Muere Mario Juruna, el único legislador indio de Brasil

El cacique Mario Juruna, el único indio brasileño que llegó a ser diputado y que era famoso por su lucha contra la discriminación racial, falleció ayer a los 62 años, después de una larga enfermedad.
Juruna, quien desde hace casi cuatro años era rehén de una silla de ruedas y fue famoso por hacer uso en el Parlamento de una grabadora portátil para registrar las dudosas "promesas del hombre blanco", murió en un hospital de Brasilia debido a problemas renales, agravados por la hipertensión y la diabetes que los médicos le diagnosticaron hace casi una década.
El ex miembro del Partido Laboral Brasileño fue elegido diputado por el estado de Río de Janeiro y cumplió un mandato de cuatro años (1982-1986).
El ingreso del cacique a la Cámara Federal, a la que intentó regresar en otras tres elecciones posteriores que perdió, se inició con su llegada a la capital brasileña en los años 70, a donde vino a pedir a las autoridades ropas y zapatos para su pueblo.
El desconfiado indígena, que tuvo 11 hijos nacidos de dos matrimonios, solía ir armado de una grabadora de cintas magnéticas que accionaba durante todas las reuniones.
En su primera actividad pública en Iquique, Pinochet asistió a misa el domingo y en los días siguientes visitó tiendas, un elegante hotel y otros sitios públicos, en medio de manifestaciones de sus partidarios y protestas de familiares de algunos de los 3,000 muertos y desaparecidos que dejó su régimen.