Los besadores de las flores

LOS JARDINES de la ciudad de Panamá y del interior de la república se visten de flores y al mismo tiempo comienza a aparecer en cada rincón un visitante especial, el colibrí, que cual Don Juan las conquista para disfrutar del néctar que estas producen.

Cuando contemplamos el verdor del bosque, nos llama mucho la atención verlos volar.

Y es que sus maravillosos colores se entrelazan con la naturaleza ganando fama y asombro, pues de todos los animales, es quizás el colibrí el que mejor domina el arte de sobrevolar.

Información suministrada por la Fundación AVIFAUNA indica que los colibríes, que pertenecen a la familia Trochilidae, se caracterizan por ser diminutas aves, de pico delgado, agudo; recto o arqueado.

En varias ocasiones alcanza la longitud de la cabeza y en otras es tan largo como el cuerpo y la cabeza juntos.

La capacidad de suspenderse en el aire, su peculiar movimiento hacia atrás y su extraordinario batir de alas es otros de los atributos que proyecta la majestuosa ave, ya que son dueños de una poderosa musculatura pectoral y de una anatomía de atletas que los capacitan para batir sus alas a un ritmo impresionante.

Sus articulaciones del hombro son muy flexibles, permitiendo a las alas describir movimientos horizontales y verticales imposibles de realizar para otras aves.

Por estos, son considerados como los "pequeños acróbatas del aire", capaces de efectuar hazañas, como mantenerse estático frente a una flor.

Con estos estupendos movimientos, se aprecian destellos de colores, los cuales reflejan un plumaje muy vistoso, generalmente verde metálico.

El pescuezo de los machos es frecuentemente rojo brillante, azul o verde esmeralda.

El picaflor verde, por ejemplo, aletea de 36 a 39 veces por segundo, mientras que ciertos colibríes llegan a realizar más de 100 batidos al mismo tiempo.

A pesar de ser tan diminutos, tienen una importancia bien marcada en los ecosistemas, pues son agentes polinizadores de gran cantidad de plantas en los bosques tropicales, aptos para succionar el néctar de las flores.

Su larga lengua le permite realizar esta acción, a través de su estructura arrollada en la parte exterior.

Al visitar la flor golpea los estambres y el polen se adhiere a su brillante plumaje.

Aunque los colibríes se alimentan principalmente del néctar de las flores, también comen pequeños insectos y arañas que atrapan en el momento en que se posan en la flor.

Se dice que un colibrí puede visitar de 500 a 3, 000 flores por día, Además son los principales polinizadores de las zonas altas y frías ante la ausencia de los insectos y murciélagos.

Los Bebederos del Colibrí Como bien sabemos los colibríes no son aves que puedan sobrevivir en cautiverio, sin embargo esto no significa que no los podamos disfrutar.

La industria de los animales ha creado bebederos de colibríes para que éstos sean atraídos por el néctar que pueden beber de estos recipientes.

De esta manera podemos observarlos y disfrutar de su compañía mas de cerca.

Aunque usted no lo crea en la ciudad, existen todavía muchos colibríes , compruébelo instalando uno de ellos en alguna terraza, jardín, árbol o ventana que tenga en su casa.