En Québec.
Canadá recuerda con misa a víctimas de tragedia ferroviaria en Lac-Mégantic
Publicado 2013/07/27 14:49:00
- EFE
"Todavía es muy difícil absorberlo cuando ves todas estas familias que han sido afectadas", añadió Harper.
Más de 1.000 personas, entre ellas el primer ministro canadiense, Stephen Harper, asistieron hoy a una ceremonia religiosa en memoria de las víctimas mortales, que por ahora se estiman en 47, del accidente ferroviario de hace tres semanas en la localidad de Lac-Mégantic, en la provincia de Québec.
Además de Harper, a la ceremonia en Lac-Mégantic asistieron el gobernador general de Canadá, David Johnston, que ejerce como Jefe de Estado en representación de la reina Isabel de Inglaterra, la primera ministra de Québec, Pauline Marois, y los líderes de los principales partidos políticos de Canadá.
La ceremonia se realizó en la iglesia Ste-Agns, situada a pocos metros de donde en la madrugada del pasado 6 de julio, un convoy de 72 vagones cisterna descarriló y explotó en llamas en el centro de la pequeña localidad de Lac-Mégantic, a unos 250 kilómetros al este de Montreal.
A la ceremonia religiosa en el interior de la iglesia asistieron alrededor de 700 familiares y amigos de los fallecidos junto con representantes gubernamentales y de los equipos de rescate que han trabajado en Lac-Mégantic desde el momento del accidente, uno de los peores desastres ferroviarios de Canadá.
Además, miles de personas se agolparon en el exterior de la iglesia para recordar a los muertos.
Tras la ceremonia religiosa, que fue oficiada por el arzobispo de la ciudad de Sherbrooke, monseñor Luc Cyr, Harper declaró que había sido "un día muy conmovedor".
"Todavía es muy difícil absorberlo cuando ves todas estas familias que han sido afectadas", añadió Harper.
La explosión e incendio de los vagones cisterna destruyó gran parte del centro de la localidad y causó la muerte a 47 personas, según los últimos cálculos de la Policía Provincial de Québec (PPQ).
Hasta el momento, los equipos de rescate sólo han podido recuperar los restos de 42 víctimas y las autoridades temen que nunca puedan encontrar a las cinco personas restantes.
Las autoridades canadienses todavía están investigando las causas del accidente.
De momento, lo que se sabe es que el convoy, compuesto por cinco locomotoras y 72 vagones cisterna cada uno con 100 toneladas de petróleo, estaba estacionado en la vía sin maquinista en la madrugada del 6 de julio cuando empezó a deslizarse cuesta abajo hacia Lac-Mégantic.
Cuando llegó al centro de la localidad, el tren viajaba a gran velocidad y sin control. Varios vagones descarrilaron y estallaron en llamas, incinerando todo lo que se encontraba en un amplio radio.
Además de Harper, a la ceremonia en Lac-Mégantic asistieron el gobernador general de Canadá, David Johnston, que ejerce como Jefe de Estado en representación de la reina Isabel de Inglaterra, la primera ministra de Québec, Pauline Marois, y los líderes de los principales partidos políticos de Canadá.
La ceremonia se realizó en la iglesia Ste-Agns, situada a pocos metros de donde en la madrugada del pasado 6 de julio, un convoy de 72 vagones cisterna descarriló y explotó en llamas en el centro de la pequeña localidad de Lac-Mégantic, a unos 250 kilómetros al este de Montreal.
A la ceremonia religiosa en el interior de la iglesia asistieron alrededor de 700 familiares y amigos de los fallecidos junto con representantes gubernamentales y de los equipos de rescate que han trabajado en Lac-Mégantic desde el momento del accidente, uno de los peores desastres ferroviarios de Canadá.
Además, miles de personas se agolparon en el exterior de la iglesia para recordar a los muertos.
Tras la ceremonia religiosa, que fue oficiada por el arzobispo de la ciudad de Sherbrooke, monseñor Luc Cyr, Harper declaró que había sido "un día muy conmovedor".
"Todavía es muy difícil absorberlo cuando ves todas estas familias que han sido afectadas", añadió Harper.
La explosión e incendio de los vagones cisterna destruyó gran parte del centro de la localidad y causó la muerte a 47 personas, según los últimos cálculos de la Policía Provincial de Québec (PPQ).
Hasta el momento, los equipos de rescate sólo han podido recuperar los restos de 42 víctimas y las autoridades temen que nunca puedan encontrar a las cinco personas restantes.
Las autoridades canadienses todavía están investigando las causas del accidente.
De momento, lo que se sabe es que el convoy, compuesto por cinco locomotoras y 72 vagones cisterna cada uno con 100 toneladas de petróleo, estaba estacionado en la vía sin maquinista en la madrugada del 6 de julio cuando empezó a deslizarse cuesta abajo hacia Lac-Mégantic.
Cuando llegó al centro de la localidad, el tren viajaba a gran velocidad y sin control. Varios vagones descarrilaron y estallaron en llamas, incinerando todo lo que se encontraba en un amplio radio.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.