Despiden a “Billy” Ford, al estilo de la Cruzada Civilista
- Xenia De León
Pese a las diferencias, los políticos despidieron al bastión de la democracia. De acuerdo con la esposa de Ford, María del Pilar, él no tenía enemigos, sino adversarios, y siempre respetó a todo el mundo.
Con pañuelos blancos, pitos, pailas, consignas y lágrimas, una multitud agradecida despidió ayer al vicepresidente de la República, Guillermo “Billy” Ford, el “Gallo Ronco”.
El féretro, con el cuerpo de quien luchó por la democracia que se instauró en 1990, llegó a la Catedral Metropolitana a las 7:00 a.m., en donde estuvo acompañado por familiares, amigos, adversarios políticos, miembros de la Cruzada Civilista y personas del pueblo.
Se le rindieron honores de Estado: se le colocó la bandera encima del ataúd, una foto en la que colgaba la banda presidencial y una calle de honor de parte de la guardia presidencial.
Sin distingo de banderas o ideologías, los políticos coincidieron en que “Billy” Ford deja un gran legado, que es la democracia del país.
Durante la homilía, el presidente de la Conferencia Episcopal, José Luis Lacunza, dijo que “Billy” Ford elevaba su voz ronca tratando de hacer valer los derechos de un pueblo que estaba pisoteado, aplastado por aquellos que se creían con más derecho que nadie y que tomaban decisiones en contra de la voluntad de todos.
“Creo que de nuestras retinas no desaparecerán las imágenes de ‘Billy’ con la camisa ensangrentada por la sangre de su guardaespaldas y la suya, que jamás debió ser derramada, y que ojalá nunca sea derramada la de otro panameño”, expresó.
“Ya no oiremos cantar al gallo ronco, su voz se ha apagado para siempre, si es que alguna vez se puede apagar esa voz de esta vaina se acabó; esa voz seguirá resonando en los tímpanos de los panameños y ojalá signifique seguir luchando para que nadie sea pisoteado”, agregó.
Guillermo Ford hijo agradeció a los presentes y recordó que su padre decía que era mucho mejor la peor democracia, con todas sus imperfecciones, que un mal llamado buen gobierno militar.
Al final, sus familiares lo complacieron con la canción “A mi manera”, que fue interpretada por Ricardo Velásquez. Al colocar el féretro en el carro de los bomberos, se inició una gran caravana, que duró más de cuatro horas, por las principales calles hasta llegar a la empresa, ubicada en la vía Santa Elena, donde sería cremado.
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