Campesinos mexicanos en pie de guerra
Publicado 2002/07/12 23:00:00
- José Miguel DomÃnguez F.
La inminente entrada de la policía a San Salvador Atenco, a 60 km de Ciudad de México, donde pobladores que protestan contra la expropiación de tierras para la construcción de un aeropuerto mantienen como rehenes a funcionarios y policías, podría derivar en nuevos incidentes, tras los disturbios que el jueves dejaron 30 heridos.
Los campesinos tienen como rehenes a funcionarios y policías y reclaman cambiarlos por compañeros suyos que fueron detenidos el jueves, tras un enfrentamiento con la policía que dejó un saldo de 30 lesionados.
Los pobladores, que dicen estar "dispuestos a morir" para defender sus tierras, se oponen a la construcción de un aeropuerto alternativo al internacional de Ciudad de México, mientras el gobierno federal planea comprar los terrenos por unos 70 centavos de dólar el metro cuadrado.
Los campesinos aseguraron a la prensa que han secuestrado varias pipas de gas y gasolina que harían estallar en caso de que las fuerzas federales ingresen a la comunidad, además de que, según dijeron, fabricaron cientos de bombas molotov y poseen cientos de kilos de pólvora.
Los campesinos tuvieron ayer un primer contacto con el gobierno para liberar a los rehenes a cambio de que las autoridades dejen libres a sus dirigentes, informaron líderes agrarios.
El enlace lo realizaron Víctor Torres y Luis Eduardo Rodríguez, director y subdirector de la estatal Policía Ministerial del Estado de México -colindante con la capital del país-, quienes se pusieron en contacto vía telefónica con David Pájaro, uno de los líderes del movimiento.
Los campesinos propusieron que el intercambio de rehenes y presos se haga en el Puente de San José y La Magdalena, a la entrada del poblado de San Salvador Atenco, pero piden garantías para su integridad física, ya que sostienen que hay amenaza por la presencia de la Policía Federal Preventiva (PFP).
Alrededor de un millar de personas, casi todos estudiantes e integrantes del Frente Popular Francisco Villa, marcharon ayer en Ciudad de México con gritos y carteles en apoyo a los campesinos de San Salvador Atenco, quienes resolvieron no participar de ese acto por la tensa situación que se vive en su comunidad.
El gobierno mexicano anunció el 22 de octubre del año pasado que el nuevo aeropuerto estará ubicado en el municipio de Texcoco (vecino de la capital, al norte) y que iniciará operaciones hacia finales de la década con tres pistas paralelas y una inversión de 5,000 millones de dólares.
Unos 500 elementos de la PFP se apostaron ayer en cinco puntos a las afueras de San Salvador en espera de la orden para ingresar a poner orden en esa comunidad que se ha convertido en tierra de nadie. Además hay unos 200 efectivos de la policía estatal como apoyo de los federales.
Los campesinos tienen como rehenes a funcionarios y policías y reclaman cambiarlos por compañeros suyos que fueron detenidos el jueves, tras un enfrentamiento con la policía que dejó un saldo de 30 lesionados.
Los pobladores, que dicen estar "dispuestos a morir" para defender sus tierras, se oponen a la construcción de un aeropuerto alternativo al internacional de Ciudad de México, mientras el gobierno federal planea comprar los terrenos por unos 70 centavos de dólar el metro cuadrado.
Los campesinos aseguraron a la prensa que han secuestrado varias pipas de gas y gasolina que harían estallar en caso de que las fuerzas federales ingresen a la comunidad, además de que, según dijeron, fabricaron cientos de bombas molotov y poseen cientos de kilos de pólvora.
Los campesinos tuvieron ayer un primer contacto con el gobierno para liberar a los rehenes a cambio de que las autoridades dejen libres a sus dirigentes, informaron líderes agrarios.
El enlace lo realizaron Víctor Torres y Luis Eduardo Rodríguez, director y subdirector de la estatal Policía Ministerial del Estado de México -colindante con la capital del país-, quienes se pusieron en contacto vía telefónica con David Pájaro, uno de los líderes del movimiento.
Los campesinos propusieron que el intercambio de rehenes y presos se haga en el Puente de San José y La Magdalena, a la entrada del poblado de San Salvador Atenco, pero piden garantías para su integridad física, ya que sostienen que hay amenaza por la presencia de la Policía Federal Preventiva (PFP).
Alrededor de un millar de personas, casi todos estudiantes e integrantes del Frente Popular Francisco Villa, marcharon ayer en Ciudad de México con gritos y carteles en apoyo a los campesinos de San Salvador Atenco, quienes resolvieron no participar de ese acto por la tensa situación que se vive en su comunidad.
El gobierno mexicano anunció el 22 de octubre del año pasado que el nuevo aeropuerto estará ubicado en el municipio de Texcoco (vecino de la capital, al norte) y que iniciará operaciones hacia finales de la década con tres pistas paralelas y una inversión de 5,000 millones de dólares.
Unos 500 elementos de la PFP se apostaron ayer en cinco puntos a las afueras de San Salvador en espera de la orden para ingresar a poner orden en esa comunidad que se ha convertido en tierra de nadie. Además hay unos 200 efectivos de la policía estatal como apoyo de los federales.

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