Reinstauran pena de muerte en Filipinas

En respuesta a la ira popular por una serie de secuestros, la presidenta de Filipinas, Gloria Macapagal Arroyo, levantó ayer una moratoria sobre la pena de muerte, despejando el camino para nuevas ejecuciones en uno de los países con un corredor de la muerte más poblado.
La iniciativa se produjo tras una serie de secuestros cuyo objetivo era la comunidad china, que ha aportado a los probables rivales de Arroyo en las elecciones presidenciales del próximo mes de enero munición para atacar el historial de la presidenta en la lucha contra el crimen.
También supone un rara ruptura de Macapagal Arroyo con la poderosa Iglesia Católica, que le ayudó a llegar al poder en enero de 2001 tras la caída de la presidencia de Joseph Estrada.
"No me entrometeré en el camino de las ejecuciones programadas por los tribunales para enero de 2004", dijo en un comunicado.
"A pesar de que estoy en contra, por una cuestión de principios morales, a la toma de vidas humanas de esta manera, la presidenta debe rendirse al mayor interés público, cuando lo dictan circunstancias extraordinarias", agregó.
La decisión de levantar la moratoria que impuso a finales del año pasado abre el camino para las primeras ejecuciones en el país en tres años. Según el Departamento de Justicia, había 981 presos en el corredor de la muerte el 1 de septiembre.