Un mal altamente contagioso

¿Ha escuchado sobre la enfermedad de boca, mano y pie? En esta nota le explicaremos de qué se trata con el conocimiento de la doctora Millibet Gil.

Es una enfermedad frecuente en la infancia, afecta a lactantes y niños pequeños menores de 10 años, aunque en algunas ocasiones suele verse en adolescentes y adultos. Se caracteriza por ser un cuadro viral que, en la mayoría de los casos, se inicia en la garganta. La experta nos explicó que es causada por un virus del grupo Coxsackie A16.

Es una enfermedad que puede contagiarse de persona a persona por medio de pequeñas gotitas de saliva, las cuales se forman cuando la persona enferma habla, tose o estornuda cerca. Además se contagia mediante el tacto (si el bebé o niño toca juguetes o alguna otra superficie).

Gil señaló a ey! que los síntomas incluyen fiebre, dolor de cabeza, disminución del apetito y la aparición de una erupción pequeña, es decir, ampollas en la piel, en la boca, en la palma de las manos, en la zona del pañal y plantas de los pies.

"No es necesario realizar ningún examen sanguíneo para el diagnóstico de la enfermedad. Con una detallada historia clínica y exámenes físicos, es posible dar el diagnóstico", dijo.

El periodo de duración de la enfermedad en el cuerpo es de cinco a siete días; los síntomas suelen aparecer desde el tercer día, luego del contacto con el virus y desaparecer totalmente en una semana.

En cuanto al tratamiento, incluye medicamentos para controlar la fiebre, enjuagues bucales, antihistamínico y la ingesta de abundantes líquidos.'

Claves

No hay ninguna vacuna para prevenir la enfermedad. Lo más efectivo es mantener un buen hábito de higiene, lavando las manos con agua y jabón, especialmente después de ir al cuarto de baño. Para reducir los riesgos de contagio, es recomendable desinfectar con frecuencia las superficies y los objetos que usen los niños de forma habitual, incluyendo los juguetes. Además hay que evitar aproximarse a personas que tengan el virus porque es altamente contagioso. Es indispensable que la persona afectada beba agua y lácteos fríos.

Este mal no conlleva complicaciones, pero siempre es bueno consultar con su médico, ya que por la pérdida del apetito, el paciente se puede deshidratar o en caso de tener predisposición (por la fiebre) puede aparecer la convulsión febril.

Es importante resaltar que este mal se da con más frecuencia en el verano y al inicio de la estación lluviosa, por lo que se recomienda mantener la higiene en los hogares.