Colombia cuenta con "soldados de mi pueblo"
Publicado 2003/06/16 23:00:00
- Manila
Un total de 10,008 campesinos se incorporaron ayer al Ejército de Colombia bajo el programa "soldados de mi pueblo", una estrategia del gobierno del presidente Alvaro Uribe para combatir a la guerrilla y a los paramilitares y que incluye el aumento del pie de fuerza.
Los nuevos soldados, que recibieron instrucción militar durante tres meses en el manejo de armamento y en operaciones ofensivas y defensivas, cuidarán 278 pueblos ubicados en 14 de los 32 departamentos del país, azotados por la violencia de rebeldes izquierdistas y paramilitares de ultraderecha.
Los nuevos soldados, que permanecerán dos años en el Ejército, harán el servicio militar en sus pueblos de origen para estar cerca de sus familias.
"Estos soldados van a cuidar para que se pueda alejar de Guasca toda amenaza terrorista. La inversión y el empleo se han afectado mucho, a los empresarios les da temor invertir porque cuando se empieza una inversión inmediatamente llega el riesgo de un secuestro", dijo Uribe.
La guerrilla perpetra al año miles de secuestros, en su mayoría de empresarios, para financiar parte de su lucha armada.
El mandatario asistió a la incorporación de un grupo de soldados campesinos en el pueblo de Guasca, en el departamento de Cundinamarca, 40 kilómetros al noreste de Bogotá.
Los más de 10,000 soldados que se incorporaron al Ejército como soldados campesinos, se suman a otros 5,112 que se enrolaron en diciembre.
El plan de Uribe contempla la incorporación de un total de 20,000 soldados campesinos dentro de una estrategia para duplicar el número de combatientes del Ejército y de la Policía.
Las Fuerzas Armadas de Colombia, que incluyen el Ejército, la Fuerza Aérea, la Armada y la Policía, contaban en agosto pasado, cuando asumió Uribe, con unos 200,000 efectivos, una cifra insuficiente para cubrir un país en conflicto y con una extensión superior a la de España y Francia unidas.
El mandatario también se propone aumentar en unos 1,000 millones de dólares el gasto militar, dentro de su propósito de recuperar la presencia del Estado en apartadas zonas montañosas y selváticas controladas por rebeldes o paramilitares que combaten en el conflicto interno de casi cuatro décadas.
La confrontación dejó 40,000 muertos en la última década, la mayoría civiles, de acuerdo con cifras oficiales.
Las guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), del más pequeño Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) que combaten a los rebeldes, son consideradas como organizaciones "terroristas" por Estados Unidos.
Pese a su estrategia militar, Uribe mantiene diálogos de paz con los escuadrones paramilitares, acusados de cometer las peores violaciones a los derechos humanos, y ha dejado abierta la posibilidad de iniciar acercamientos con la guerrilla.
Los nuevos soldados, que recibieron instrucción militar durante tres meses en el manejo de armamento y en operaciones ofensivas y defensivas, cuidarán 278 pueblos ubicados en 14 de los 32 departamentos del país, azotados por la violencia de rebeldes izquierdistas y paramilitares de ultraderecha.
Los nuevos soldados, que permanecerán dos años en el Ejército, harán el servicio militar en sus pueblos de origen para estar cerca de sus familias.
"Estos soldados van a cuidar para que se pueda alejar de Guasca toda amenaza terrorista. La inversión y el empleo se han afectado mucho, a los empresarios les da temor invertir porque cuando se empieza una inversión inmediatamente llega el riesgo de un secuestro", dijo Uribe.
La guerrilla perpetra al año miles de secuestros, en su mayoría de empresarios, para financiar parte de su lucha armada.
El mandatario asistió a la incorporación de un grupo de soldados campesinos en el pueblo de Guasca, en el departamento de Cundinamarca, 40 kilómetros al noreste de Bogotá.
Los más de 10,000 soldados que se incorporaron al Ejército como soldados campesinos, se suman a otros 5,112 que se enrolaron en diciembre.
El plan de Uribe contempla la incorporación de un total de 20,000 soldados campesinos dentro de una estrategia para duplicar el número de combatientes del Ejército y de la Policía.
Las Fuerzas Armadas de Colombia, que incluyen el Ejército, la Fuerza Aérea, la Armada y la Policía, contaban en agosto pasado, cuando asumió Uribe, con unos 200,000 efectivos, una cifra insuficiente para cubrir un país en conflicto y con una extensión superior a la de España y Francia unidas.
El mandatario también se propone aumentar en unos 1,000 millones de dólares el gasto militar, dentro de su propósito de recuperar la presencia del Estado en apartadas zonas montañosas y selváticas controladas por rebeldes o paramilitares que combaten en el conflicto interno de casi cuatro décadas.
La confrontación dejó 40,000 muertos en la última década, la mayoría civiles, de acuerdo con cifras oficiales.
Las guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), del más pequeño Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) que combaten a los rebeldes, son consideradas como organizaciones "terroristas" por Estados Unidos.
Pese a su estrategia militar, Uribe mantiene diálogos de paz con los escuadrones paramilitares, acusados de cometer las peores violaciones a los derechos humanos, y ha dejado abierta la posibilidad de iniciar acercamientos con la guerrilla.
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