¿Cómo funciona el cerebro cuando hay deseo sexual?
- REDACCION
Nuestro cerebro responde a través de la dopamina que es un mensajero químico del deseo sexual, para luego recibir la señal del enamoramiento y enviar el mensaje inconsciente de necesidad de apareamiento.
Mitos y verdades, errores y otras polémicas se desatan frente a las diferencias del cerebro femenino y masculino. La ciencia nos ofrece respuestas éticas, razonables y objetivas. Al final, el amor y el deseo, según los científicos, quedan reducidos a una mezcla química que ocurre en el cerebro.
Cuando nos enamoramos estamos virtualmente locos, porque bajan los niveles de serotonina.
La dopamina, la feniltilamina y la norepinefrina que son los químicos responsables del insomnio, el anhelo, la euforia, la pérdida del apetito, y las fijaciones mentales son segregadas cuando estamos enamorados.
Nuestro cerebro responde a través de la dopamina, que es un mensajero químico del deseo sexual. Al final nuestro cerebro recibe la señal del enamoramiento y manda el mensaje inconsciente de necesidad de apareamiento.
Sicólogos, neurólogos, sexólogos y científicos ofrecen la información reciente respecto al tema fuera de toda mitología y especulación acerca de la diferencia entre el cerebro de los hombres y de las mujeres. Es el órgano en el que se esconden los sentimientos, pesadillas, los deseos, la imaginación, las perversiones sexuales y hasta los más cándidos sueños.
Se ha dicho que la sexualidad podría modificar el cerebro: nos hace más sensibles y con mayor capacidad de respuesta. Asimismo, el cerebro es el que puede determinar si un hombre es o no eyaculador precoz.
Amígdala en el cerebro.
Los científicos coinciden en que una de las fábricas primordiales de la producción de sentimientos es la amígdala, una región con forma de almendra situada en un punto profundo de cada hemisferio cerebral.
De acuerdo con la antropóloga estadounidense Helen Fisher en su libro "El primer sexo", esta amígdala probablemente tenga alguna función directa con la contención emocional masculina.
Su estudio señala que existen circuitos neuronales específicos que conectan la amígdala con la corteza prefrontal, así como a otras regiones cerebrales. Otros órganos como el corazón, el estómago, los músculos y prácticamente todos los restantes se encuentran vinculados a la amígdala y corteza prefrontal. Es por eso que sentimos "mariposas en el estómago" cuando miramos a la persona amada.
Es posible que una forma diferente de interconectar estas regiones sea la causa por la que los hombres son menos apasionados y arrebatados a la hora de mostrar o decir sus sentimientos, sobre todo aquellos más desagradables.
El cerebro y las lágrimas.
También, hoy en día, los científicos comienzan a comprender que la excesiva emotividad femenina, que les puede hacer llorar en los momentos más inoportunos incluso, se debe a las interconexiones de su cerebro.
Por ejemplo, en 1996, el reconocido psiquiatra Mark George y sus compañeros del National Institute of Mental Health hicieron un experimento. Metieron a 10 hombres y 10 mujeres al escáner cerebral.
Cuando ellas pensaban en cosas tristes su cerebro era ocho veces más activo que el de ellos y George argumentó aquella vez que las mujeres pueden experimentar una tristeza más profunda que los hombres. Cuando tienen un orgasmo, el cerebro de ellas parece apagarse por segundos y ese hecho todavía no tiene respuesta para los científicos.
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