estudio de los orígenes de la república en peligro por indiferencia a la historia
Descendientes de próceres, a cargo de empresas y política
Pocas investigaciones compendian la vida y descendencia del grupo que originó el movimiento separatista.
La República
- Nueva nación
- Panamá cumple 110 años desde su separación de Colombia.
- Consecuencias
- Buena parte de la era republicana, Panamá la dedicó a gestiones diplomáticas para recuperar la administración del Canal.
- Soberanía
- Fue desde el año 2000 cuando Panamá empezó administrar el Canal por su cuenta.
De la separación de Panamá de Colombia mucho ha contado la historia, pero quizás los datos sobre los ancestros y descendientes de los próceres han quedado como una deuda pendiente.
Corría el mes de mayo de 1903 cuando la idea separatista tomó fuerza entre un grupo de hombres que residían en el Istmo.
Para esa época, Panamá -que apenas contaba con una dispersa población de 350,000 personas- estaba a la expectativa por el rechazo o aprobación por parte del Senado colombiano del tratado Herrán-Hay que permitía la construcción de un canal interoceánico.
En ese contexto y en una empobrecida parte de la Gran Colombia, un grupo conformado, inicialmente, por ocho hombres (José Agustín Arango, Manuel Amador Guerrero, Tomás Arias Ávila y Ricardo Arias Feraud -hermanos de padre-, Nicanor de Obarrio, Federico Boyd, Carlos Constantino Arosemena y Manuel Espinosa) decidió unirse para dar comienzo a un movimiento que meses más tarde les llevara a protagonizar una separación definitiva, vista como fracaso para algunas corrientes de la historia y para otras como la puerta directa a una nueva vida.
No es casualidad que estos hombres fueran quienes lideraran el movimiento que empezó como cruces de ideas. En un entorno donde el 90% de la población era analfabeta, quienes eran descendientes de las familias educadas y con más acceso económico asumieron tal responsabilidad. Y no solo el acceso a educación les dio ventaja sobre el resto de la población, sino la trascendencia de las familias de donde provenían.
José Agustín Arango Remón, quien estuvo a cargo de formar el grupo separatista, era uno de los hijos de José Agustín Arango, un hombre de origen cubano que había acogido los deseos de formar un grupo que independizara a su país del Reino de España.
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Con los anhelos frustrados, Arango, quien además fuera amigo del libertador Simón Bolívar, se trasladó al Istmo con los mismos anhelos que más tarde sí lograría organizar su hijo del mismo nombre.
“El movimiento separatista lo inició don José Agustín Arango, alto empleado entonces de la Compañía del Ferrocarril de Panamá. Diariamente pasaba este por la oficina de Carlos Constantino Arosemena, situada en la casa N°. 12, calle 6.ª, y a media cuadra de la residencia del señor Arango. Allí se detenía algún tiempo para comentar y cruzar ideas sobre las noticias del día y especialmente sobre la suerte que nos esperaba en caso de que el Congreso de Colombia rechazara el tratado Herrán-Hay-” así lo establece el relato que años más tarde dieran, como únicos sobrevivientes de la Junta, Carlos Constantino Arosemena y Nicanor de Obarrio, y que fue publicado en la en el año 1947.Revista Lotería
Tanto Arosemena como de Obarrio provenían de familias influyentes. Los Arosemena ya habían participado incluso en la firma de la independencia de Panamá de España en 1821.
De origen vasco, de esta familia surgieron grandes figuras como lo fue Justo Arosemena.
No fue distinta la trayectoria de los De Obarrio, una familia de origen gallego que llegó a Panamá por la segunda mitad del siglo XVIII, y tuvo una representación como gobernadores y alcaldes.
Similar origen tuvo Tomás Ávila y Ricardo Arias Feraud, quienes formaban parte de un grupo familiar con raíces españolas y también cubanas. Mientras, Federico Boyd era el hijo de un norteamericano que vino a Panamá durante el periodo de la construcción del Ferrocarril y se casó con una mujer panameña con la que dio comienzo a una generación que llegó a ser propietaria del diario que era dirigido a inmigrantes estadounidenses.The Panama Star,
En el caso de Amador Guerrero, quien fue nombrado -tras la separación- como primer presidente, su ascendencia se localizó en Cartagena de Indias donde sus antecesores fueron los dirigentes de la independencia de aquel territorio de España en el año 1810.
Manuel Espinosa Batista habría llegado a Panamá con 13 años de edad en 1870 desde Cartagena de Indias y se casó con Elisa Remón, para el año 1891. Más tarde con los estragos de la Guerra de los Mil Días se dedicó a labores humanitarias y fue invitado a participar de la Junta Separatista por el doctor Amador Guerrero.
Activa descendencia
En la actualidad, algunos de los descendientes que identifica el doctor y profesor de Sociología de la Universidad de Panamá, Alfredo Figueroa Navarro, llegan hasta personas que hoy se siguen desempeñando tanto en el sector empresarial como el político.
Según Figueroa Navarro, entre esos personajes están el exvicepresidente Ricardo Arias Calderón, descendiente de Ricardo Arias Feraud; Carlos Alberto Mendoza, quien es nieto del tercer presidente de la República Carlos Antonio Mendoza y quien participó en la redacción del acta separatista de 1903. Incluso la actual alcaldesa Roxana Méndez es una de las descendientes de Nicanor de Obarrio, ya que su madre de apellido De Obarrio descendía de esa familia, mientras que la de su padre estaba emparentada con la familia Méndez Ossa.
La referencia genealógica que se mantiene en Panamá revela que de la Junta Revolucionaria Separatista han descendido muchas familias que hoy se mantienen en el país.
Sin embargo, en el caso del primer presidente Manuel Amador Guerrero, no hubo una descendencia por parte de su hijo Manuel Encarnación Amador, mientras que de los dos hijos que concibió con doña María Ossa de Amador, Raúl Arturo y Emira María, se conoce que ambos se casaron con extranjeros y de esa descendencia solo quedan dos bisnietas residentes en Estados Unidos.
Mientras, por parte de Carlos Constantino Arosemena, su registro genealógico indica que por parte de él no hubo descendencia.
De acuerdo con Figueroa Navarro, la búsqueda de los descendientes de los próceres es trabajosa, sobre todo por el hecho de que conformaron en ocasiones familias numerosas y en otros casos segundas nupcias de las que surgieron otras “camadas” de hijos que no es posible identificar.
No obstante, Figueroa Navarro llama la atención en este sentido a las nuevas generaciones, porque a su juicio conocer estos linajes es estudiar el origen del país. Y en este punto existe mucho desinterés, el cual se ve reflejado en la escasa o casi nula cantidad de nacionales que tienen la vocación por estudiar la carrera de Historia.
Esta situación es calificada por el investigador como una “tragedia”, ya que no es solo la carrera de Historia la que está afectada, sino que hay una crisis a nivel del ingreso hacia las Ciencias Sociales. Entre estas mencionó su propia especialidad, Sociología, también Bibliotecología, Geografía y Filosofía.
El poco interés hacia la carrera provocó que durante 2012 se reiniciara la carrera, tras dos años de estar cerrada. Se rediseñó el contenido y se disminuyó su tiempo de estudio de cinco a tres años y medio para poder hacerla más atractiva a estudiantes.
Así lo aseguró la directora del Departamento de Historia, Fermina Santana, quien con preocupación ve que a pesar del rediseño, la licenciatura se mantiene con una baja matrícula.
De los 17 estudiantes que se matricularon para este año lectivo, apenas quedan 13. Un logro comparado con 2012, cuando apenas cuatro estudiantes se quedaron.
En el pasado quedó el buen recuerdo de una generación que graduó hace 30 años a la única promoción con 38 especialistas en Historia de Panamá.
Santana asegura que de los pocos que llegan interesados, son extranjeros e indígenas, quienes son bienvenidos. “Lo que preocupa es que no hay un relevo generacional” sentenció.
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