Invirtiendo por amor y dinero

Patricia y su esposo, dos profesionales maduros, curioseaban en el departamento de hogar de una tienda. Como quien no quiere la cosa, se detuvieron frente a unos estantes de vidrio que contenían una variedad de frasquitos de colores y tomaron uno con un líquido amarillo. Su nombre era "mucha plata".
Luego supimos, por la dependiente, que ellos son clientes frecuentes, que como muchos, creen firmemente en los poderes de esas coloridas pociones, y una vez que se les acaba, vuelven por más.
Esa pareja representa a los muchos que creen que la suerte y el amor se retienen u obtienen con polvitos, jabones, perfumes, velas o incienso.
Lo que no se puede negar que en el negocio de la superstición abunda la creatividad, principalmente en cuanto a nombres se refiere.
Si lo que se desea es conquistar el amor de un hombre difícil, es sencillo saber que los perfumes "amansa guapo", "vente conmigo" y "tumba hombre" son los adecuados.
Mientras que, si lo que busca una cliente es alejar las posibles tentaciones de su pareja, los indicados son el "deja a mi marido" o el "sólo a mí me querrás".
La lista continúa. Si por el contrario los problemas no tienen nada que ver con el corazón sino con el bolsillo, los aceites "abre caminos", "suerte", "mejor trabajo" aplicados sobre el cuerpo o diluidos en agua para trapear la casa le darán esa sensación de triunfo que la persona desea.
En estas secciones frecuentadas por los clientes las velas no sólo sirven para alumbrar una romántica cena, no. Tienen funciones específicas que van desde deshacer hechizos hasta hacer que ese ser especial nos ame.
Algunas hasta tienen formas femeninas.
Una amable señorita nos explicó que la roja era para acabar con la infidelidad de la pareja, la blanca era para contraer matrimonio y la rosada para conseguir pareja.
Las personas que consumen este tipo de productos cree o son convencidos por "alguien que sabe" de que toda la raíz de sus problemas radica en un maleficio.
Si no tiene trabajo no es porque haya recesión en la economía o por falta de preparación académica sino porque una persona que lo envidia le hizo "un daño".
Asimismo, si su pareja le es infiel no se debe a falta de lealtad y compromiso sino porque "le hicieron un trabajo o amarre".