De las sombras a la cúspide
Publicado 2004/08/30 23:00:00
- Daschenka Chong
De ser la viuda del caudillo panameñista, Moscoso se consolidó como su sucesora y líder del movimiento político. Al frente de las multitudinarias bases se encaminó y llegó a la presidencia.
Mireya y Arnulfo Arias regresan a Panamá después de diez años de exilio. Mientras que Arias reorganizaba sus filas y creaba el Partido Panameñista Auténtico, su esposa se encargaba de sus fincas cafetaleras.
Con un renovado impulso, partido y alianza, el doctor Arias se lanza nuevamente como figura presidencial para las elecciones de 1984. Un controversial resultado le dio la derrota. La pareja vuelve a Miami, donde fallece Arias el 10 de agosto de 1988, cinco días antes de cumplir 87 años.
El Partido Panameñista Auténtico es secuestrado por la dictadura militar, pero la figura de Guillermo Endara, secretario general del mismo, es apoyada por la Alianza Democrática de Oposición Civilista (ADOC) conformada por los partidos Demócrata Cristiano, MOLIRENA y Liberal Auténtico.
Después de 25 años de matrimonio, Mireya se hizo cargo de las empresas familiares, presidió la Fundación Arnulfo Arias Madrid y participó dentro del partido.
En aquel entonces su perfil era bajo, era sólo la viuda del caudillo.
Fue luego de las manifestaciones públicas, la invasión y el reconocimiento del triunfo de la ADOC en las elecciones de 1989, que comenzó a despuntar su figura.
En septiembre de 1991 fue electa como presidenta del Partido Arnulfista, nuevo colectivo que intentaba rescatar el panameñismo.Ese mismo año contrajo matrimonio con el empresario Ricardo Gruber, con quien adopta a un niño costarricence, Ricardito. El divorcio sobrevendría 7 años después.
Moscoso se convertía en la nueva líder del partido y de las masas que durante décadas apoyaron a su primer esposo. Participó en las elecciones presidenciales de 1994, las que perdió frente a Ernesto Pérez Balladares. Siguió haciendo proselitismo y ganó la próxima contienda electoral.
Fue la primera presidenta del país, recibió el Canal de Panamá de manos de los norteamericanos y celebró el centenario de la República. Su nombre ya forma parte de los anales de la historia panameña.
En las postrimerías de su mandato, Mireya Moscoso añora ser recordada por sus logros. A su parecer, llegó a los más pobres de este país y suplió sus necesidades. Sus planes inmediatos son el descanso; a futuro, sólo ella sabe lo que hará.
Está acostumbrada a asumir retos, quizás pretenda devolver el prestigio a su partido, a lo mejor participará en otra elección o tal vez preparará a su vástago nacido en el extranjero para ser presidente del país. Por ahora ya le allanó el camino con las reformas constitucionales. El tiempo lo dirá.
Con un renovado impulso, partido y alianza, el doctor Arias se lanza nuevamente como figura presidencial para las elecciones de 1984. Un controversial resultado le dio la derrota. La pareja vuelve a Miami, donde fallece Arias el 10 de agosto de 1988, cinco días antes de cumplir 87 años.
El Partido Panameñista Auténtico es secuestrado por la dictadura militar, pero la figura de Guillermo Endara, secretario general del mismo, es apoyada por la Alianza Democrática de Oposición Civilista (ADOC) conformada por los partidos Demócrata Cristiano, MOLIRENA y Liberal Auténtico.
Después de 25 años de matrimonio, Mireya se hizo cargo de las empresas familiares, presidió la Fundación Arnulfo Arias Madrid y participó dentro del partido.
En aquel entonces su perfil era bajo, era sólo la viuda del caudillo.
Fue luego de las manifestaciones públicas, la invasión y el reconocimiento del triunfo de la ADOC en las elecciones de 1989, que comenzó a despuntar su figura.
En septiembre de 1991 fue electa como presidenta del Partido Arnulfista, nuevo colectivo que intentaba rescatar el panameñismo.Ese mismo año contrajo matrimonio con el empresario Ricardo Gruber, con quien adopta a un niño costarricence, Ricardito. El divorcio sobrevendría 7 años después.
Moscoso se convertía en la nueva líder del partido y de las masas que durante décadas apoyaron a su primer esposo. Participó en las elecciones presidenciales de 1994, las que perdió frente a Ernesto Pérez Balladares. Siguió haciendo proselitismo y ganó la próxima contienda electoral.
Fue la primera presidenta del país, recibió el Canal de Panamá de manos de los norteamericanos y celebró el centenario de la República. Su nombre ya forma parte de los anales de la historia panameña.
En las postrimerías de su mandato, Mireya Moscoso añora ser recordada por sus logros. A su parecer, llegó a los más pobres de este país y suplió sus necesidades. Sus planes inmediatos son el descanso; a futuro, sólo ella sabe lo que hará.
Está acostumbrada a asumir retos, quizás pretenda devolver el prestigio a su partido, a lo mejor participará en otra elección o tal vez preparará a su vástago nacido en el extranjero para ser presidente del país. Por ahora ya le allanó el camino con las reformas constitucionales. El tiempo lo dirá.
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