"Osvaldo murió por una causa justa", dijo su hermano al ministro de Trabajo
Publicado 2007/08/15 23:00:00
- Grisel Bethancourt
"Osvaldo murió por una causa justa", fue la respuesta directa que dio su hermano Marcelino Lorenzo al ministro de Trabajo, Reynaldo Rivera.
Entre lágrimas, con una voz quebrada, Marcelino y su padre del mismo nombre, clamaron "justicia", frente a 400 compañeros afiliados al Sindicato Único Nacional de Trabajadores de la Construcción y Similares (SUNTRACS), apostados en la Universidad de Panamá.
"Lo mataron gente mala. Estoy bien sentido, bien herido", fueron las palabras con tono humilde, pero aún con fortaleza, de Marcelino Lorenzo, padre del obrero fallecido Osvaldo Lorenzo.
Este hombre de origen humilde, oriundo de Penonomé, exigió con palabras entrecortadas, "justicia" a las autoridades, por la muerte de su hijo.
Marcelino estuvo acompañado de Dalis Jiménez, la esposa de Osvaldo Lorenzo, a quien el dolor la embarga y no pudo contener las lágrimas.
El sufrimiento que lleva por dentro, ante la pérdida del dirigente sindical colonense y compañero, no le permite emitir ningún tipo de expresión.
Eran muy apegados, contó Marcelino Lorenzo hijo, hermano de Osvaldo.
Sus lágrimas inmediatas le quebraron la voz; acongojado, se tocó el pecho con el puño de la mano, y reconoció que eran demasiado hermanos.
"Muy alegre y trabajador", así fue descrito Osvaldo.
Ese ímpetu que llevaba en su vida como dirigente sindical, lo llevó a acompañar a otros obreros del SUNTRACS hasta las inmediaciones de la empresa Norberto Odebrecht, en Chilibre.
Allí su vida se apagó, al recibir un tiro mortal en el pecho, propinado por un trabajador de Odebrecht.
El dirigente sindical Franklin Reyes, quien fue expulsado a finales del año pasado del SUNTRACS por "no acatar las decisiones del colectivo", rompió ayer el silencio.
Acusó de "dictadores" a los directivos del SUNTRACS por no rendir cuentas de los estados financieros a sus agremiados, a pesar que se "jactan" de ser una organización amplia y democrática.
Según estimaciones del dirigente, la organización recibió B/.3 millones en concepto de la cuota sindical en el 2005 cuando el número de agremiados superaba apenas los 30 mil.
Sin embargo, la cantidad de afiliados se ha duplicado a la fecha, por lo que Reyes no descartó que la agrupación tenga ingresos superiores a los B/.5 millones anuales.
Al respecto, el titular de Trabajo, Reynaldo Rivera dijo que su ministerio no audita a ninguna organización de trabajadores, aduciendo que este tema es un área muy sensible máxime cuando Panamá es signatario del Convenio de Libertad Sindical.
Rivera hizo hincapié en que el Gobierno respeta la vida orgánica de las organizaciones.
Entre lágrimas, con una voz quebrada, Marcelino y su padre del mismo nombre, clamaron "justicia", frente a 400 compañeros afiliados al Sindicato Único Nacional de Trabajadores de la Construcción y Similares (SUNTRACS), apostados en la Universidad de Panamá.
"Lo mataron gente mala. Estoy bien sentido, bien herido", fueron las palabras con tono humilde, pero aún con fortaleza, de Marcelino Lorenzo, padre del obrero fallecido Osvaldo Lorenzo.
Este hombre de origen humilde, oriundo de Penonomé, exigió con palabras entrecortadas, "justicia" a las autoridades, por la muerte de su hijo.
Marcelino estuvo acompañado de Dalis Jiménez, la esposa de Osvaldo Lorenzo, a quien el dolor la embarga y no pudo contener las lágrimas.
El sufrimiento que lleva por dentro, ante la pérdida del dirigente sindical colonense y compañero, no le permite emitir ningún tipo de expresión.
Eran muy apegados, contó Marcelino Lorenzo hijo, hermano de Osvaldo.
Sus lágrimas inmediatas le quebraron la voz; acongojado, se tocó el pecho con el puño de la mano, y reconoció que eran demasiado hermanos.
"Muy alegre y trabajador", así fue descrito Osvaldo.
Ese ímpetu que llevaba en su vida como dirigente sindical, lo llevó a acompañar a otros obreros del SUNTRACS hasta las inmediaciones de la empresa Norberto Odebrecht, en Chilibre.
Allí su vida se apagó, al recibir un tiro mortal en el pecho, propinado por un trabajador de Odebrecht.
El dirigente sindical Franklin Reyes, quien fue expulsado a finales del año pasado del SUNTRACS por "no acatar las decisiones del colectivo", rompió ayer el silencio.
Acusó de "dictadores" a los directivos del SUNTRACS por no rendir cuentas de los estados financieros a sus agremiados, a pesar que se "jactan" de ser una organización amplia y democrática.
Según estimaciones del dirigente, la organización recibió B/.3 millones en concepto de la cuota sindical en el 2005 cuando el número de agremiados superaba apenas los 30 mil.
Sin embargo, la cantidad de afiliados se ha duplicado a la fecha, por lo que Reyes no descartó que la agrupación tenga ingresos superiores a los B/.5 millones anuales.
Al respecto, el titular de Trabajo, Reynaldo Rivera dijo que su ministerio no audita a ninguna organización de trabajadores, aduciendo que este tema es un área muy sensible máxime cuando Panamá es signatario del Convenio de Libertad Sindical.
Rivera hizo hincapié en que el Gobierno respeta la vida orgánica de las organizaciones.
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