Cultura, ¿peligrosa e inaccesible?
Publicado 2006/09/09 23:00:00
- Irma Elena Mordok
EL panameño tiene la fama de participar poco en actividades culturales. ¿Será eso cierto o habrán razones que se lo impiden?
Panamá América comprobó que pudiera tratarse más de lo segundo. Hay interés, pero condiciones como inaccesibilidad y falta de seguridad hacen desistir a muchos, de eventos en los que se promueve la cultura.
Según algunos de los consultados, la cultura en Panamá se ha convertido en "inaccesible", puesto que quien no tiene un vehículo para trasladarse al Teatro Nacional, la Biblioteca Nacional Ernesto J. Castillero, el recién inaugurado Museo Antropológico Reina Torres de Araúz o el Museo de Arte Contemporáneo llegar o salir de alguno de estos puntos puede convertirse en un verdadero dolor de cabeza y evidentemente hay quienes prefieren no correrse el riesgo.
La inseguridad es parte de esta historia. No hay suficiente vigilancia policial.
Natasha López es una de las que narró sus vivencias.
Su pasión por las manifestaciones artísticas nació hace un par de años, cuando comenzó a asistir a los espectáculos que se desarrollan en el Teatro Nacional, en el Casco Antiguo.
Natasha cuenta que tomó la decisión de no ir más porque estaba escuchando sobre robos en el área y se aterrorizó.
El temor de Natasha es el de varios ciudadanos, sobre todo los que no tienen auto propio y dependen del transporte selectivo o colectivo al concluir las funciones.
Hasta las coberturas periodísticas se tornan arriesgadas.
Una colega de este medio contó que tuvo que retirarse antes de que terminara el evento al que asistió recienemente en el teatro.
Sin embargo, aunque tomó medidas, no se salvó del susto.
A un costado del teatro, en la Plaza Bolívar, un grupo de adolescentes la acechaba. Ella se percató del hecho y aceleró el paso, se alejó de la acera, esperando que la seguridad presidencial la viera.
Por fortuna, se encontró luego con otros periodistas y siguió la caminata en compañía de ellos, llegando hasta Santa con la esperanza de conseguir un taxi, lo que había sido infructuoso hasta ese momento.
Una vez allá, el desafío era que un orate, de los que sobraban en el área, no se les fuera encima.
Fue inevitable. Uno de ellos corrió para alcanzarlos, justo cuando abordaban el taxi y casi logra su cometido.
Panamá América estuvo esta semana en el Teatro Nacional.
El miércoles fue la Ópera para Jóvenes a beneficio de la Fundación Amaneceres.
Recorrimos el área y estaba desolada, a excepción de los carros estacionados en la vía y los famosos "bien cuidaos" que esperaban atentos para ganarse "algo bueno".
Este sector se torna un tanto oscuro, pues los faros poseen un luz naranja tenue, que podría prestarse para cualquier fechoría.
La seguridad del teatro únicamente custodiaba los alrededores de la infraestructura, mientras que dos unidades policiales, una de Turismo y otra del Servicio de Protección Institucional (SPI), hacían su ronda de rutina.
Son muchos los que toman precauciones y pagan por el estacionamiento privado que está a un costado del teatro, para evitar así, que sus carros sean objeto de robo.
Pero, hasta allá llega el "juega vivo". Al no estar cercercados los estacionamientos, los "bien cuidaos" ingresan al área para pedirle dinero a los usuarios antes de que salgan, por lo que algunos prefirieron no utilizarlo.
Ramón Pousa, uno de los asistentes, consideró que la habilitación de un estacionamiento de este tipo es provechoso, pero asegura que por ningún lado observó seguridad.
Pousa considera que se debe contratar más unidades policiales para que las personas se sientan protegidas.
Aracelis Garay, quien también estaba esa noche, explicó que para los que no tienen carro es un problema salir del área, ya que los taxis no pasan con frecuencia en la noche.
Genaro Villalaz, subdirector del Instituto Nacional de Cultura (INAC), aseguró que cada vez que se presentan espectáculos culturales en el Teatro Nacional la institución se preocupa por mantener los perímetros custodiados por unidades de la Policía de Turismo.
Según el subdirector del INAC, la institución no ha recibido directamente la denuncia de que se estén registrando hurtos a los carros o a los asistentes.
"Si se ha hecho algún tipo de denuncia de robos debe haber sido directamente con la Policía Técnica Judicial (PTJ), ya que la Policía de Turismo que trabaja en conjunto con nosotros no nos ha notificado nada al respecto" alegó.
Panamá América comprobó que pudiera tratarse más de lo segundo. Hay interés, pero condiciones como inaccesibilidad y falta de seguridad hacen desistir a muchos, de eventos en los que se promueve la cultura.
Según algunos de los consultados, la cultura en Panamá se ha convertido en "inaccesible", puesto que quien no tiene un vehículo para trasladarse al Teatro Nacional, la Biblioteca Nacional Ernesto J. Castillero, el recién inaugurado Museo Antropológico Reina Torres de Araúz o el Museo de Arte Contemporáneo llegar o salir de alguno de estos puntos puede convertirse en un verdadero dolor de cabeza y evidentemente hay quienes prefieren no correrse el riesgo.
La inseguridad es parte de esta historia. No hay suficiente vigilancia policial.
Natasha López es una de las que narró sus vivencias.
Su pasión por las manifestaciones artísticas nació hace un par de años, cuando comenzó a asistir a los espectáculos que se desarrollan en el Teatro Nacional, en el Casco Antiguo.
Natasha cuenta que tomó la decisión de no ir más porque estaba escuchando sobre robos en el área y se aterrorizó.
El temor de Natasha es el de varios ciudadanos, sobre todo los que no tienen auto propio y dependen del transporte selectivo o colectivo al concluir las funciones.
Hasta las coberturas periodísticas se tornan arriesgadas.
Una colega de este medio contó que tuvo que retirarse antes de que terminara el evento al que asistió recienemente en el teatro.
Sin embargo, aunque tomó medidas, no se salvó del susto.
A un costado del teatro, en la Plaza Bolívar, un grupo de adolescentes la acechaba. Ella se percató del hecho y aceleró el paso, se alejó de la acera, esperando que la seguridad presidencial la viera.
Por fortuna, se encontró luego con otros periodistas y siguió la caminata en compañía de ellos, llegando hasta Santa con la esperanza de conseguir un taxi, lo que había sido infructuoso hasta ese momento.
Una vez allá, el desafío era que un orate, de los que sobraban en el área, no se les fuera encima.
Fue inevitable. Uno de ellos corrió para alcanzarlos, justo cuando abordaban el taxi y casi logra su cometido.
Panamá América estuvo esta semana en el Teatro Nacional.
El miércoles fue la Ópera para Jóvenes a beneficio de la Fundación Amaneceres.
Recorrimos el área y estaba desolada, a excepción de los carros estacionados en la vía y los famosos "bien cuidaos" que esperaban atentos para ganarse "algo bueno".
Este sector se torna un tanto oscuro, pues los faros poseen un luz naranja tenue, que podría prestarse para cualquier fechoría.
La seguridad del teatro únicamente custodiaba los alrededores de la infraestructura, mientras que dos unidades policiales, una de Turismo y otra del Servicio de Protección Institucional (SPI), hacían su ronda de rutina.
Son muchos los que toman precauciones y pagan por el estacionamiento privado que está a un costado del teatro, para evitar así, que sus carros sean objeto de robo.
Pero, hasta allá llega el "juega vivo". Al no estar cercercados los estacionamientos, los "bien cuidaos" ingresan al área para pedirle dinero a los usuarios antes de que salgan, por lo que algunos prefirieron no utilizarlo.
Ramón Pousa, uno de los asistentes, consideró que la habilitación de un estacionamiento de este tipo es provechoso, pero asegura que por ningún lado observó seguridad.
Pousa considera que se debe contratar más unidades policiales para que las personas se sientan protegidas.
Aracelis Garay, quien también estaba esa noche, explicó que para los que no tienen carro es un problema salir del área, ya que los taxis no pasan con frecuencia en la noche.
Genaro Villalaz, subdirector del Instituto Nacional de Cultura (INAC), aseguró que cada vez que se presentan espectáculos culturales en el Teatro Nacional la institución se preocupa por mantener los perímetros custodiados por unidades de la Policía de Turismo.
Según el subdirector del INAC, la institución no ha recibido directamente la denuncia de que se estén registrando hurtos a los carros o a los asistentes.
"Si se ha hecho algún tipo de denuncia de robos debe haber sido directamente con la Policía Técnica Judicial (PTJ), ya que la Policía de Turismo que trabaja en conjunto con nosotros no nos ha notificado nada al respecto" alegó.
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