Los hombres y las mujeres, ¿infieles por naturaleza?
- Internacional
Las causas de la infidelidad pueden ser distintas, dependiendo del sexo al que se pertenezca, ya que en las mujeres se atribuye a la hormona estradiol y en los hombres se debe al gen llamado alelo 334.
¿De dónde proviene el deseo que impulsa a las parejas a ser infieles? Muchas pueden ser sus causas, pero dos estudios recientes demuestran que existe un responsable directo de que semejante acto desleal suceda en las mujeres: las hormonas. Y para un hombre incapaz de casarse o de formar una relación duradera de pareja: la culpa está en sus genes.
Un estudio de la Universidad de Texas sugiere que las mujeres con altos niveles de estradiol son más propensas a ser infieles, y son estas mujeres las que se sienten más cómodas y seguras con su físico. Es decir, son las más guapas o seductoras, las que pueden ser más infieles.
El informe detalla que el estradiol, clave en la fertilidad femenina, juega un rol crucial en la motivación sexual y el comportamiento. Los investigadores hallaron pruebas para establecer una relación entre la belleza física y los mecanismos psicológicos de una mujer en su relación con los hombres.
"Los niveles de estradiol varían con el ciclo menstrual. A mayor nivel hormonal, mayor es la fertilidad y el interés sexual", explica la investigadora Kristina Durante, encargada del estudio.
En el estudio se constataron que los altos niveles de estradiol coincidían con aquellas jóvenes calificadas como las más bellas y con mejor autoestima. La encuesta develó que estas mujeres, a su vez, son las que suelen salir con más hombres y están dispuestas a cometer una infidelidad. "Ser físicamente atractivas les puede generar más alternativas, pero también les hace más complicado satisfacer sus necesidades.
En consecuencia, tienen menos razones para estar comprometidas", asegura la investigadora Durante.
No soy infiel; son mis genes.Mientras que en los hombres la infidelidad es cuestión de genes, ya que una investigación del Instituto sueco de Karolinska, en Estocolmo, concluyó que dos de cada cinco varones tienen esta variación genética, la cual influye también en que existan problemas de convivencia en el matrimonio.
La culpa de la infidelidad de los hombres se debe al gen llamado alelo 334, que gestiona la vasopresina, una hormona que se reproduce naturalmente, por ejemplo, con los orgasmos.
La investigación se realizó en Suecia a 1.000 parejas heterosexuales.

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