocupado de mi hija como corresponde. Ésas son las cosas que me molestan y que a mí me jod... Cuando salen enarbolando una bandera de que se preocupan por los chicos de África, yo pregunto: “¿Y tu padre?”.
Preocúpate por los chicos de África, pero también preocúpate por tu familia, por tus raíces. Tus raíces no se niegan nunca, sean buenas o malas”.
La intérprete siempre ha presentado como a su padre a Juan Antonio Marino, conocido como “Tati”, quien es la pareja sentimental de su madre y trabaja en la discográfica de la artista junto al hermano de Chenoa, publica El Nuevo Día.
Corradini asegura que “no tiene ningún interés en perjudicar” a su hija de 41 años.
“Porque supiera las condiciones en las que estoy. No le pido plata, sino trabajo. Ella tiene mil posibilidades de poder darme una mano a nivel laboral, de poner un negocio en Argentina, que no esté a mi nombre si quiera, y yo poder regentarlo”.
Corradini aseguró no ve a su hija hace más de 20 años, ya que se separó de la madre de la cantante cuando sus hijos eran pequeños.
"Sebastián tenía dos años y Laura (Chenoa) no tenía un año. Yo era un joven de 18 que no sabía nada de la vida, y por esas circunstancias de la vida me separé", confesó.
Además criticó a la juez de “Tu cara me suena”, acusando a Chenoa y a su familia de doble moral.
“Vivo con las condiciones normales, ellos viven en otra vida, en el jet set internacional, y a lo mejor soy una persona que les puede molestar para su estatus”.
A continuación parte de la entrevista que ofreció Corradini a "La Otra Crónica" (publicación de El Mundo) que indica que intentaron contactar a Chenoa pero que ella declinó a realizar alguna declaración al respecto.
¿Hace cuántos años que no ve físicamente a su hija?
“No sé… No tengo ni idea. ¿Quince años? ¿Veinte años? Ni lo recuerdo. La fama hizo que se olvidara del padre biológico, más allá de que yo no la haya criado. Tanto ella como el hermano y la madre me niegan como eslabón en su vida. Yo vivo en Argentina y soy una persona humilde. Vivo con las condiciones normales. Ellos viven en otra vida, en el jet set internacional. A lo mejor soy una persona que puede molestar para su estatus. Ahora, alguien que pregona por el hambre de los chiquitos de África y se olvida del padre biológico… Me parece que hay algo que no cierra”.
Asegura que no quiere aprovecharse de la situación de su hija…
“Hubo gente que me quiso hacer una biografía, como padre de Chenoa, y no la acepté. No tengo ningún interés en perjudicarla. Pero me molesta que la verdad no se diga como es. Ella tiene un padre biológico en Argentina abandonado. La situación económica de ella le permite que, al menos, su padre viva dignamente. Si la cosa fuera al revés, seguramente que me hubiera ocupado de mi hija como corresponde. Ésas son las cosas que me molestan y que a mí me joden. Cuando salen enarbolando una bandera de que se preocupan por los chicos de África, yo pregunto: “¿Y tu padre?”. Preocúpate por los chicos de África, pero también preocúpate por tu familia, por tus raíces. Tus raíces no se niegan nunca, sean buenas o malas.
¿Cuándo perdió la relación con su hija? ¿Después de que usted se divorciara de la madre?
‘Me separé de la madre cuando mis hijos eran chicos. Sebastián tenía dos años y Laura (Chenoa) no tenía un año. Yo era un joven de 18 que no sabía nada de la vida y, por esas circunstancias de la vida, me separé. No fue fácil. La madre de Laura viene de una familia clase media-alta, que tenía restaurantes y un hotel. Yo vengo de una familia más humilde. A mí me conoció por el 73 siendo hippie y con una forma de ver la vida menos capitalista. Nos enamoramos y nos casamos legalmente, como corresponde, por la Iglesia y por lo civil. Luego, por los devenires de la vida, nos separamos. La madre se dedicó a la música y pudo terminar los estudios. Los padres de ella, los abuelos, criaron a Laura y a su hermano. Yo estaba en medio de la calle, sin nada’’.
¿Cuándo vinieron sus dos hijos a España?
‘Cuando Laura tenía 8 años y Sebastián 10, la madre me dice que se iban a España porque le había salido un contrato con el Hotel Palma de Mallorca, para que ella cantara. En ese momento, en Argentina la patria potestad la tenía únicamente el padre. Si yo no firmaba, no se podían ir de Argentina. Ahí fue que yo acepté firmar la salida del país de mis hijos. A partir de ese momento, había un intercambio con Sebastián a través de cartas. Yo no tenía posibilidad de verlos porque yo no tenía dinero por falta de trabajo. Si no podía moverme a cinco cuadras de mi ciudad, menos ir a España”.
Si se escribía con ellos, ¿por qué se cortó la conexión?
“Un día dije, éstos chicos están sufriendo. Un día me van a querer ver a mí y no lo van a poder hacer. Ni yo voy a poder ir a verlos ni ellos a verme a mí’. Decidí que eso no siguiera siendo una agonía y corté la comunicación vía carta”.
¿Cuándo se enteró de que su hija se había convertido en una estrella en España?
“Un día hice zapping y, por casualidad, vi Operación triunfo en TV5. Dije, ‘esa es Laura’. Viví toda su historia en Argentina en silencio. Su madre se puso en contacto conmigo, pero Laura no, ni Sebastián. Mi hija ha sacado cinco CDs, con discos de platino cada uno. Eso da un dinero importante”.
Chenoa ha visitado Argentina durante la promoción de sus discos. ¿Nunca hizo por verla?
“Yo no me tengo que acercar a un hijo. Es ella quien se tiene que acercar a mí. Yo me acerqué a mis hijos cuando ellos eran chicos y yo les enseñé a caminar. Si yo hoy no puedo caminar, quienes se tienen que acercar son mis hijos. Laura vino a los premios Carlos Gardel [en 2007] y a mí no me vinieron a ver. Yo soy el eslabón perdido que molesta… Porque soy pobre y ellos, de la jet”.
¿Volvió a ver a Chenoa después de que se mudara a España?
“La vi dos veces. La última, ella no me reconocía como padre… ¿Sabe lo que me molesta? La mentira. Si esto es una realidad, preséntate frente a las cámaras y cuando te pregunten por tu padre biológico, que diga: “Tengo un padre biológico, pero no me importa, ni me interesa”. Eso es una persona de bien. Hay que decir las cosas de frente como son, como yo las estoy contando. Yo estoy contando mi verdad. Yo no tengo ni jubilación en mi país. Debe de ser fantástico poder desayunar en Marbella mirando el azul del mar. Pero yo no puedo. Yo, con sólo poder comprarme un kilo de carne, estaría conforme. El teléfono celular por el que me estás llamando… Me ayudan mis amigos y mis hijos, porque tengo más”.
¿Cuántos más?
“Seis de sangre. También crié a otros dos niños de otra relación”.
Entonces, Chenoa tiene otros cuatro hermanos.
“Sí. No los reconoce. Uno de ellos vive en España y es director de cine y fotógrafo profesional. Se llama Martín Corradini. Se cruzó con ella en un evento y no lo reconoció”.
¿Pero les conoce físicamente?
“No, no le interesa. No quiere saber nada. Entiendo que para usted es muy difícil conocer una persona que en público es un ángel y luego es de otra forma. No le interesa conocerlos. No quiere saber nada… Le voy a confesar algo. Me han querido pagar el pasaje a España para entrevistarme en la televisión. Nunca lo acepté. No me interesa eso. Yo sé que el mundo se mueve entre lo mediático y lo espiritual. Yo soy de lo espiritual”.
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