Coiba y Galápagos, santuarios de vida

Vida marina única del sitio. Exuberante flora y fauna. Coiba, en Panamá y Galápagos, en Ecuador, enlistan características comunes que las convierten en atractivos de incalculable valor para la ciencia.
El doctor Juan Maté, biólogo de arrecifes de coral del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI), reiteró que el Golfo de Chiriquí posee los mejores arrecifes de las costas del Pacífico de América.
Las corrientes marinas son las avenidas o caminos del mar para la dispersión de especies y la repoblación de las mismas. No obstante, explicó que las corrientes en América se mueven hacia el occidente, en dirección a Australia, a lo largo de la zona ecuatorial. "Las Islas Galápagos están en el camino de esas corrientes, por lo que las larvas de los organismos marinos del Golfo de Chiriquí pueden desplazarse hacia estas últimas".
Maté añadió que muchas de las especies marinas de las islas ecuatorianas se encuentran también en Panamá, "pero en Galápagos prácticamente han desaparecido los arrecifes debido a los efectos del calentamiento del agua durante los fenómenos de El Niño, como ha ocurrido en los últimos 20 años".
Es así como el potencial marino de Coiba y sus alrededores potencialmente podría ayudar a repoblar los arrecifes en las Islas Galápagos, sin embargo, "estamos investigando esta posibilidad porque las larvas de los corales no viven por mucho tiempo.
El tránsito desde Panamá hasta las Galápagos toma en ocasiones más tiempo que el periodo de vida de la larva, lo que reduce enormemente la posibilidad de repoblación. Esto puede ocurrir cuando las condiciones de las corrientes sean adecuadas y las larvas logren llegar y asentarse en las Galápagos, sin embargo, durante los años de El Niño las corrientes en lugar de viajar de Panamá a las Galápagos, como sucede generalmente, lo hacen en sentido contrario, permitiendo el flujo de larvas desde el centro del Océano Pacífico a las Galápagos y la costa de América. "Ocurre que durante el periodo de este fenómeno climático las corrientes son más fuertes de oeste a este, es decir, de las Galápagos hacia Panamá".
Subrayó además que la creación de extensas áreas de protección pretenden preservar las rutas de migración de las especies. Estudios a largo plazo en arrecifes de coral en el Caribe han demostrado que cuando se restringe la pesca por un periodo apropiado de tiempo, ocurre una notable recuperación.
Los arrecifes son las áreas de mayor diversidad en los trópicos y la excesiva pesca está contribuyendo a reducirla "los estudios en el Golfo de Chiriquí revelan una disminución en el número y tamaño de los peces, langostas y cambute a través de los años", indicó Maté.
Citó el caso de los tiburones de punta blanca que suelen vivir bajo los grandes corales, "desde hace cuatro o cinco años no se les ve en varias de las islas del Parque Nacional Coiba, donde antes eran comunes y abundantes. Igual ha ocurrido con los grandes pargos y otros peces". El tiburón de punta blanca de arrecife permanece en el área que habita casi toda su vida, pues no es una de las especies de tiburones oceánicos que realiza grandes migraciones. "Su ausencia significa que algo le sucedió", aseguró Maté.
Recientemente representantes del sector pesquero rechazaron la versión de que el tiburón ha dejado de verse en el Parque Nacional de Coiba, aduciendo que éste es migratorio y como tal "no está siempre en la zona". Científicos del STRI realizan de siete a ocho viajes al año al Parque Coiba. Esto viajes ocurren durante diferentes periodos del año y en todos estos viajes la conclusión es la misma: cada vez hay menos peces y estos son más pequeños.
El Archipiélago de Colón o la provincia Insular de las Galápagos es un conjunto de islas situadas a 900 y 1200 kilómetros al oeste de la costa ecuatoriana. El grupo se compone de las islas Isabela, Fernandina, Santa Cruz, Baltra, San Cristóbal, Santiago, Santa María, Española, Marchena, Pinta, Genovesa, Pinzón, San Fe, Rábida, Darwin y Wolf, 17 islotes y decenas de rocas.
Su capital es Puerto Baquerizo Moreno, fundada el 18 de febrero de 1973. La superficie insular es de 8.010 kilómetros cuadrados, con 16.917 habitantes, datos proyectados para el año 2000. En 1978 la UNESCO declaró a las islas como Patrimonio Natural de la Humanidad y 1985 fue declarada Reserva de la Biosfera.
Las Islas Galápagos están a nivel de la línea Ecuatorial, sin embargo, los determinantes del clima, como son la altitud, la latitud y vientos, están fuertemente modificados por las corrientes que rodean las islas, así la corriente fría de Humboldt pasa entre y alrededor de las islas casi todo el año. Esta corriente se une al norte del Archipiélago con las aguas tropicales de la corriente de El Niño que vienen desde el Golfo de Panamá, durante los meses de enero a abril. Galápagos cuenta con un ecosistema en el que se desarrollan especies de flora y fauna, únicas en el mundo.
La vegetación en las partes bajas de las islas es desértica; siendo las más representativas: cactus, palo santo y algarrobos. En los relieves de mayor altura, donde existen zonas húmedas, crecen helechos, matasanos, uña de gato, guayabillo, pasifloras, cafetillo, musgo, hongos y líquenes. La sorprendente fauna ha permitido realizar estudios sobre la evolución de la vida, como la famosa teoría de la Evolución de las Especies de Charles Darwin.


El "Mayor Laboratorio del Mundo", como se lo ha llamado al Archipiélago, posee dentro de su fauna tortugas gigantes (galápagos), iguanas marinas y terrestres, lagartijas de lava, lobos marinos, focas, albatros, fragatas, piqueros, cormoranes, pingüinos, gaviotas, flamencos, y otras especies únicas en su género.
El año pasado el vicepresidente Arturo Vallarino anunció la firma de un acuerdo con Costa Rica, Colombia y Ecuador que creará el primer corredor biológico marino del mundo para proteger, junto con Coiba, una serie de islas del Pacífico.
Ofreció igualmente la Ciudad del Saber como lugar donde instalar un Centro Internacional sobre el Desarrollo Sostenible dedicado al acopio y generación de información científica de alta calidad, a la enseñanza y el intercambio de experiencias.
"El desarrollo sostenible debe promover un nuevo orden mundial que armonice con la naturaleza y las futuras generaciones", dijo Vallarino, al reiterar el respaldo de Panamá al principio de una responsabilidad compartida, pero diferenciada en materia ambiental.