Cuidado de cachorros huérfanos o abandonados
- Solinka
Sí la atención es la adecuada la posibilidad de sobrevivir es alta o similar como si fueran criados por la madre biológica.
Estar ante una camada de cachorros recién nacidos puede ser uno de los momentos más tiernos que nos toque vivir, pero que estos pequeños seres vivos queden sin la atención materna suficiente para sobrevivir, puede hacernos sentir una enorme tristeza e incluso miedo.
Ya sea porque la madre no puede producir suficiente cantidad de leche al momento del nacimiento y el destete o por muerte o por accidentes, entre 1 ½ mes de vida y también puede ser por un comportamiento agresivo hacia los cachorros, o por la presencia de alguna enfermedad.
Nutrición.
Cuando el cachorro nace, su sistema inmunológico no está totalmente desarrollado por eso es muy importante y fundamental que el “bebé” ingiera en las primeras 12 horas de vida el calostro, primera secreción láctea de los mamíferos después del parto.
El calostro es una fuente rica de proteínas transmitidas por la madre, para protegerlos de determinadas enfermedades infecciosas, además le estimula el buen funcionamiento gastrointestinal, y si no puede la madre, habrá que alimentarlos en forma artificial.
¿Cómo alimentarlo? Se le puede dar un biberón con media onza de leche especial, llenarlo con 1½ onza de agua, una pizca de azúcar, 5 gotitas de “aeroon” (para sacarle los gases) y una pizca de mantequilla y darle a los cachorros cada dos horas, también puede ser con una jeringuilla sin aguja.
En las primeras 48 -72 horas deben ser alimentados cada dos horas, y la cantidad varía según la raza y el tamaño, en la primera semana de vida se recomienda dar entre 13 - 15 ml/g de peso la segunda semana 17 -20ml/100 de peso, hay que dárselas poco a poco para evitar que se atoren.
A partir de la tercera semana, ya se le puede comenzar a dar su papilla para cachorros, o comidas de cachorros, igual es para los gatitos, y esta se mezcla con agua tibia. En la cuarta semana, la papilla se debe dar 4 veces al día, y se debe eliminar poco a poco el amamantamiento con el biberón o jeringuilla.
Higiene.
El cachorro recién nacido es incapaz de orinar y defecar, puesto que todavía no se ha desarrollado el músculo que realiza estas funciones, por lo que debe ser estimulado para que orine y defeque.
Normalmente esto lo hace la madre lamiendo la zona anal y genital del cachorro, pero se debe hacer después de cada alimentación y se hace humedeciendo un pedazo de algodón, frotando suavemente sobre la zona anal y genital durante un minuto a 3 minutos.
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