Grupo Fotokina: ¿entre la quiebra y la resurrección?
Publicado 2002/10/28 00:00:00
- Italia/
La familia Nadwani reinscribe sus liquidadas empresas con nombres similares a las anteriores
La quiebra del otrora gigante Grupo Fotokina no significó necesariamente la extinción del escenario empresarial panameño del apellido Nandwani (exclusivamente de aquellos miembros del fenecido emporio).
Y aunque mucho se dijo de la que se considera una de las bancarrotas más grandes que se han producido en Panamá, en los últimos años de empresas de renombre, todavía queda mucha tela que cortar en lo que a este tema concierne.
Sin embargo, pareciera que mantener el hermetismo es la modalidad de todos, o casi todos, los que de una u otra forma están involucrados y esperan el desenlace del proceso.
"En el proceso de quiebra de Fotokina no todo se ha dicho, aún cuando hay un proceso de liquidación, hay actuaciones de miembros de esta familia que crean mucha suspicacia", dijo a El Panamá América una fuente estrechamente ligada al proceso.
Desde que el pasado 11 de junio un juzgado civil dictaminó la quiebra del Grupo Fotokina las verdaderas razones que generaron el colapso empezaron a ser desnudadas ante los medios de comunicación social.
Se expusieron, incluso, argumentos totalmente corroborables a través de los libros contables que revelaron que la bancarrota fue producto de una administración que no siempre mantuvo una práctica empresarial transparente.
A pesar de ello, a más de cuatro meses desde que el Juzgado Decimoséptimo del ramo Civil acreditó la quiebra, quienes se vieron mayormente afectados, desde bancos a proveedores de electrodomésticos, computadoras y equipos de sonido y audiovisuales, esperan, impacientes, recuperar parte de los 55 millones que dejó el colapso económico.
Las dudas llegaron a convertirse en pesquisas, que entre otras cosas, han llevado de descubrir que en el proceso de liquidación "no son todos los que están, ni están todos los que son".
"Inmediatamente después que el Juzgado Civil determinó la quiebra del Grupo Fotokina y de sus máximos representantes; Carlos Nandwani, Ram Nandwani y Murli Chugani; fueron inscritas nuevas empresas a nombre de los hijos de ellos".
Y coincidentemente estas empresas registradas tienen nombres parecidos a otras que formaban parte del grupo y que fueron incluidas en la quiebra", expuso la fuente.
Pero ¿cuál es la ventaja de inscribir una empresa con nombre similar al de otra que ha quebrado? "Recuperar los créditos que la empresa quebrada tiene pendientes con proveedores en el extranjero sin que esos fondos formen parte de los activos que serán incluidos en la liquidación de bienes", aseguró la fuente confiable consultada por El Panamá América.
Es preciso recordar que el Grupo Fotokina estuvo compuesto por diversas empresas, entre las que destacan Galerías Fotokina S.A.; Centro de Cámaras Zona Libre, S.A.; Centro Electrónico Internacional, S.A. (CEISA), Distribuidora Landmark, S.A., Kamura Holding, S.A., y American Capital Management of Panama Inc.
Y si bien muchas de estas compañías aparecen como quebradas o disueltas en el Registro Público de Panamá, es constatable que, un día después que se decretara la quiebra, fueron registradas nuevas empresas con nombres casi idénticos al de las antiguas empresas del Grupo.
En un examen de la información contenida en el Registro Público, se encontró evidencia clara de nuevos registros de sociedades anónimas por parte de los Nandwani (del Grupo Fotokina).
Uno de ellos es el de la compañía Centro de Cámara, S.A., suscrito el 12 de junio de 2002 y muy similar a Centro de Cámara de Zona Libre, S.A., declarada en quiebra un día anterior.
Aparecen como directivos de la nueva sociedad Sharmila Nandwani, en calidad de presidente; Kamel Chugani, como Tesorero y Rajesh Nandwani, vocal. Sharmila y Rajesh son hijos de Carlos Nandwani, gestor del emporio Fotokina.
La misma situación ocurre con la sociedad Distribuidora Landmark, S.A incluida en la quiebra del 11 de junio de 2002. Al día siguiente de este hecho, fue suscrita Global Landmark Corp., y al igual que Centro de Cámaras, S.A. sus directivos son los hijos de Carlos Nandwani.
Pero los cambios "suspicaces" de propiedades no son exclusivos de las sociedades anónimas, sino también de las propiedades, como ocurrió con el apartamento del matrimonio Nandwani, ubicado en el piso No. 37 del edificio Royal Palace de Paitilla.
La propiedad, con un valor asignado de 460 mil balboas e inscrita en 1996 a nombre de Miriam de Nandwani y Rajesh Nandwani, este último hijo de Carlos Nandwani, fue traspasada a través de un proceso de adquiriente-tramitente a la Fundación Firmamento, S.A, el 15 de enero de 2002.
Al intentar conocer el estado del expediente de la quiebra que maneja el Juzgado XVII de lo Civil, este medio pudo constatar que el liquidador de la quiebra interpuso un secuestro contra la empresa Global Landmark Corp. Sin embargo, a la acción legal le siguió un incidente de rescisión de depósito a fin de evitar el secuestro. Este último recurso fue interpuesto por Sharmila Nandwani a través de sus abogados.
En innumerables ocasiones se intentó contactar al abogado del Grupo Fotokina, Darío Carrillo. Se dejaron mensajes en su oficina y en su celular, pero no respondió las llamadas. De Carlos Nandwani, quien un día señaló que para él no había otro lugar como Panamá, se informó que se encontraba fuera del país.
Un amplio porcentaje de las deudas dejadas por el Grupo Fotokina fueron con bancos, 15 en total. Sin embargo, y pese a la diversidad de entidades bancarias afectadas, éstas han preferido no comentar la quiebra y menos cómo avanza el proceso de recuperación de los fondos. De hecho, hubo quien expuso "lealtad hacia a una empresa que fue socio por muchos años".
También se intentó sin éxito obtener impresiones de algunos proveedores internacionales, como Samsung y LG, que por años fueron representados en el mercado local por Fotokina, pero expusieron que era un tema que preferían no abordar.
El proceso de liquidación de Fotokina no ha sido fácil y eso lo sabe el curador de la quiebra, Guillermo Márquez Amado, quien, pese a ello, expresa su satisfacción por lo que se ha alcanzado hasta la fecha, como garantizar el pago de todos los empleados de la compañía (250 aproximadamente), entre otras cosas.
Según Márquez, es definitivo que una vez se produzca la liquidación de todos los bienes de la empresa no será posible cubrir todo lo adeudado a los acreedores, "a menos que en lo que queda del proceso se puedan recuperar cuentas y bienes de valor considerable".
Hasta la fecha, explica, se han podido recuperar unos B/. 3.3 millones de balboas. El curador detalla que en el proceso de remate se ha podido vender más de la mitad de la flota de automóviles en manos de la compañía, se han cerrados todas las tiendas en Zona Libre de Colón e igual proceso avanza en la ciudad de Panamá. "También hemos cumplidos con los pagos de servicios públicos adeudados", acotó.
Al ex magistrado del Tribunal Electoral (TE) también le ha tocado enfrentar sus momentos difíciles, como la solicitud hecha por los bancos deudores de reducir drásticamente sus honorarios, alegando dificultad en el proceso de curación.
"Me parece difícil compartir ese punto de vista de los bancos, porque cuando se hizo la solicitud habíamos reducido los gastos a un tercio y los ingresos de la liquidación se mantenían, al igual que ahora", expresó Márquez, quien tuvo que interponer un recurso de apelación a la solicitud de las entidades bancarias.
Carlos Nandwani (cuyo nombre original es Uttam Nandwani) nació en la ciudad india de Hyderabad Sind y llegó a Panamá en el año de 1961. Su padre, al igual que su abuelo, conocían tierras istmeñas y desarrollaron algunas actividades comerciales.
A su llegada a Panamá, en el 2001, la familia Nandwani se vinculó a actividades relacionadas con el turismo y posteriormente diversificaron sus actividades a través de las ventas de artículos orientales importados.
En 1966, Carlos Nandwani se casa con una ecuatoriana llamada Myriam, la que hasta hoy en día es su esposa y madre de sus tres hijos: Shobha, Sharmila y Rajesh Nandwani.
El Grupo Fotokina, negocio fundado en 1973, lo dirigió contando siempre con la ayuda de sus familiares, sobre todo, de su hermano Ram Nandwani.
Y aunque mucho se dijo de la que se considera una de las bancarrotas más grandes que se han producido en Panamá, en los últimos años de empresas de renombre, todavía queda mucha tela que cortar en lo que a este tema concierne.
Sin embargo, pareciera que mantener el hermetismo es la modalidad de todos, o casi todos, los que de una u otra forma están involucrados y esperan el desenlace del proceso.
"En el proceso de quiebra de Fotokina no todo se ha dicho, aún cuando hay un proceso de liquidación, hay actuaciones de miembros de esta familia que crean mucha suspicacia", dijo a El Panamá América una fuente estrechamente ligada al proceso.
Desde que el pasado 11 de junio un juzgado civil dictaminó la quiebra del Grupo Fotokina las verdaderas razones que generaron el colapso empezaron a ser desnudadas ante los medios de comunicación social.
Se expusieron, incluso, argumentos totalmente corroborables a través de los libros contables que revelaron que la bancarrota fue producto de una administración que no siempre mantuvo una práctica empresarial transparente.
A pesar de ello, a más de cuatro meses desde que el Juzgado Decimoséptimo del ramo Civil acreditó la quiebra, quienes se vieron mayormente afectados, desde bancos a proveedores de electrodomésticos, computadoras y equipos de sonido y audiovisuales, esperan, impacientes, recuperar parte de los 55 millones que dejó el colapso económico.
Las dudas llegaron a convertirse en pesquisas, que entre otras cosas, han llevado de descubrir que en el proceso de liquidación "no son todos los que están, ni están todos los que son".
"Inmediatamente después que el Juzgado Civil determinó la quiebra del Grupo Fotokina y de sus máximos representantes; Carlos Nandwani, Ram Nandwani y Murli Chugani; fueron inscritas nuevas empresas a nombre de los hijos de ellos".
Y coincidentemente estas empresas registradas tienen nombres parecidos a otras que formaban parte del grupo y que fueron incluidas en la quiebra", expuso la fuente.
Pero ¿cuál es la ventaja de inscribir una empresa con nombre similar al de otra que ha quebrado? "Recuperar los créditos que la empresa quebrada tiene pendientes con proveedores en el extranjero sin que esos fondos formen parte de los activos que serán incluidos en la liquidación de bienes", aseguró la fuente confiable consultada por El Panamá América.
Es preciso recordar que el Grupo Fotokina estuvo compuesto por diversas empresas, entre las que destacan Galerías Fotokina S.A.; Centro de Cámaras Zona Libre, S.A.; Centro Electrónico Internacional, S.A. (CEISA), Distribuidora Landmark, S.A., Kamura Holding, S.A., y American Capital Management of Panama Inc.
Y si bien muchas de estas compañías aparecen como quebradas o disueltas en el Registro Público de Panamá, es constatable que, un día después que se decretara la quiebra, fueron registradas nuevas empresas con nombres casi idénticos al de las antiguas empresas del Grupo.
En un examen de la información contenida en el Registro Público, se encontró evidencia clara de nuevos registros de sociedades anónimas por parte de los Nandwani (del Grupo Fotokina).
Uno de ellos es el de la compañía Centro de Cámara, S.A., suscrito el 12 de junio de 2002 y muy similar a Centro de Cámara de Zona Libre, S.A., declarada en quiebra un día anterior.
Aparecen como directivos de la nueva sociedad Sharmila Nandwani, en calidad de presidente; Kamel Chugani, como Tesorero y Rajesh Nandwani, vocal. Sharmila y Rajesh son hijos de Carlos Nandwani, gestor del emporio Fotokina.
La misma situación ocurre con la sociedad Distribuidora Landmark, S.A incluida en la quiebra del 11 de junio de 2002. Al día siguiente de este hecho, fue suscrita Global Landmark Corp., y al igual que Centro de Cámaras, S.A. sus directivos son los hijos de Carlos Nandwani.
Pero los cambios "suspicaces" de propiedades no son exclusivos de las sociedades anónimas, sino también de las propiedades, como ocurrió con el apartamento del matrimonio Nandwani, ubicado en el piso No. 37 del edificio Royal Palace de Paitilla.
La propiedad, con un valor asignado de 460 mil balboas e inscrita en 1996 a nombre de Miriam de Nandwani y Rajesh Nandwani, este último hijo de Carlos Nandwani, fue traspasada a través de un proceso de adquiriente-tramitente a la Fundación Firmamento, S.A, el 15 de enero de 2002.
Al intentar conocer el estado del expediente de la quiebra que maneja el Juzgado XVII de lo Civil, este medio pudo constatar que el liquidador de la quiebra interpuso un secuestro contra la empresa Global Landmark Corp. Sin embargo, a la acción legal le siguió un incidente de rescisión de depósito a fin de evitar el secuestro. Este último recurso fue interpuesto por Sharmila Nandwani a través de sus abogados.
En innumerables ocasiones se intentó contactar al abogado del Grupo Fotokina, Darío Carrillo. Se dejaron mensajes en su oficina y en su celular, pero no respondió las llamadas. De Carlos Nandwani, quien un día señaló que para él no había otro lugar como Panamá, se informó que se encontraba fuera del país.
Un amplio porcentaje de las deudas dejadas por el Grupo Fotokina fueron con bancos, 15 en total. Sin embargo, y pese a la diversidad de entidades bancarias afectadas, éstas han preferido no comentar la quiebra y menos cómo avanza el proceso de recuperación de los fondos. De hecho, hubo quien expuso "lealtad hacia a una empresa que fue socio por muchos años".
También se intentó sin éxito obtener impresiones de algunos proveedores internacionales, como Samsung y LG, que por años fueron representados en el mercado local por Fotokina, pero expusieron que era un tema que preferían no abordar.
El proceso de liquidación de Fotokina no ha sido fácil y eso lo sabe el curador de la quiebra, Guillermo Márquez Amado, quien, pese a ello, expresa su satisfacción por lo que se ha alcanzado hasta la fecha, como garantizar el pago de todos los empleados de la compañía (250 aproximadamente), entre otras cosas.
Según Márquez, es definitivo que una vez se produzca la liquidación de todos los bienes de la empresa no será posible cubrir todo lo adeudado a los acreedores, "a menos que en lo que queda del proceso se puedan recuperar cuentas y bienes de valor considerable".
Hasta la fecha, explica, se han podido recuperar unos B/. 3.3 millones de balboas. El curador detalla que en el proceso de remate se ha podido vender más de la mitad de la flota de automóviles en manos de la compañía, se han cerrados todas las tiendas en Zona Libre de Colón e igual proceso avanza en la ciudad de Panamá. "También hemos cumplidos con los pagos de servicios públicos adeudados", acotó.
Al ex magistrado del Tribunal Electoral (TE) también le ha tocado enfrentar sus momentos difíciles, como la solicitud hecha por los bancos deudores de reducir drásticamente sus honorarios, alegando dificultad en el proceso de curación.
"Me parece difícil compartir ese punto de vista de los bancos, porque cuando se hizo la solicitud habíamos reducido los gastos a un tercio y los ingresos de la liquidación se mantenían, al igual que ahora", expresó Márquez, quien tuvo que interponer un recurso de apelación a la solicitud de las entidades bancarias.
Carlos Nandwani (cuyo nombre original es Uttam Nandwani) nació en la ciudad india de Hyderabad Sind y llegó a Panamá en el año de 1961. Su padre, al igual que su abuelo, conocían tierras istmeñas y desarrollaron algunas actividades comerciales.
A su llegada a Panamá, en el 2001, la familia Nandwani se vinculó a actividades relacionadas con el turismo y posteriormente diversificaron sus actividades a través de las ventas de artículos orientales importados.
En 1966, Carlos Nandwani se casa con una ecuatoriana llamada Myriam, la que hasta hoy en día es su esposa y madre de sus tres hijos: Shobha, Sharmila y Rajesh Nandwani.
El Grupo Fotokina, negocio fundado en 1973, lo dirigió contando siempre con la ayuda de sus familiares, sobre todo, de su hermano Ram Nandwani.
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