Hongo mortal pone en riesgo de extinción a los anfibios
- Tomado de Internet
Ranas y sapos de todo el planeta viven desde hace 20 años una extinción masiva. Desde Panamá hasta España, desde Suráfrica hasta el Reino Unido, un hongo ha diezmado todas las familias de anfibios.
El croar de las ranas y sapos en los bosques húmedos panameños puede convertirse en un recuerdo, debido a su muerte acelerada por la dispersión de un hongo que ataca su piel, la pérdida de su hábitat e incluso al cambio climático.
Una investigación de las poblaciones de rana y otros anfibios, realizada por la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM), el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) y otras organizaciones ambientalistas, en el Parque Omar Torrijos, en la provincia de Coclé, indica una disminución importante en la cantidad de anfibios del área, ya que hay algunos que mueren de manea súbita.
De acuerdo con la investigación, la disminución en las poblaciones de ranas dentro del Parque Omar Torrijos se comenzó a detectar a principios de los años 90, cuando algunos científicos comenzaron a encontrar anfibios muertos en diferentes partes, sin que hubiese una explicación a este fenómeno.
Las primeras informaciones sobre la desaparición masiva de ranas provenían de Costa Rica, en donde se estableció la desaparición del sapo dorado, ubicado usualmente en el área de Monteverde, allí también se reportó la disminución de las poblaciones de la Rana de Cristal y Ranas Arlequines.
Un problema pica y se extiende.
Luego de haberse detectado en Costa Rica, el problema se trasladó al área de las tierras altas de la provincia de Chiriquí, cuando en el año de 1996 la investigadora Karen Lips, de la Universidad de Illionis, ubicó ranas moribundas en el área en la Reserva Forestal de Fortuna y otras áreas como Volcán, Boquete y Cerro Punta, en donde se notó una merma en las poblaciones de ranas y sapos.
Una enfermedad fatal .
Tras un examen realizado a un grupo de ranas muertas, ubicadas en el área de Cerro Pando, uno de los sitios más altos de la Cordillera Central de Panamá, se logró detectar que la muerte se produjo por una enfermedad denominada quitridiomicosis, es decir, una enfermedad infecciosa fatal que afecta a los anfibios; esta es causada por un hongo de la división Chytridiomycota, Batrachochytrium dendrobatidis (Bd), específicamente.
Se estima que para el 2005, el avance de la enfermedad, que se dispersó por la Cordillera Central de Panamá, causó la muerte del 50% de los anfibios de esta región, sin que fuese posible detenerla.
El Níspero.
A raíz de esta tragedia se instaló en El Valle de Antón un refugio denominado El Níspero, en el cual se logró con cierto éxito la reproducción en cautiverio de algunas ranas, lo que puede significar la repoblación de las áreas en donde hasta ahora habían desaparecido.
El Níspero se creó hace 30 años, originalmente como un pequeño zoológico en donde se pretendía mantener a las especies de la región en cautiverio, pero ante la posible pérdida de las ranas, se decidió hacer un reservorio de estos anfibios con ayuda de la ANAM y el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales.
Hasta ahora, se han tenido éxito en la reproducción de la rana dorada, que se encuentra en peligro de extinción, y otras especies de ranas y sapos que habitan en el área de El Valle de Antón.
El doctor Carlos Caballero, encargado del Níspero señaló que la rana dorada prácticamente ha desaparecido de El Valle de Antón y sólo se le puede ubicar en áreas como El Macano.
"El hongo mantiene una presencia muy fuerte en el área de El Copé y el Oeste de la Cordillera Central, donde prácticamente no hay anfibios, pero en El Níspero se ha tenido éxito en reproducir en cautiverio algunas especies de ranas", detalló.
Sin embargo, la población aún no es tan abundante como para hacer liberaciones para repoblar la región, además se estima que el hongo aún está presente y puede reinfectar a los ejemplares liberados.
Detalló que el hongo ya no sólo se encuentra en la parte alta de la Cordillera Central, sino que se encuentra en las zonas bajas, en donde algunos anfibios han aparecido muertos.
Las ranas rescatadas, que son diagnosticadas con el hongo, reciben un tratamiento por 10 días con polimerasa y luego son puestas en cuarentena hasta que estén totalmente desinfectadas.
La investigación también incluye un análisis de la difusión del hongo desde Costa Rica hasta Panamá y la posibilidad que llegue a otros países de la región. Se desconoce con exactitud cómo se ha desplazado.
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