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Científico orgullosamente chorrerano
Daschenka Chong - Publicado:
Las grandes casas farmacéuticas no están interesadas en invertir en la búsqueda de curas para enfermedades que afectan a los países pobres.Simplemente no es redituable.Por ellos los científicos de los países del Tercer Mundo saben que a ellos les corresponde descubrir la medicina para su gente.El doctor Eduardo Ortega es uno de ellos.Junto a otras siete personas lleva a cabo un proyecto del Instituto de Investigaciones Científicas Avanzadas de la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología (SENACYT).En colaboración con el Instituto Smithsonian y la Universidad de Panamá, estudian la flora tropical panameña terrestre y marina, en busca de la cura a diferentes enfermedades como lechmaniasis, mejor conocida como "picada de bejuco"; malaria, chaga, cáncer de mama, de cerebro y de pulmón.En dos áreas sus investigaciones han sido exitosas: la lechmaniasis y la malaria.EPA: ¿Cuál ha sido el descubrimiento contra la lechmaniasis?EO: Tenemos la patente de una planta panameña que tiene actividad en contra el parásito.Doce millones de personas en el mundo están infectadas con lechmania; en Panamá se diagnostican tres mil casos cada año.El tratamiento consiste de 20 a 40 inyecciones dependiendo del tamaño de la persona y la droga tiene efectos tóxicos en el corazón, el páncreas y el hígado; entonces muchos abandonan el tratamiento por la toxicidad, el dolor y la duración del mismo.Entonces hay una necesidad urgente de buscar otra alternativa.EPA: ¿Cuáles son los avances en la lucha contra la malaria?EO: En los países desarrollados se marca el parásito de la malaria con material radioactivo para detectar al parásito y ver si estaba vivo o muerto.Este método no podía usarse en el país porque se necesitaba un permiso especial para la sustancia y luego de ser utilizada su desecho contaminaría el ambiente.Aprendimos a cultivar correctamente el parásito de la malaria en Panamá y dos estudiantes nuestras descubrieron, gracias a su ingenio, una metodología que permite en el laboratorio detectar el material genético del parásito con fluorescencia.Esta metodología patentada y descubierta por médicos panameños fue publicada en febrero pasado en una revista norteamericana científica de mucho prestigio.Ese conocimiento se ha exportado a Bolivia y Madagascar.Pensamos que esta metodología no radioactiva va a ser adaptada por la mayoría de los grupos que trabajan con drogas antimaláricas y que se va a generalizar su uso en países desarrollados.EPA: ¿Cómo se siente luego de este descubrimiento?EO: Muy bien.Nos interesa que los países nuestros, ricos en biodiversidad (América Latina, Africa y Asia), puedan utilizar una metodología como la que hemos descubierto en Panamá en sus propios países.Queremos cerrar el círculo.Tradicionalmente las empresas farmacéuticas venían a nuestros países, se llevaban nuestros compuestos, los descubrían, patentaban y luego nos lo vendían.Ahora estamos recogiendo las plantas en Panamá, purificamos y patentamos el compuesto.Estamos exportando al norte nuestra tecnología, ya no es la clásica transmisión del conocimiento tecnológico del norte al sur.