Ordenan devolución de bienes a familia de Montesinos
Publicado 2002/09/11 23:00:00
- MÉXICO
El juez anticorrupción peruano Jorge Barreto ordenó ayer la devolución de los bienes que le fueron incautados a la familia del ex asesor presidencial, Vladimiro Montesinos durante un allanamiento ilegal a su domicilio ordenado por el ex presidente Alberto Fujimori en noviembre del año 2000.
En la incursión a la vivienda de Montesinos, la Policía peruana se llevó pertenencias de toda la familia del ex asesor presidencial, así como quince maletas con una colección de vídeos "de la época del terrorismo", documentos y libros.
Entre los vídeos incautados se encontraban grabaciones de conversaciones y entrevistas que tuvo el ex asesor presidencial con el recluido fundador y cabecilla máximo de la banda terrorista Sendero Luminoso, Abimael Guzmán. El juez Barreto dispuso en su resolución que la familia de Montesinos deberá entregar los recibos y comprobantes que acrediten la compra de los bienes incautados a fin de que puedan ser devueltos.
José Clark, abogado de Trinidad Becerra y Silvana Montesinos, esposa e hija del ex asesor, presentó un escrito en el tercer juzgado anticorrupción en el que precisa que no es usual guardar los recibos de las prendas de vestir y útiles de escritorio.
En la incursión a la vivienda de Montesinos, la Policía peruana se llevó pertenencias de toda la familia del ex asesor presidencial, así como quince maletas con una colección de vídeos "de la época del terrorismo", documentos y libros.
Entre los vídeos incautados se encontraban grabaciones de conversaciones y entrevistas que tuvo el ex asesor presidencial con el recluido fundador y cabecilla máximo de la banda terrorista Sendero Luminoso, Abimael Guzmán. El juez Barreto dispuso en su resolución que la familia de Montesinos deberá entregar los recibos y comprobantes que acrediten la compra de los bienes incautados a fin de que puedan ser devueltos.
José Clark, abogado de Trinidad Becerra y Silvana Montesinos, esposa e hija del ex asesor, presentó un escrito en el tercer juzgado anticorrupción en el que precisa que no es usual guardar los recibos de las prendas de vestir y útiles de escritorio.
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