El rescate de una bahía
Publicado 2000/05/08 23:00:00
- Octavio Colindres
Es común escuchar a nuestros padres o abuelos relatar historias sobre el hermoso balneario que fue la Bahía de Panamá donde muchos aprendieron a nadar, donde se libraron competencias de natación y se podía pescar.
Sin embargo por las condiciones que presenta actualmente la Bahía algunos dudan de aquellos relatos, ahora utópicos, mientras otros se preguntan ingenuamente, ¿qué fue lo que sucedió?
Para el jefe del Departamento de Ordenamiento e Impacto Ambiental de la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM), Silvano Vergara, la Bahía de Panamá se contaminó poco a poco a la par del crecimiento de la población capitalina.
Explicó que con el crecimiento de barriadas, edificios, industrias y comercios, la Bahía se ha convertido en el único receptor de toda la descarga líquida de la ciudad y además la ausencia de normas de regulación y disposición de desechos lo único que ha hecho es empeorar la situación.
Según Vergara las historias que se cuentan sobre los días dorados de la Bahía corresponden a la década de los cuarenta, cuando la capital llegaba hasta Bella Vista y su población era menor a la actual.
Pero a medida que aumentó la población, que depositaba sus desperdicios en la Bahía, se incrementó la cantidad de nutrientes, bacterias y sólidos, en un proceso, que hoy es "insostenible".
Para el funcionario la preocupación por sanear la Bahía nació desde la década de los setenta, cuando se hicieron algunos estudios que no se emplearon, quizás porque quienes los idearon consideraron "torelables" los niveles de contaminación.
Tal vez de haberse solucionado esos aspectos, que no preocuparon hace 30 años, los olores que emana serían diferentes.
Aunque para Vergara no es tan fácil realizar un proyecto de esta índole, ya que debe estudiarse si existe una correlación entre la contaminación y el movimiento de las aguas, así como tomar en cuenta a quienes pescan en áreas cercanas.
La importancia del saneamiento de la Bahía se ha hecho latente en la actualidad según Vergara, porque constituye un foco latente de enfermedades y una afrenta contra el medio ambiente.
Motivados por estas realidades alarmantes, el saneamiento traería un atractivo turístico al país, quizás una de las razones de mayor peso para empezar a trabajar.
El funcionario señaló que la ANAM considera al saneamiento de la Bahía una prioridad, "obviamente no será de un día a otro, pero es nuestra intención que el Gobierno inicie el proceso de limpieza".
En este sentido existe un estudio con propuestas conocido como el Plan Maestro y Estudio de Factibilidad de Saneamiento de la Bahía de Panamá, donde se recogen planes para solucionar el problema en la Bahía.
Para la limpieza de un área que desde hace varias décadas no recibe más que desechos de todo tipo, se requiere de una serie de normas que regularían la descarga de aguas residuales, establecer el modo como se manejarán antes de que lleguen a la Bahía y estudiar qué tratamiento se les podría dar, acotó.
Existe un plan que propone la instalación de "un emisario submarino" que descargaría las aguas y las tiraría lejos de la Bahía, algo que requerirá también el tratamiento previo de las aguas en casas y edificios.
Relacionada a esta propuesta, que aún no ha sido puesta en práctica, el Municipio de Panamá impuso mediante un decreto ley, una norma que obliga a los edificios y residencias de la capital la construcción de tanques para el tratamiento de las aguas.
Dentro del Plan Maestro existe otra propuesta que plantea el establecimiento de plantas de tratamiento en lugares estratégicos, que recogerían las aguas para tratarlas.
Señala la propuesta antes que las aguas lleguen a la planta cumplirían con algunas características determinadas, de modo tal que a su salida de una barriada, un edificio o una industria, lo haría con un tratamiento previo.
Es posible que los escépticos duden del peligro de la contaminación de la Bahía para la salud, sin embargo, Vergara explica que los malos olores crean una sensación desagradable, afecta el rendimiento de las personas y desequilibra su comportamiento.
Aquellas personas que están en contacto físico con estas aguas, como los niños que se bañan en ella corren mayor riesgo, por el alto nivel de bacterias que existen, de las cuales según Vergara "aún no sabemos qué otras bacterias hay allí".
Sin embargo por las condiciones que presenta actualmente la Bahía algunos dudan de aquellos relatos, ahora utópicos, mientras otros se preguntan ingenuamente, ¿qué fue lo que sucedió?
Para el jefe del Departamento de Ordenamiento e Impacto Ambiental de la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM), Silvano Vergara, la Bahía de Panamá se contaminó poco a poco a la par del crecimiento de la población capitalina.
Explicó que con el crecimiento de barriadas, edificios, industrias y comercios, la Bahía se ha convertido en el único receptor de toda la descarga líquida de la ciudad y además la ausencia de normas de regulación y disposición de desechos lo único que ha hecho es empeorar la situación.
Según Vergara las historias que se cuentan sobre los días dorados de la Bahía corresponden a la década de los cuarenta, cuando la capital llegaba hasta Bella Vista y su población era menor a la actual.
Pero a medida que aumentó la población, que depositaba sus desperdicios en la Bahía, se incrementó la cantidad de nutrientes, bacterias y sólidos, en un proceso, que hoy es "insostenible".
Para el funcionario la preocupación por sanear la Bahía nació desde la década de los setenta, cuando se hicieron algunos estudios que no se emplearon, quizás porque quienes los idearon consideraron "torelables" los niveles de contaminación.
Tal vez de haberse solucionado esos aspectos, que no preocuparon hace 30 años, los olores que emana serían diferentes.
Aunque para Vergara no es tan fácil realizar un proyecto de esta índole, ya que debe estudiarse si existe una correlación entre la contaminación y el movimiento de las aguas, así como tomar en cuenta a quienes pescan en áreas cercanas.
La importancia del saneamiento de la Bahía se ha hecho latente en la actualidad según Vergara, porque constituye un foco latente de enfermedades y una afrenta contra el medio ambiente.
Motivados por estas realidades alarmantes, el saneamiento traería un atractivo turístico al país, quizás una de las razones de mayor peso para empezar a trabajar.
El funcionario señaló que la ANAM considera al saneamiento de la Bahía una prioridad, "obviamente no será de un día a otro, pero es nuestra intención que el Gobierno inicie el proceso de limpieza".
En este sentido existe un estudio con propuestas conocido como el Plan Maestro y Estudio de Factibilidad de Saneamiento de la Bahía de Panamá, donde se recogen planes para solucionar el problema en la Bahía.
Para la limpieza de un área que desde hace varias décadas no recibe más que desechos de todo tipo, se requiere de una serie de normas que regularían la descarga de aguas residuales, establecer el modo como se manejarán antes de que lleguen a la Bahía y estudiar qué tratamiento se les podría dar, acotó.
Existe un plan que propone la instalación de "un emisario submarino" que descargaría las aguas y las tiraría lejos de la Bahía, algo que requerirá también el tratamiento previo de las aguas en casas y edificios.
Relacionada a esta propuesta, que aún no ha sido puesta en práctica, el Municipio de Panamá impuso mediante un decreto ley, una norma que obliga a los edificios y residencias de la capital la construcción de tanques para el tratamiento de las aguas.
Dentro del Plan Maestro existe otra propuesta que plantea el establecimiento de plantas de tratamiento en lugares estratégicos, que recogerían las aguas para tratarlas.
Señala la propuesta antes que las aguas lleguen a la planta cumplirían con algunas características determinadas, de modo tal que a su salida de una barriada, un edificio o una industria, lo haría con un tratamiento previo.
Es posible que los escépticos duden del peligro de la contaminación de la Bahía para la salud, sin embargo, Vergara explica que los malos olores crean una sensación desagradable, afecta el rendimiento de las personas y desequilibra su comportamiento.
Aquellas personas que están en contacto físico con estas aguas, como los niños que se bañan en ella corren mayor riesgo, por el alto nivel de bacterias que existen, de las cuales según Vergara "aún no sabemos qué otras bacterias hay allí".
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.