Las mujeres los prefieren de facciones femeninas
Publicado 2007/08/09 23:00:00
- Internacional
Las mujeres británicas no ven a los hombres machos como una buena apuesta para una relación y los prefieren con características más femeninas, indica un estudio realizado en el Reino Unido.
Hombres con rasgos masculinos como la nariz grande y los ojos pequeños, fueron calificados de menos cálidos, más infieles y peores parejas que aquellos que tenían facciones más femeninas.
Cerca de 400 hombres y mujeres británicos emitieron su juicio, luego de observar fotografías, en las que los rasgos físicos fueron ligeramente alterados.
El estudio fue publicado en la revista Personality and Individual Differences.
"Esta investigación muestra un alto grado de coincidencia en las apreciaciones de las mujeres en cuanto a la personalidad, cuando les pidieron que juzgaran a una persona por su apariencia", explicó la directora del informe, Lynda Boothroyd de la Universidad de Durham.
"Ellas pueden utilizar esa impresión sobre alguien para decidir si se comprometen con esa persona. Ese proceso de toma de decisiones depende de lo que una mujer esté buscando en una relación en ese momento de su vida", dijo Boothroyd.
Los 400 británicos completaron el test en una página de internet, que les mostraba dos fotografías.
Se les solicitó a los participantes que juzgaran los rostros en las siguientes categorías: dominación, ambición, riqueza, fidelidad, compromiso, vocación de ser padre y calidez.
Para ello bastaba con hacer clic en el punto de una escala.
Las diferencias fueron sutiles, pero evidentes para un ojo entrenado.
El rostro masculino con facciones más femeninas tenía cejas más curvas, una frente arqueada y pómulos ligeramente más altos. También tenía una sonrisa insinuada, pues las mujeres sonríen más frecuentemente que los hombres, dijeron los investigadores.
Posteriormente nuestros antecesores habrían desarrollado las otras características que el padre de la teoría de la evolución, Charles Darwin, había identificado como propias del ser humano: usar herramientas, tener caninos pequeños y andar con dos piernas.
Los fragmentos de la pelvis y de las extremidades de Lucy han demostrado que esta hembra adulta, que tenía el tamaño de uno de nuestros niños de cinco o seis años, caminaba de una forma muy parecida al Homo Sapiens Sapiens, nuestra especie.
Hombres con rasgos masculinos como la nariz grande y los ojos pequeños, fueron calificados de menos cálidos, más infieles y peores parejas que aquellos que tenían facciones más femeninas.
Cerca de 400 hombres y mujeres británicos emitieron su juicio, luego de observar fotografías, en las que los rasgos físicos fueron ligeramente alterados.
El estudio fue publicado en la revista Personality and Individual Differences.
"Esta investigación muestra un alto grado de coincidencia en las apreciaciones de las mujeres en cuanto a la personalidad, cuando les pidieron que juzgaran a una persona por su apariencia", explicó la directora del informe, Lynda Boothroyd de la Universidad de Durham.
"Ellas pueden utilizar esa impresión sobre alguien para decidir si se comprometen con esa persona. Ese proceso de toma de decisiones depende de lo que una mujer esté buscando en una relación en ese momento de su vida", dijo Boothroyd.
Los 400 británicos completaron el test en una página de internet, que les mostraba dos fotografías.
Se les solicitó a los participantes que juzgaran los rostros en las siguientes categorías: dominación, ambición, riqueza, fidelidad, compromiso, vocación de ser padre y calidez.
Para ello bastaba con hacer clic en el punto de una escala.
Las diferencias fueron sutiles, pero evidentes para un ojo entrenado.
El rostro masculino con facciones más femeninas tenía cejas más curvas, una frente arqueada y pómulos ligeramente más altos. También tenía una sonrisa insinuada, pues las mujeres sonríen más frecuentemente que los hombres, dijeron los investigadores.
Posteriormente nuestros antecesores habrían desarrollado las otras características que el padre de la teoría de la evolución, Charles Darwin, había identificado como propias del ser humano: usar herramientas, tener caninos pequeños y andar con dos piernas.
Los fragmentos de la pelvis y de las extremidades de Lucy han demostrado que esta hembra adulta, que tenía el tamaño de uno de nuestros niños de cinco o seis años, caminaba de una forma muy parecida al Homo Sapiens Sapiens, nuestra especie.
Lucy no es el homínido más antiguo, pues en los 90 se encontraron también en Etiopía un diente de un individuo de hace 5.8 millones de años, y un diente y parte de un brazo de otro de 4.4 millones.
De Lucy, en cambio, se conserva un 40% del esqueleto y dada la simetría bilateral de nuestros cuerpos, los antropólogos pueden reproducir un porcentaje mucho mayor de su estructura ósea.
Desde el 31 de agosto exhibirá su belleza en Texas, un lugar en el que muchos dudan de la teoría de la evolución.
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