Buscan esclarecer muerte de periodista
Publicado 2004/06/23 23:00:00
- Tijuana
Las autoridades mexicanas se esfuerzan por esclarecer el asesinato a tiros del periodista Francisco Ortiz Franco, fundador y editor del semanario "Zeta", perpetrado el martes en Tijuana, en el norte del país.
El presidente mexicano, Vicente Fox, se comprometió a aclarar "lo más pronto posible" el asesinato y comunicó al director de "Zeta", Jesús Blancornelas, que ha dado órdenes "a todas las instancias federales de seguridad" para colaborar en las investigaciones.
Ortiz Franco falleció después de que unos individuos le dispararan en la cabeza, el cuello y el pecho cuando estaba a 300 metros de la Oficina de Homicidios de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Baja California.
Al periodista los acompañaban sus dos hijos de 10 y ocho años, que resultaron ilesos. Horas después del crimen, el Procurador de Justicia del Estado de Baja California, Antonio Martínez Luna, dijo que el crimen "estaba perfectamente planeado" y aseguró que lo esclarecerán las autoridades federales, estatales y el Ejército si es preciso.
Casi dos horas después del crimen fue localizado el vehículo usado por los sicarios, un Grand heroquee, que estaba a pocos metros del lugar en que fue abatido el periodista.
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) condenó ayer el asesinato del periodista mexicano. Ortiz Franco, editor del semanario Zeta de la ciudad de Tijuana, estaba colaborando con la SIP para esclarecer el caso de Héctor Félix Miranda, codirector de Zeta asesinado en abril de 1988, recuerda el organismo hemisférico.
El presidente de la Comisión de Libertad de Prensa de la SIP, Rafael Molina, exigió una "pronta investigación para deslindar responsabilidades y que todo el peso de la ley recaiga en los culpables", en carta dirigida a las autoridades locales mexicanas.
"No puede quedar impune otro crimen en Tijuana", aseguró, en alusión al caso de Félix Miranda, y al atentado que casi le costó la vida al director de Zeta, Jesús Blancornelas, en 1997.
El presidente de la SIP, Jack Fuller, lamentó y condenó este nuevo asesinato "de un periodista y un padre de familia que no sólo se destacaba por su labor como editor y persona, sino también por haber ofrecido generosamente su ayuda a una causa de nuestra profesión, a que se investigue mejor, a que haya justicia".
El presidente mexicano, Vicente Fox, se comprometió a aclarar "lo más pronto posible" el asesinato y comunicó al director de "Zeta", Jesús Blancornelas, que ha dado órdenes "a todas las instancias federales de seguridad" para colaborar en las investigaciones.
Ortiz Franco falleció después de que unos individuos le dispararan en la cabeza, el cuello y el pecho cuando estaba a 300 metros de la Oficina de Homicidios de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Baja California.
Al periodista los acompañaban sus dos hijos de 10 y ocho años, que resultaron ilesos. Horas después del crimen, el Procurador de Justicia del Estado de Baja California, Antonio Martínez Luna, dijo que el crimen "estaba perfectamente planeado" y aseguró que lo esclarecerán las autoridades federales, estatales y el Ejército si es preciso.
Casi dos horas después del crimen fue localizado el vehículo usado por los sicarios, un Grand heroquee, que estaba a pocos metros del lugar en que fue abatido el periodista.
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) condenó ayer el asesinato del periodista mexicano. Ortiz Franco, editor del semanario Zeta de la ciudad de Tijuana, estaba colaborando con la SIP para esclarecer el caso de Héctor Félix Miranda, codirector de Zeta asesinado en abril de 1988, recuerda el organismo hemisférico.
El presidente de la Comisión de Libertad de Prensa de la SIP, Rafael Molina, exigió una "pronta investigación para deslindar responsabilidades y que todo el peso de la ley recaiga en los culpables", en carta dirigida a las autoridades locales mexicanas.
"No puede quedar impune otro crimen en Tijuana", aseguró, en alusión al caso de Félix Miranda, y al atentado que casi le costó la vida al director de Zeta, Jesús Blancornelas, en 1997.
El presidente de la SIP, Jack Fuller, lamentó y condenó este nuevo asesinato "de un periodista y un padre de familia que no sólo se destacaba por su labor como editor y persona, sino también por haber ofrecido generosamente su ayuda a una causa de nuestra profesión, a que se investigue mejor, a que haya justicia".
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